#126 Al tema del NFT se le ha dado una dimensión distinta a la que realmente tiene.
Lo primero es que está basado en el concepto de vienes no fungibles (los que no tienen un equivalente porque son únicos y no pueden ser, por tanto, intercambiados por algo similar como son obras de arte, canciones...).
Lo que el NFT pretende es dotar a esos bienes no fungibles únicos de una identidad digital. Crear una especie de certificado que incrusta en un token utilizando la tecnología de blockchain para ligar su idea a una persona que lo compre.
Hasta aquí no hay mucha novedad, porque realmente la idea es crear un registro digital de la propiedad intelectual usando la red ethereum pero el jaleo empieza cuando te das cuenta de que se está aplicando a cosas digitales intangibles.
El ejemplo del artista que crea una obra digital, asocia un token NFT a ella y lo vende es el más conocido. El artista, realmente, no está vendiendo esa imagen digital, está vendiendo el token (único en el mundo) asociado a ella que acredita que tú eres el poseedor no de la obra, sino del token que se le ha ligado y a esto mucha gente le ha dado una dimensión brutal cuando la realidad es que el artista sigue siendo el dueño del arte, solo se ha desprendido del token. Ahora mismo, sin legislación ninguna como está el tema (ni la va a tener porque es un mercado descentralizado), el mismo tío que vende un token de un pixelart que hace, podría perfectamente asociar otro NFT al mismo trabajo y volver a venderlo y de este modo tendrías 2 poseedores distintos de la misma obra, los dos con un token único en el mundo, los dos asociados a la misma obra. Como si yo me hago un copia-pega de un PNG que me gusta, lo vinculo con un NFT y lo vendo sin ser el creador... más que nada porque el arte digital son números binarios, código y por tanto puede ser matemáticamente replicado, pero tampoco es un bien al uso. Son datos.
La idea en esencia no es tan descabellada. Lo que pretenden es dotar de una identidad digital a un producto único pero mediante un sistema que realmente no garantiza el usufructo de la compra, sino más bien crea un nuevo elemento y lo dota de unas capacidades especulativas.
Se ve más claro si lo aplicas a cualquier obra de arte no fungible pero que no sea digital. Si mañana se emitiera un NFT de un cuadro de Goya, el comprador del NFT sería el poseedor del token digital, pero no habría comprado el cuadro, no habría comprado sus derechos de explotación ni usufructo, simplemente habría adquirido un token que certifica que él compro el token asociado al cuadro de forma única por X dinero en X momento y la dimensión que adquiere va ligada a si ha sido el primer token emitido de ese cuadro (y por lo tanto el más fidedigno a ojos del mercado caníbal).
El mercado, si tiene interés, se encargará de dotar de valor a ese token por lo que simboliza a quién le interese. Realmente no sirve para nada, es simplemente una forma tonta de engañar a la gente creando un ente digital impalpable, como vender la idea de que has sido el primero en pagar por algo relacionado con X cosa.
Como cuando se puso de moda ofrecer dinero por las cuentas de steam con la ID más baja porque como ese número iba por orden de emisión, cuanto más bajo fuera más antigua era tu cuenta y por lo que sea la gente empezó a darle mucha importancia a tener una de las primeras cuentas de steam y algunas terminaron subastándose por muchos miles de euros. El valor real es meramente especulativo, es simplemente el mercado creando tendencias y poniéndoles precio.
Por eso yo relaciono al NFT con el arte postmodernista que te vende ideas y conceptos intangibles. Esto es lo mismo pero llevado al mundo digital.