Ayer conocí una curiosa noticia en la que unos operarios de mantenimiento de una pedanía gallega destruyeron un dolmen con más de 6000 años de antiguedad al confundirlo con un "merendero" deterioriado.
Lo que los operarios hicieron fué sustituir el dolmen por un moderno merendero de hormigon que ahora ocupa su lugar.
El monumento funerario estaba registrado en el Catálogo de Bienes Culturales de la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia. El Grupo Ecoloxista Outerio ha denunciado ante la Fiscalía de Medio Ambiente y Urbanismo la destrucción (o reforma, depende como se mire) del túmulo neolítico, conocido tradicionalmente como mámoa.