Empecé a tener trastornos del sueño, no soñaba y me despertaban los ruidos. Esto hizo que, en pocos meses, se me fuera la cabeza por completo. Volvía a tener brotes psicóticos y volví a ingresar en psiquiatría, con el consiguiente pinchazo de antipsicóticos. No se me arreglaba ya la cabeza, aunque el TCA pasó a segundo a plano, después de un ingreso. A todo esto, seguí en Derecho, entré con muchas ganas después de este ingreso, a recuperar 2º curso y alguna de 3º (llevaba ya 4-6 años repitiendo, el tiempo lo tengo irregular por los brotes psicóticos y los ingresos en psiquiatría). Vi que me lo pasaba muy bien y me sentía a gusto, había olvidado la depresión y el TCA, pero al poco tiempo nos cambiamos de casa. Mi abuela materna había sufrido mucho con la separación de mi abuelo y mi estado y volvió a su carácter negativo. No nos hablábamos bien y perdí el interés por la carrera.
En la nueva casa, unos vecinos geniales, pero tenía los problemas de no dormir por los ruidos y, ahora, me levantaba a orinar un cubo entero, que metía en mi cuarto, porque mi abuela venía todas las mañanas a levantarme si veía la puerta abierta y me trataba muy extraño. Ya no estábamos bien nadie.
Para resumir un poquito ya, estaba destrozado por dentro después de todos los años de bulimia y sueño perdido. Había desarrollado cáncer, testicular y renal. Esto hizo que me volviera la depresión, a niveles de caballo. Me pasé meses tumbado en la cama, en parte porque el cáncer me consumía y me moría, en parte porque ya no quería vivir. No sé porqué, en un momento dado se me olvidó que tenía el cáncer (no se lo había contado a nadie de mi familia) y me puse muy en forma, con un sufrimiento y dolor brutal (el cáncer, lógicamente, lo seguía teniendo). Sumado a eso, entré en INEF (sobre los 26-27), que me dio un chute de ánimo y motivación. Era mi vocación y o así lo creía yo.
Duré pocos meses, el primer semestre, porque me estaba muriendo. En Urgencias, sobre noviembre de ese curso, entre varias veces y, al verme tan en forma, me echaban para afuera, diciendo que no tenía nada. Finalmente, me auto-reconocí el testículo y ya vieron que estaba infectado por el tumor. Entré de seguido a la cirugía testicular y, poco después, a la renal.
Sin embargo, todo el sufrimiento y dolor de muchos meses, más no dormir, más el shock de las cirugías, hizo que desarrollara psicosis. Mi mente y yo ya no éramos la misma persona y vivía fuera de mí, con al menos una personalidad más que quien siempre había sido. Mi conducta en casa era agresiva y violenta y me ingresaban, con los consiguientes antipsicóticos, cada pocos meses. Finalmente, me diagnosticaron esquizofrenia, con lo que no estoy de acuerdo, pero no sé si puedo cambiarlo.
Estoy actualmente con un médico genial, súper comprensivo, que me dio medicación para la depresión (que sumada a la psicosis me tenía en cama días enteros) y estoy mejor en ese aspecto, aunque aún tenemos que tratarlo. No sé si necesito más medicación o terapia, o se debe a un defecto de testosterona (me falta un testículo, por el cáncer), que veremos también si me pautan terapia de testosterona.
De la psicosis/esquizofrenia, con la medicación no tengo delirios ni alucinaciones, pero me deja débil físicamente y hambriento (gano peso). He hablado con mi médico de que, si en un futuro mantengo una conducta apropiada (0 agresividad ni violencia), puede que me retire la medicación, porque él no está en contra de que tenga delirios o alucinaciones, mientras no interfiera en la ya dicha conducta ni en mi desempeño diario.
El futuro me dirá si con terapia, medicación hasta que pueda controlar mi mente y recordar quien era, me curaré.