Podemos quiere echar a los militares de las Islas Canarias. Según una proposición no de ley (PNL) presentada por la diputada isleña Meri Pita, el Archipiélago debería ser declarado «zona de paz» con el estatus de «territorio de neutralidad permanente» y, en consecuencia, que «el Estado central» no establezca en la zona tropas, bases militares ni construya «fortificaciones de ningún tipo o sobre la base de ninguna alianza europea o internacional».
La iniciativa será tratada este miércoles en la Comisión de Defensa a instancias del Grupo Parlamentario Podemos-En Comú Podem-En Marea, que sostiene la «vocación internacionalista» que el Archipiélago ha tenido «históricamente» y que por ello debe aspirar a ese carácter de neutralidad y zona de paz en pos de que sea un referente «de progreso económico, estabilidad política y respeto a la Declaración de los Derechos Humanos».
Sobre esta idea, cita otros territorios que «formando parte de un Estado, han sido declarados como territorios de neutralidad permanente», como las Islas Samoa «entre los años 1889 y 1899», como Cracovia, «declarada ciudad libre por el tratado de Viena de 1815 y también en 1846 con el acuerdo común de Rusia, Prusia y Austria».
Finalmente, cita la votación de marzo de 1986, cuando «los habitantes del Archipiélago expresaron su determinación y deseos de paz, al votar mayoritariamente en contra de la permanencia de España en la OTAN», algo que gracias a esta PNL estiman que sirva para «promover la paz tanto al interior de nuestras fronteras naturales como fuera de ellas, tan lejos como arrumbe el mar».
El portavoz del PP, también diputado por Las Palmas, Guillermo Mariscal, defenderá la posición contraria, convencido de que «garantizar la seguridad de los españoles es una responsabilidad ineludible» y que hay una serie de «convenios internacionales que mantener». Por otra parte, Canarias es una pieza clave para la defensa española, sostiene, que está definida, entre otros, por «la posición geoestratégica del Archipiélago».
Por otra parte, el legislador popular se preguntó si acaso no debe ser objeto de preocupación el sector turístico del Archipiélago, puesto que los viajeros «valoran muy positivamente la seguridad de las Islas, algo que otros destinos competidores desde luego no pueden garantizar».
Pues nada, otra más. Otra muestra del <buenismo> que nos quieren meter a la fuerza, un archipiélago sin fronteras y sin militares. Eso sí, las casas de chocolate y los árboles de gominola que no falten. Opinen.