Agentes de la Policía Nacional investigan una violación grupal a una menor de doce años y la violación individual de otra niña de la misma edad ocurrida en la tarde del lunes en una casa abandonada en Burjassot, muy cerca de Godella. De momento, no se han producido detenciones, ya que las menores, al parecer, no conocían a sus agresores y únicamente habían hablado y quedado con dos de ellos a través de Instagram.
Los hechos han salido a la luz gracias a una tercera niña, amiga de las anteriores, a la que una de ellas habría avisado a través de la misma aplicación mientras sucedían los hechos, lo que permitió a los padres de esta última alertar inmediatamente a la Policía Nacional.
En un primer momento, trataron de atribuir a una «broma» el relato y la petición de ayuda, pero los padres de una de las menores decidieron acudir con ella a un hospital, donde habrían certificado la existencia de señales compatibles con una agresión sexual, por lo que la familia interpuso la denuncia correspondiente.
Según la investigación que están llevando a cabo agentes especialistas de la Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer (UFAM), ambas menores habían quedado con dos jóvenes a través de la citada aplicación en un punto entre Godella y Burjassot. Las niñas partieron cada uno de su municipio y, según las primeras pesquisas policiales, cuando uno de los jóvenes trató de mantener relaciones sexuales completas con una de las niñas, esta se negó, pero el presunto agresor sexual la habría obligado de manera violenta.
Mientras, habrían acudido otros cuatro jóvenes, amigos de los anteriores, y fue a partir de ese momento cuando habrían sometido a una violación en manada a la otra niña, ya que la primera logró irse y avisar.
Nada más tener conocimiento de los hechos, la Policía Nacional puso en marcha la investigación para tratar de identificar a los presuntos agresores sexuales, que, de momento, no han sido detenidos.