«Lengua, Idioma y dialecto:
Debemos entender por lengua el sistema lingüístico organizado en estructura funcional propia y peculiar, sistema que sirve de instrumento de expresión y de comunicación directa entre los individuos de una comunidad lingüística.
Precisando el concepto, conviene observar que puede no darse exacta coincidencia entre comunidad lingüística y comunidad político-social y que el dominio geográfico de una lengua no coincida con la extensión territorial dominada por un poder político o nación. De hecho, esa falta de acomodación es lo más común. Por ello, de las necesidades político-administrativas brota el concepto de idioma o lengua oficial de una nación o país. En España tenemos un idioma, la lengua española, en realidad lengua castellana, que, por razones históricas, políticas y culturales, pasó a ser lengua oficial del país. Pero en Bélgica, por ejemplo, tienen dos: el francés valón y el flamenco; y en Suiza, cuatro: el francés, el alemán, el italiano y el romance o retorromano.
Por lo dicho, se deduce fácilmente que, en buena precisión, la lengua española es solamente la lengua de España o idioma español, mientras que todos los hispanohablantes se comunican en lengua castellana.
Si el concepto de idioma proviene de causas ambientales, culturales, políticas e históricas, el concepto de dialecto presenta consideraciones lingüísticas y culturales.
Debe entenderse por dialecto cada una de las variantes regionales de una lengua. En consecuencia, todos los dialectos de una lengua ofrecerán en sincronía un único sistema lingüístico en su estructura pero manifestarán específicas preferencias en el funcionamiento de ese sistema común. Esas preferencias se situarán en los distintos niveles, léxico, morfosintáctico y fonológico, o únicamente en alguno de ellos.
El problema de cuándo un dialecto, en razón de la evolución diacrónica, deja de serlo y pasa a ser otra lengua diferenciada, momento difícil de precisar lingüísticamente, queda quizá resuelto con los criterios, que apunta M. Alvar, de igualación, uniformación o nivelación en unos precisos límites geográficos y en la conciencia lingüístico-social de todos los hablantes de la respectiva comunidad lingüística.»
[Lamiquiz, Vidal: Lingüística española. Sevilla: Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1975, p. 433-434]
Aplicadlo al tema. Os confundís de términos.