El capitalismo salvaje y la globalización sin límites no solo van a destruir al planeta, sino que en lo cercano, ya somos un país desértico sin un plan nacional del agua, sin concienciación, y con estudios que afirman que cada año vamos a seguir en temperaturas históricas.
Pero como vamos a hablar de un país que no sabe ni gestionar sus impuestos, de que el propio territorio si que se le está muriendo, y para el agua o las enfermedades que vendrán no hay impuestos que valgan cuando sea demasiado tarde.