Podría entender en cierto modo el argumento aboliciinista: Explotación de la vulnerabilidad, situación 'violenta' etc... Pero mi idea no es entrar en esto ahora mismo, ni en el derecho que pueda tener uno a explotar libremente su cuerpo. Sino en sacar a colación a la gente que por sus circunstancias, lo necesite para cubrir sus necesidades. Porque quizá a muchos el sexo no les parezca una necesidad, y muchos de esos muchos partirán desde la arrogancia de quién se sabe cubierto, pero el sexo, tocar a alguien, es una necesidad primaria instintiva que supera lo racional.
¿Que hacemos pues, con toda esa gente? Aquí no solamente se meten camioneros salidos. También ese chico introvertido. Ese hombre que nació poco agraciado. Esa señora que quiere volver a sentirse mujer. Esas personas discapacitadas físicas o intelectuales, pero no por ello menos cachondas (un síndrome de Down por ejemplo está muy salido, por ejemplo).
Las pajas no son una solución a largo plazo ya que una persona necesita por instinto tocar a alguien de vez en cuando, relacionarse.