Yo veo más factible un modelo no tan radical.
Que el ministerio de educación, con ayuda de organismos que entiendan de cada materia, desarrolle una tabla de contenidos OBLIGATORIOS y MÍNIMOS.
Las editoriales, encargadas de la edición de estos libros con fines educacionales, sometan sus libros a una especie de subasta pública (como se hace con la mayoría de construcciones civiles:puentes carreteras...) un comité de expertos elegiría que editorial sería la encargada de la edición del libro de X curso X materia y el mismo gobierno subvencionaría estos libros en un porcentaje.
El proceso de selección de contenidos y subasta pública se haría cada 5-10 años para llevar los contenidos más menos al día y dar oportunidad a otras editoriales de competir.
Así nos aseguramos: Libros de texto de calidad y a buen precio, más igualdad educativa(aunque esto viene más marcado por los profesores), un periodo de validez ASEGURADO de los libros permitiendo así su préstamo a amigos y familiares (incluso empeño de los mismos para una devolución del coste o donación a bancos de libros ), una educación más unificada permitiendo así la movilidad estudiantil, evitamos regalos de editoriales ("sobornos")...
Las fallas que le veo: Una posible imparcialidad a la hora de adjudicación a editoriales de estos libros de texto(sobornos), comités poco parciales y editoriales pequeñas que podrían perder la oportunidad de competir.
Algunos pensareis que es un poco nazi esta forma, pero creo que las escuelas merecen ese plus extra de calidad asegurada e igualdad que este método ofrecería.
¿Qué os parece la idea?