Pensar en positivo ni sube el sueldo ni quita carga de trabajo

Craso

Pensar en positivo ni sube el sueldo ni quita carga de trabajo: por qué el ‘mindfulness’ corporativo está arruinando la cultura laboral

El problema está en ti y no en el sistema: la pandemia y el teletrabajo han liquidado del imaginario la oficina enrollada con neveras llenas, pero ahora se expanden iniciativas y talleres de autorrealización personal que en su esencia responsabilizan de la productividad, del rendimiento y del estrés al propio trabajador.

Noelia Ramírez | 27 Abr 2021 19:10

Cuando llegó la pandemia, Carlos estaba haciendo las prácticas curriculares en una empresa de cruceros a la que se aplicó un ERTE de reducción de jornada al 50%. El día que el director general de España comunicó la noticia por videoconferencia a todos los trabajadores, hizo saber que «para llevarlo mejor» y afrontar la situación «desde otra perspectiva porque la gente lo estaba pasando muy mal», la empresa iba a ofrecer formaciones «enriquecedoras» para su nuevo horizonte laboral. Las buenas intenciones de aquel anuncio se quedaron en dos sesiones de dos horas con una exdirectora de Recursos Humanos de Carrefour reconvertida en coach donde explicaba «las partes del cerebro límbico más relacionadas con las emociones» y apelaba a la esencia del libro Inteligencia Emocional, el superventas de Daniel Goleman que cumple ahora 25 años. «Nos recalcó que si pensábamos en positivo esto podía determinar los resultados que obtuviésemos». Mientras la empresa de Carlos urgía a sus trabajadores a autopsicoanalizarse para averiguar cómo poder rendir mejor mientras el mundo se paraba por una alarma sanitaria global, ni la carga de trabajo ni las condiciones laborales de los trabajadores, y mucho menos el sueldo, «mejoraron en nada» por pensar en positivo.

«Ahora pago más del 50% de luz de lo que pagaba, nadie me ha subido el sueldo y solo nos ofrecen o merchandising corporativo o reuniones de Zoom bajo el lema ‘It’s good to talk». Raquel trabaja en Irlanda en una de esas empresas que, antes de la pandemia, ofrecían clases de meditación y yoga gratuitas para empleados, de esas a las que «nadie nunca podía ir en realidad» por el horario en el que se ofrecían y porque el nivel de trabajo que asumían normalmente les impedía escaparse en leggings a estirar y despejarse. También tenía cenas gratis si cumplía con el KPI, un indicador clave del rendimiento del empleado. Con la llegada del coronavirus, Raquel, que trabaja en el departamento de Atención al Cliente para el mercado español y de Latinoamérica, pasó a trabajar desde casa y perdió todos aquellos benefits que tenía en la vida de oficina. «No se ha ingresado ni una libra extra. Las charlas que ofrecen nos pueden venir bien porque trabajamos en una ciudad muy depresiva y ya ni tenemos aquella vidilla de vernos unos a otros en el trabajo, ¿pero mejorar las condiciones? Eso nunca se ha planteado».

Jordi no bajó el ritmo laboral en pandemia y en su correo recibe habitualmente invitaciones a charlas motivacionales que baja el título La sorprendente conexión entre el cerebro, la mente y el bienestar prometen «desplegar el potencial humano en momentos de desafío, incertidumbre y cambio». Empleado en una de esas consultoras que han sido criticadas por quemar a sus empleados por sus jornadas maratonianas de más de 80 semanales bajo la dictadura de la eficiencia, en la empresa de Jordi, además de esas charlas motivacionales para vislumbrar las crisis como oportunidades de mayor rendimiento, los trabajadores tienen a su disposición un servicio de apoyo psicológico, un programa de mindfulness de varios niveles o clases de yoga online. Como Raquel, y como suele pasar en la mayoría de casos, Jordi nunca los ha utilizado. Como a Raquel o a Carlos, a Jordi tampoco le han mejorado sus condiciones laborales básicas.

Vive para trabajar, pero meditando

Dime cuántas actividades gratuitas de bienestar personal y mental pone a tu disposición tu empresa y te diré el nivel de estrés perpetuo con el que te suelen asfixiar. La pandemia y el teletrabajo han logrado borrar de nuestro imaginario a aquella estampa de oficina enrollada repleta de chucherías distractoras que importamos de Silicon Valley, pero en contrapartida ha instaurado una neocultura de bienestar emocional corporativo que, como explica Thom James Carter en Los programas de mindfulness corporativo son abominables se ha convertido en «una nueva cortina de humo para que, una vez más, las empresas del tardocapitalismo hagan lo que hacen mejor: poner sus beneficios por encima de las personas». De aquellas oficinas diáfanas tipo loft, las de las neveras llenas de refrescos y cervezas, las de sitios de trabajo sin determinar, las de máquinas de café rebosantes a todas horas que animaban subliminalmente a trabajar sin parar –para qué vas a ir a casa si en la oficina te ponen hasta sofás para echar una cabezadita o descansar– hemos pasado a una nueva cultura empresarial en la que las compañías se congratulan de ofrecer respuestas a la epidemia de ansiedad y estrés laboral aplicando supuestos métodos revolucionarios de bienestar emocional. “Sentarte durante una presentación de mindfulness y meditación, cuando tu bandeja de correo electrónico está a rebosar y ya hay una cantidad indecente de trabajo por hacer, puede sentirse hasta insultante», apunta Carter sobre este boom corporativo cuya estrategia es la de encajar y acomodar el bienestar emocional en la lógica empresarial. «Esa apropiación de lenguaje que mezcla superación personal y autorrealización, esa fórmula que justifica la apropiación del mindfulness y la meditación en la lógica capitalista es el nuevo truco corporativo: conseguir más dinero siempre fue la intención principal», sentencia en su ensayo.

En España, el mindfulness corporativo en las grandes compañías es una realidad. Según informa el Observatorio de Recursos Humanos (ORH), el 64% de las 102 compañías certificadas como Top Employers España ya cuenta con iniciativas en la materia como talleres de formación en mindfulness, espacios de silencio para la meditación o la práctica de la alimentación consciente. En el abanico de actividades destacan las pausas para «aliviar el estrés durante el horario laboral» (implantadas ya por el 62% de las compañías Top Employers España), las clases de yoga (55%) o los programas de desarrollo personal y autoconciencia (52%). Esos programas supuestamente introspectivos responden a talleres con títulos como «Presencia, dirección y comunicación: el líder sano» –un taller que, por ejemplo, recibieron 120 managers de Allianz Seguros en 2018–, charlas que en realidad son narrativas que convierten en fórmulas mercantilizables los recursos asociados al bienestar emocional.

¿Por qué las empresas se acogen con tanto entusiasmo al mindfulness corporativo? ¿Qué les mueve realmente? «La pandemia nos ha enseñado que no solo tiene valor mantenerse sano, sino que cuidar el bienestar de los empleados es productivo y rentable», aseguraba la consultora Mercer en un informe reciente: el bienestar emocional de los empleados es la nueva nevera llena de fruta de la oficina prepandémica. El mindfulness y la meditación se han convertido en los activos más provechosos con los que mercadear para conseguir un mayor rendimiento de sus trabajadores.

«Desde que implantamos estos programas ha mejorado nuestra productividad», decían desde el BBVA defendiendo su estrategia a Cinco Días. El pensamiento corporativo abraza estos recursos ‘saludables’ para el empleado por una única motivación: conseguir que sus resultados mejoren y así se optimicen los de la propia empresa. Los estudios lo prueban, tal y como recoge la investigación de Carter, se han publicado 813 investigaciones entre 1965 y 2005 que hablan sobre el uso terapéutico de la meditación (más de la mitad se hicieron después de 1994) sobre el cuerpo humano. Un nuevo paradigma que ha explotado en las grandes empresas de todo el planeta, sumándose a la mística de la cultura de la hipereficiencia laboral de Silicon Valley, esa que ha hecho del hackeo del cuerpo humano (el biohacking apuesta por convertir a nuestro organismo en una supermáquina optimizada) y del espiritualismo corporativo un matrimonio muy bien avenido para conseguir el triunfo empresarial.

Análizate: el problema está en ti y no en el sistema

Hace un cuarto de siglo se publicó Inteligencia emocional, el tomo seminal de esta cultura que urge a la autorrealización personal a toda costa y que redactó el psicólogo por Harvard y redactor científico de The New York Times Daniel Goleman. En su investigación, que nutre buena parte de los discursos de mindfulness de todas las grandes empresas y sus seminarios sobre la felicidad, se sugería que el cociente intelectual puede importar menos que lo que se entiende como el carácter. Que para poder progresar socialmente, lo interesante era analizar nuestras emociones en todo momento. Que el autocontrol sobre nuestra propia conciencia nos podía llevar al éxito. Veinticinco años después, la revisión de la biblia de las emociones no parece haber envejecido bien. «La inteligencia emocional es una doctrina de autoayuda profundamente en deuda con la ideología moralizante del neoliberalismo», escribía la académica Merve Emre recientemente en Las políticas represivas de la inteligencia emocional en New Yorker. Emre criticaba en el texto cómo este baremo se ha convertido en el perfil competencial que muchas empresas utilizan y cómo aquella teoría ha supuesto reducirlo todo a aptitudes puramente individuales que no tienen en cuenta otros factores externos. «La inteligencia emocional no es una cualidad, ni siquiera un atributo, sino un régimen de moderación. Es una colección de prácticas —evaluación, retroalimentación, coaching, meditación— para monitorearse a sí mismo y a los demás, de una manera que une la promesa de la autorrealización total con los peligros de la privación social absoluta. A pesar de todas sus justas proclamas sobre lo que aflige al mundo moderno, sus objetivos son francamente conservadores», sentencia.

Junto a esa inteligencia emocional, el mindfulness y la meditación se han convertido en los bastiones de la nueva cultura de la felicidad y el bienestar empresarial. Una entelequia que también se ha heredado de la cultura auspiciada por los gurús tecnólogicos. A mediados de los setenta, Steve Jobs lo empezó a implantar en los cuarteles de Apple tras el viaje y la epifanía que vivió en un viaje a la India, del que volvió con la cabeza rapada y convertido en budista. Jobs decidió instaurar pausas de trabajo de 30 minutos para que él y otros empleados pudiesen meditar y propuso incluir habitaciones de meditación dentro de la compañía. En Google también se ha optó por una fórmula similar, con el histórico método de mindfulness de Cheng-Men Tan, el ingeniero y empleado número 107 de la compañía, conocido ya como el «oráculo» o el «brujo» de Google. El ingeniero es el responsable de haber instaurado una estrategia de mindfulness –el programa Search Inside Yourself de sesiones semanales o intensiva de dos días donde los empleados se sientan en un cojín a meditar para manejar mejor el estrés– que ahora se ha exportado a un instituto propio, el Search Inside Yourself Leadership Institute, un gigante que ya opera sobre 50 países y sobre decenas de miles de trabajadores.

«Cuando el mindfulness y la meditación se encajan en la lógica tardocapitalista no son las estructuras sobre las que se asientan las que tienen un problema: el problema se centra en ti”, escribe Carter a propósito de Search inside yourself (busca en tu interior), un lema que se ha convertido en una etiqueta paradigmática que viene a resumir la esencia de toda esta nueva cultura laboral: si estás quemado, tú eres el responsable de repensar qué haces mal con tu vida, buscar en ti mismo, y nunca analizar qué falla más allá de lo que tú puedes aportar.

Curiosamente, en estos programas de bienestar nunca se cuestionan esas «jornadas de 87 horas semanales, la falta de personal, los plazos de entrega inalcanzables, una rotación de plantilla exagerada o la ausencia de apoyo para hacer frente al teletrabajo» –las quejas que han hecho públicas esta misma semana unos auditores de segundo año de EY en su sede de Barcelona–. En esos talleres la respuesta para mejorar solo la encontrarás en ti mismo, nunca en el sistema que perpetua esa sobrecarga y jornadas extenuantes. Pagar un salario acorde a lo trabajado, tener un horario razonable o cumplir con las vacaciones estipuladas podrían solucionar ese manejo del estrés y ansiedad por el trabajo, pero para qué planteárselo si a los empleados se les inocula la creencia de que son solo ellos, equivocándose por no reprimir sus emociones adecuadamente y sin saber controlar el momento presente, los únicos que lo están haciendo mal.

*Los nombres de trabajadores utilizados en este reportaje son ficticios para salvaguardar la intimidad de los protagonistas que han participado en él.

Artículo actualizado el 28 abril, 2021 | 08:24 h

Fuente: https://smoda.elpais.com/trabajo/mindfulness-corporativo-esta-arruinando-nuestra-cultura-laboral/


Siempre critico mucho a la prensa, pero de vez en cuando se cuela algún buen artículo y este es un ejemplo perfecto. Mi más sincera enhorabuena a la tal Noelia Ramírez, ojalá fuera más habitual encontrar periodismo de verdad en medios como "El País", que por lo general dan vergüenza ajena.

Hace años que llegó a España importada de USA la mierda del pensamiento positivo, que las empresas utilizan para blanquear el brutal empeoramiento de las condiciones laborales de sus trabajadores desde la crisis de 2008. Abro este hilo para que los mediavideros comenten este fenómeno y cuenten sus experiencias personales sobre el tema.

26
Mar5ca1no7

Justo estaba deseando que creases un hilo y aqui esta.

Para conseguir algo solo hace falta quererlo de verdad.

26 1 respuesta
SikorZ

Las empresas ya no saben que inventar para engañar a los trabajadores. Mucho feminismo, mindfulness mucha excusa para no subir sueldos u ofrecer mejores condiciones.

Si quieres que esté feliz es fácil, no me hagas malvivir y trabajar todo el día, así de simple.

Esto me recuerda a cuando las empresas y los medios de comunicación quieren crear la sensación de que en España no hay talento, que putas risas me echo con esas noticias. Que no hay talento dicen los hijos de puta. Lo que no hay es gente que quiera cobrar 30k por un puesto que fuera de España es +100k y encima currando todo el día, que les den por culo.

Me ha salido la vena sindicalista hoy parece.

83 2 respuestas
Don_Verde

Hace mucho tiempo que tengo ese pensamiento, que el positivismo forzado, esa cultura de que o eres positivo o algo malo tiene, es una chorrada sin sentido creada para satisfacer a gente que se piensa que esto es el Triunfo de la Voluntad. Para mi es un pensamiento nazi, aunque lo hago de forma provocativa, obviamente :P

Como resumen, siempre saco este trozo de una entrevista a Toteking, que para mi lo resume muy bien, al menos mi punto de vista

63 2 respuestas
BliNk_PoWa

Recuerdo en España que me decían " aquí se trabajan muchas horas, este sector es lo que tiene. Te tiene que gustar.. Así que tras las 12 horas de trabajo te toca limpiar todo bien, me gusta que mis camiones estén relucientes"

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Leoshito

Tú no le debes una mierda a la empresa, más que lo que está en el contrato.

Si te "mejoras" para la empresa, si "te haces productivo" para la empresa y otras gilipolleces así DE GRATIS, o peor, bajo la amenaza de despido "porque no eres productivo" como el resto que sí pasa por el aro, solo estás haciendo más rico a los ricos a cambio de tu vida. Y tú solo tienes una.

#1Craso:

«Desde que implantamos estos programas ha mejorado nuestra productividad», decían desde el BBVA defendiendo su estrategia a Cinco Días.

El BBVA plantea reducir su ere en 350 despidos, hasta los 3.448

Para eso sirve aumentar la productividad y el mindfulness, para que cojan empresas que están ganando miles de millones de euros y te despidan en un ERE.

1 1 respuesta
WinnieSirPo

Solución; no estes triste

B

Que asco da el positivismo llevado al extremo de hoy en día..

BeTiS

Mindfullness = Artimaña de ponerle un nombre molón a una pantomima.

Si de verdad las empresas quisieran que sus trabajadores estuviesen contentos les mejorarían las condiciones laborales. Les reduciría la jornada para que no estén en su puesto de trabajo más horas de las estrictamente necesarias para desarrollar su tarea, así les permitiría tener más ocio y conciliación familiar. Y sobre todo si se interesaran por el bienestar de sus empleados les pagarían un sueldo digno acorde a la productividad del trabajador.

Pero es más fácil inventarse triquiñuelas y componer nombres en inglés para escurrir el bulto y engañar a la gente mientras se llenan los bolsillos con el esfuerzo del proletariado.
Eso si, pon cara de felicidad que no te quiero ver amargado desde mi Ferrari.

2 2 respuestas
DoRiTo

El empleado tiene las mismas ganas de esforzarse para el jefe como las ganas que puede constatar en el jefe de esforzarse por el empleado, el resto es basura.

4
tute07011988

Ni cura el cáncer. A ver si los vendehumos estos dejan ya de jugar con la gente.

Ugrek

Positivismo
Mediavida

Pick one.

1 respuesta
Kb

En el 2008 ganaba en usa lo mismo que gano ahora en el 2021 en españa, y en usa era el ultimo escalafon en la empresa

tute07011988

#12 Esa es otra, los cantamañanas estos han fagocitado el término "positivismo", que es más antiguo que todas sus chuflas y poco tiene que ver con lo que proclaman.

Kb

Doble post

M0E

20
TripyLSD

#4 "El mindfulness es un invento de los ricos que les va de puta madre"

Lo clava.

Todas estas mierdas motivacionales son una mera distracción para que el individuo se siga mirando el ombligo pensando muy fuerte que las cosas le van a ir mejor porque sí, y debilitando el poder de las masas contra el establishment que tan a principios de la década pasada pusieron entre las cuerdas a muchos de esos ricos (por eso no es casualidad que, después de esos acontecimientos, ahora nos bombardeen con esto)

1 respuesta
Logainn

Algunos aquí vivís en otra realidad.

El mindfulness puede ser útil y no tiene por qué aplicar solo a la empresa. Sólo es algo que te ayuda a estar más tranquilo, focalizado y si, productivo, lo cual debería llevarte a tomar mejores decisiones (y una de ellas podría ser decidir no trabajar en una empresa que te hace trabajar 80h)

Te crees tú que la empresa de enfrente o la de china no van a explotar a sus trabajadores para que tú puedas tener tus vacaciones y trabajar solo 8 horas. Si quieres eso, a ser cajero del Mercadona o buscarse curro de funcionario, pero no o quejeis de los salarios entonces.

1
B

Es cierto que tienes que hacer un esfuerzo para encontrar lo positivo del día a día, y si no está en tu trabajo hazlo fuera. Por que si no empiezas a ver algo acabas quemadísimo y seguramente sin salir de casa. Amargado y todo el día abriendo hilos en internet.

B

Dejad a la gente ser feliz con su mierda. Mas sangre y menos vinagre.

AikonCWD

Yo hago mindfullnes y la verdad que me ayuda, mente mucho más despejada, felicidad y ser plenamente consciente de las cosas. Hasta he subido la productividad y al terminar la semana estoy menos cansado.
Tener un ikigai definido también ayuda a centrarte y ser feliz.

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HarpeR

#3 No nos podemos fijar cuanto se cobra en otros paises por el mismo puesto. Son paises diferentes, con condiciones laborales, condiciones políticas, y condiciones sociales-económicas diferentes.

Conozco a mucha gente con carreras de ingeniería, filología...etc, por ponerte un ejemplo, en empresas de administrativos. Y no veas lo que se quejan de que por tener estudios deberían cobrar mucho mas (elitismo¿?).

Hay de todo en este mundo del señor. Pero la de gente que veo que trabaja unas horas, dicen que no llegan bien a fin de mes y luego la empresa les ofrece meter alguna hora extra y pasan de levantarse un sábado…etc.

1 respuesta
B
#9BeTiS:

Si de verdad las empresas quisieran que sus trabajadores estuviesen contentos les mejorarían las condiciones laborales.

El mito mas extendido dentro del capitalista es que mejorar las condiciones laborales repercute positivamente en la empresa, lo cual es absurdo, pues no se da en todas las condiciones empresariales, vease un bar, la productividad no va ligada a un incremento de la producción, va ligada a la eficiencia, y esta es usada como arma de negociación individual que permite devaluar el trabajo debido a la propia competitividad y a la nula capacidad de negociación colectiva.

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B

#9 #17

Mindfulness es una enseñanza que proviene del budismo, una doctrina filósofica que data de 2500 años a.C. El término es una traducción al inglés de la palabra sati, en pali (idioma en el que se registraron las enseñanzas de Buda), y significa intención, atención pura, recepción y presencia del corazón.

Se considera que el Mindfulness tiene su origen en Kapilavastu, lugar que hoy día es frontera entre la India y Nepal. Allí, donde tantas enseñanzas orientales sobre el hombre y la consciencia han tomado forma para después propagarse por todo el planeta, parece que surgió esta práctica.

Fuentes: https://www.infobae.com/2015/10/22/1764286-la-historia-secreta-del-mindfulness-la-meditacion-acabar-el-estres/#::text=Mindfulness%20es%20una%20ense%C3%B1anza%20que,recepci%C3%B3n%20y%20presencia%20del%20coraz%C3%B3n.

https://lamenteesmaravillosa.com/donde-esta-origen-del-mindfulness/

Sí o que?

1 respuesta
Gustioz

#21 te doy un tortazo que te ajusto los chacras!

spoiler
tute07011988

Siempre es más chachi darle un nombre anglosajón u oriental a algo que estaba ya en tu rutina rancia de España, como meditar o reflexionar.

SikorZ

No haría falta hacer mindfulness ni yoga si pagaran bien y no tuvieras que trabajar todo el puto día. Pero eso jamás pasa.

#22 Vamos a ver, te lo compraría si la diferencia fuera mas pequeña, pero no lo es.

+100k te valen hasta para vivir perfectamente en capitales, sea donde sea. No me jodas.

TripyLSD

#24 Claro, por eso tenemos a tantos budistas en las empresas y clases de couching de mindfulness. Obviamente todos los programadores detrás de las apps de mindfulness y sus micropagos también son budistas.

Por no hablar de echarnos unas risas con la apropiación cultural.

2 respuestas
Karch

menudos vendehumos, en el otro extremo tenemos a personajes habituales como

4
pardier

piensa mal y acertaras