El año pasado estaba en una situación similar a la tuya. Este verano me fui a trabajar 2 meses a la costa. Conocí gente, me lo pasé muy bien con ellos, gane dinero... y fui realmente consciente de que me puedo sacar las castañas del fuego sin que nadie tenga que ayudarme.
Volví con energías renovadas, pero un tema sentimental que arrastraba desde el año pasado me hizo caer de nuevo en el bache, decidi ponerme a trabajar los fines de semana ( aunque mi principal actividad son los estudios )
Trabajar, por pocas horas que sean, te da otra perspectiva de la vida, te imprime un ritmo vital muy saludable, conoces gente... vamos que te das cuenta de que hay más mundo a parte de tus colegas, la universidad y 4 cosas más.
Trabajar te da una perspectiva que te hace darte cuenta de que aunque ahora estes atravesando un bache, si pones algo de tu parte las cosas buenas vendrán cuando menos te lo esperes.
Hay que aprender a tener ilusión por las cosas cotidianas, pero a la vez no hay que perder de vista unos objetivos a largo plazo, que sean los que realmente te marquen el camino. A los 20 años esos objetivos seguramente sean labrarte un futuro profesional a priori apetecible, formarte como persona en el terreno personal, encontrar a alguien a quien merezca la pena querer, conservar y aumentar tu círculo de amistades, apuntandote a alguna actividad o deporte que nunca hayas realizado, donde habra gente nueva que conocer... no se, en general, tener las antenas abiertas a nuevas oportunidades que te puedan llegar, y si no llegan solas, buscarlas. Desde luego lo que no hay que hacer es encerrarse en casa sin salir porque te has quedado sin amigos. Con 20 años, si tus amigos se han hechado novia y tienen otras ocupaciones, pues te buscas nuevos amigos... lo que te digo, en algun deporte o actividad.
Bueno pues eso, que de todos los baches se sale. Date tiempo.