#166 No focalices en un sólo ámbito, tener mano de obra barata le favorece a las grandes multinacionales para servir maximizando beneficios, no sólo en el sector de la construcción.
Y copypasteo algo que ya escribí en otro thread.
El progresismo no termina de entender algo tan sencillo como eso, para producir/generar hace falta CAPITAL, sin él una persona que entre un país siempre va a provocar que empeoren las condiciones laborales del resto, empezando por disminuir la renta per capita.
Y cuando hablo de capital me refiero a capital económico (bien financiero como el dinero, o material, locales, maquinaria, etc) y al intangible (intelectual, redes comerciales, etc).
Un trabajador jamás va a generar riqueza sin más, si un trabajador pudiese generar riqueza sin capital no habría paro en ningún lugar del mundo ni las personas tendrían que emigrar a otros países, se pondrían a trabajar y generarían riqueza.
Cada persona sin capital que entra en nuestro país es una persona más a repartir de un mismo capital que no se ha incrementado. ¿Qué es lo que ha propiciado esto en España? El empobrecimiento del mismo y el enriquecimiento de las multinacionales, únicos favorecidos de esta inmigración sin formación, que les sirve para seguir manteniendo e incrementando sus beneficios ligado a la disminución de los salarios por ese decrecimiento capital/habitante.
Hemos perdido poder adquisitivo, ha crecido el paro -al final, si no hay crecimiento de capital un inmigrante está quitando el trabajo de un español-, aumenta la precariedad en el emple y por tanto se pierden derechos y presión laboral ligado a esto, ahora el obrero se ve obligado a aceptar condiciones de trabajo inhumanas "porque sino con el paro que hay otro vendrá que lo aceptará".
Para colmo, esta inmigración es la beneficiaria de gran parte de las ayudas sociales y los pocos que generan algo rápidamente lo mandan fuera.
Y lo peor de todo es que los principales defensores de esta inmigración masiva y descontrolada sin capital es la izquierda que a su vez se jacta de ser defensor del obrero, algo que es una completa y absurda incongruencia.