Un buen día, cuando no tengáis nada mejor que hacer, coged un buen bote de espuma de afeitar y cubríos la cabeza con la misma. Después, cogéis una cuchilla de triple hoja y os la pasáis por la cabeza hasta el punto en el que no tengáis ni un mísero ápice de cabello.
Posteriormente, miraos en el espejo y sonreíd, pues así os veréis el resto de vuestra vida. Porque, si queréis sentir lo mismo que siente un calvo, no vale eso de; "voy a dejarme melena otra vez, que ya ha acabado el reto". No, no; rapados al -1 de por vida, para sentir lo que siente un muerto viviente como yo.
A ver quién tiene el valor de solidarizarse con la causa de forma en la que no le suponga ningún problema ni ponga por excusa que tampoco hace falta que el reto dure de por vida, ya que de esta forma estaría manifestando una dependencia a poder peinarse y verse atractivo.
Aquí, muchos dicen que ser calvo no es un problema. ¿Quién lo dice? Los que tienen pelazo, o en su defecto, los calvos que están tan buenos que apetece hacerse homosexual para follarles la calva duramente.
Yo siempre he dicho que existen dos clases de calvos; O te quedas como Zizou o te quedas como Pepe Viyuela.
No quiero ser un Viyuela de la vida, y si tengo la oportunidad, me haré un injerto del copón. Y eso es todo.
Un saludo a todos los calvos.