Me subiría un pícaro en la Classic para jugar PVP. De PvE no puedo hablar mucho porque no hice con mi rogue pero para subir y PvP puedo darte tips generales:
Olvídate desde ya de lo que es el sigilo hoy en día, en classic está mucho más nerfeado, vas más lento y es más fácil que te “saquen”, si no llevas talentos en suti directamente se puede decir casi que NO tienes sigilo realmente.
Vas a echar muchísimo de menos la cloack, que hasta TBC no apareció.
Ser ingeniero ayuda mucho a todas las clases en PvP.
Eres de las clases más fuertes, pese a todo lo enunciado anteriormente, en general solo pueden derrotarte 1vs1 magos, warriors, palas reckoning y hunters; no obstante al no tener cloack vas a morir muchas veces vs rangeds mientras intentas matar a alguien o justo tras hacerlo.
Para subir hasta por lo menos el nivel 30 es mejor ser full combat, 100%, pegar ambush y backstabs es bonito (y siempre puedes cambiar armas en combate con una macro para aprovecharlo al máximo) pero los talentos que favorecen eso palidecen vs los de combat, sobretodo al inicio.
Más adelante y hablando de PvP ya tienes dos opciones que, a mi entender, son las mejores, ir a dagas con una mezcla de suti-assa-combat (combat lo que menos, sólo para mejorar gouge y backstab) llevando preparation y cool blood o una build parecida, pero sin puntos en combat que va a hemorrage, parecida a la que más se usó durante TBC, que es menos situacional (aunque también menos divertida) y te permite ser una inmensa bestia parda incluso sin cd’s una vez llevas buen equipo.
En classic un rogue tiene que ser más cuidadoso con dónde y cómo combate, los cd’s son más largos, hay menos supervivencia y la ausencia de cloack hace que cualquier marca de hunter, fuego faérico o dot de priest-lock etc te deje sin tu principal herramienta durante mucho tiempo, por lo que tiene mucho de anticipación y saber elegir los combates, esta debilidad la compensa con ser de las mejores, o la mejor, clase en 1v1, lo que la hace perfecta si quieres dedicarte a gankear/vacilar gente y ser el foco de muchos odios.