Faltan Mossos, falta Urbana, sobra permisividad y añade nuestro maravilloso código penal para estas cosas, y tienes el embrión de las patrullas urbanas.
El que diga que lo de BCN no es para tanto, miente. Sí, no es Caracas, pero la degradación y la inseguridad es palpable.
Y los candidatos a alcalde son de traca.
Un grupo formado por cuatro mujeres y cuatro hombres se turnan para recorrer mañana, tarde y noche el suburbano de Barcelona desde hace unos días. La recién estrenada iniciativa se inspira en “Los Ángeles Guardianes de Nueva York”, una patrulla de voluntarios que comenzaron a patrullar el suburbano neoyorquino a finales de la década de los setenta para prevenir actos delictivos. La versión barcelonesa del fenómeno, no obstante, se centra en combatir la lacra de los hurtos en el metro y no cuenta por ahora con el beneplácito de ninguna administración ni cuerpo policial.
La idea empezó a tejerse mucho antes de su puesta en marcha, cuando residentes en Sagrada Familia se unieron en Facebook para compartir información sobre los hurtos en la zona. “El grupo nació de la frustración de los vecinos por el aumento de los robos en el barrio, pero poco a poco se fueron sumando vecinos de otros lugares de la ciudad”, comenta a La Vanguardia Mery Peña, de 38 años y médico de profesión, que forma parte de Residents Organization Against Robbery (ROAR), que cuenta con 5.500 miembros en Facebook. “En inglés esta palabra significa rugir”, aclara.
Unas siglas que lucen en sus camisetas negras los integrantes del grupo que han decidido pasar a la acción para combatir el hurto, si bien quieren dejar claro que su objetivo no es “reemplazar a la policía ni hacer su trabajo”, sino visibilizar un problema que va en auge y que, a su parecer, podría solventarse si se modificara el Código Penal para que castigara con más contundencia la delincuencia multirreincidente. “En el mejor de los casos, si roban más de 400 euros, llegan a juicio y se declaran insolventes; si no, les ponen una multa y la pagan robando otro móvil”, lamenta Peña.