Las manifestaciones autorizadas son como el pollo sin sal, las pelis en screener o el sexo con condón.
Una manisfestación que hay que preavisar que se va a hacer, que hay que decir por que calles va a discurrir es lo más moñas y estúpido de la democracia. Borregos en el redil berreando todos juntos pero bien organizados y controlados.
Una manifestación tiene que ser por sorpresa, amenazante, tumultuosa. Que llegue a todos los rincones para que se oiga en todas partes la voz del descontento del pueblo. Es una queja, es un llanto y como tal merece que sea agresivo (que no salvaje). Tiene que ser un problema, un descontrol. Tiene que lograr desviar la mirada a ella, porque importa, porque demanda. Tiene que sacudir los cimientos del orden establecido porque ya no gustan y necesitan cambiar.
Cuando algo así se forme va a dar igual que seas policia, funcionario, ingeniero, profesor, medico o fontanero. Mientras tanto solo seguimos siendo borregos en el redil.