El Papa Benedicto XVI ha agradecido a decenas de mujeres vírgenes consagradas el hecho de que se den "totalmente" a Cristo, en un acto que, ha reconocido el Papa, es difícil de entender algunos no católicos.
"Vivid vuestras vidas de tal manera que siempre irradiéis la dignidad de se esposas de Cristo", ha dicho el Papa en un discurso a las ciento de vírgenes consagradas, venidas de docenas de países para un encuentro en Roma.
Las vírgenes consagradas son mujeres que toman un voto de castidad para toda la vida en servicio de la iglesia católica. El Vaticano asegura que están "hermanadas místicamente con Cristo" mediante este rito sagrado.
Estas vírgenes comprometidas son las precursoras de las monjas en la iglesia católica romana. El Vaticano revivió el rito, que no se practicaba desde hace siglos, en 1970.
El Papa ha afirmado que la vocación de estas mujeres es profundamente significativa, incluso si pudiera ser vista como "oscura e inútil" por algunos de los que no comparten la fe católica.