Se lo que se siente, a mis brazos hermano.
Igualmente no hay que dejar que la ansiedad domine nuestra vida, todo cuanto podamos superar aunque sean pequeños pasos o acontecimientos, es una batalla ganada.
Yo durante muchos años tenía en mente que antes de hablar tenía que pensar bien todo lo que iba a decir, entonces llegaba un punto en el que cuando la conversación se salía de lo planeado la mente se quedaba en blanco y entraba en juego la ansiedad social, hoy en día lo que hago es hablar y actuar la mayoría del tiempo sin pensar en ello, y lo que diga o haga pues queda dicho.
Al fin y al cabo forma parte de mi verdadera forma de ser y con este truquito adquiero (algunas veces) más facilidad para hablar con la gente sin que me lo impida la ansiedad social.