Aparicio, acompañado del presidente de la Confederación de Asociaciones Empresariales de Burgos (FAE), Miguel Ángel Benavente, ha explicado que en 2016 se marcharon de Castilla y León 2016 empresas y que esa cifra se elevó al entorno de las 240 el pasado año, situándose en el primer trimestre de 2018 en las 80.
En este sentido, ha señalado que la mayor parte de estas empresas se trasladaron a Madrid por las ventajas que encontraron en esta comunidad autónoma y ha reiterado que, cuestiones como los impuestos patrimoniales, por actos jurídicos documentales o sucesiones restan la capacidad de inversiones de las empresas en Castilla y León.
Junto a esto, Santiago Aparicio ha abogado por la realización de inspecciones "coherentes y consecuentes", frente al modo en el que se acometen en estos momentos en la Comunidad, y ha destacado la importancia de combatir la economía sumergida.
Al respecto, ha explicado que las estimaciones sitúan en el entorno de los 180.000 millones de euros el movimiento que genera este tipo de actividad al margen de la legislación y ha asegurado que si se lograsen recaudar 120.000 millones de esa cifra, se acabaría con el déficit en España.
En caso de no lograr frenar este tipo de economía, el presidente de Cecale ha vaticinado que el sistema nacional se conducirá hacia el copago porque de lo contrario, según ha dicho, no se podrán mantener todos los servicios.
Santiago Aparicio se ha referido, por otro lado, al impuesto sobre carburantes al señalar que supone "un flaco favor" para el conjunto de la Comunidad y, en materia de presupuestos, ha abogado por un cambio en la ley electora que suponga una salida importante de dinero hacia las comunidades autónomas nacionales y no a las nacionalistas, como sucede en la actualidad.
Además de la reunión de la Junta Directiva celebrada en Burgos, Cecale convocará otras reuniones de este calado en Palencia y León a lo largo de este año, con el objetivo de trasladar su actividad a otras provincias y conocer los problemas y reivindicaciones que existen en materia industrial en todo el territorio.
Parece ser que la fuga de empresas no es solo cosa de independencia