Paso 5 horas masturbándome antes de mis exámenes de próstata. Me la toco hasta estar a punto de correrme pero parando justo antes, varias veces, hasta que una mariposa posándose sobre mi miembro podría llevarme al orgasmo. Con mucho tacto, voy a la consulta; en cuanto mete el dedo casi me corro. Pero he entrenado mis músculos kegel lo suficiente hasta el punto en que puedo contener la ira del Vesubio. Luego, tan pronto como ejerce la menor presión sobre mi próstata, me suelto con la furia de un león que caza a su presa. Y cuando la habitación se cubre con mis jugos calientes y pegajosos, el médico mira disgustado y sale de la habitación. Siempre voy a un hospital lejos de donde vivo, de modo que no conozcan o tenga que ir a una cirugía con el médico con el que me corra. Lo mejor es que tenemos atención médica gratuita aquí, por lo que básicamente me lo pagáis todos. Ese es mi fetiche.
, Odio el bullicio y el frenesí del hombre,, que me hizo y me hace cuanto daño puede;, libre del mundo deseo estar preso, con mi sombra por única compaña,, y ver en soledad el fuego de los astros,, mundos que sin cesar al Juicio avanzan., Oh, llevadme a la oscuridad más aislada,, el lugar adorado, donde en sosiego pueda, contemplar las caléndulas más hermosas, y su verdor apretado que estalla en oro., Adiós a la poesía y al deseo,, borradme del mundo, mas dejadme, la voz de una mujer, que con su melodía, regocije y se apiade del corazón. . .