Me hace gracia como los que critican que a algunos sectores les preocupa más la muerte del perro que la paliza al vagabundo no se planteen el apoyo emocional que supone tener a una mascota en situaciones de soledad, y más aún de un perro, que es amor incondicional hacia el dueño en estado puro. Otro punto es ir a creerse a ciegas las versiones, ambas: tanto las de unos, que omiten la información que les parece y conviene, y las de otros, que tienden al sensacionalismo.
Menuda falta de miras que os gastáis algunos.