Estábamos anoche unos amigos en casa de uno, tomando unas cervecitas. El caso es que el anfitrión es un agarrado, y las tuvimos que bajar a comprar a una china.
Entonces dijo "venga, os invito a pizza". Total, que llama al Telepizza y pide 4 familiares, bebidas y alguna mierda más. Seguimos dándole al palique y en 40 minutos llamaban a la puerta.
-Hola, traía estas pizzas...
-Ah, sí, es aquí, pero oye, mira, el que paga está en el piso de debajo, que le acaban de avisar de que se ha filtrado agua o algo así.
Por pura casualidad, o por las oscuras, crápulas artes de este individuo, el ingenuo motero bajó las escaleras y le dejó las pizzas. No hace falta decir que cerró la puerta ipso facto, y nosotros nos quedamos :o delante de las pizzas.
El repartidor llamó insistentemente durante 15 minutos y acabó por abandonar y aceptar que le descontarían cerca de 90 euros del sueldo.
Con algo de remordimiento devoré mi parte, aunque no cesé de advertir a mi amigo de que alguna vez se la iban a devolver con creces. ¿Vosotros habríais aceptado vuestra parte en esta situación?