Os dejo este artículo, a mi parecer muy interesante. Aunque sé que hay gente que odia a Roberto Centeno por aquí, pero weno...
¿Quién tiene un plan anticrisis más creíble: Rajoy o Rosa Díez? por Roberto Centeno
El Plan de Rajoy
Supongo que se refiere al ?Plan Anticrisis Global y Completo? del PP, tan ampuloso en su nombre como inconcreto y demagógico en su contenido. El Plan contiene doce propuestas con las que es imposible estar en desacuerdo. Solo dos problemas: primero, se trata de principios generales, sin explicar cómo abordarlos; segundo y esto es lo más grave, el PP gobierna en varias CCAA y un sinfín de ayuntamientos, y en ni uno solo de ellos ha hecho lo que predica, en realidad es peor aún, hace justo lo contrario.
Mencionaré cinco de las propuestas. Plan de austeridad de las AAPP, ciertamente imprescindible, y entonces? ¿cómo es que sus Comunidades, empezando por Valencia, y Ayuntamientos, Madrid y Valencia, por poner dos ejemplos significativos, son los campeones nacionales de gasto y deuda en relación al PIB? Gallardón, en concreto, se ha convertido en el paradigma del gasto sin control, y es con gran diferencia el mayor despilfarrador del Reino. Resulta más incomprensible aún que, cuando en diciembre, un Zapatero enloquecido, ofreció a las CCAA 11.000 millones de euros adicionales que España no tiene, en lugar de denunciar esta tropelía, las Comunidades del PP fueran las primeras en ir a poner el cazo a Moncloa.
Reforma fiscal, proclama la eficacia de las reducciones de impuestos para la recuperación económica, pero no dice cuáles ni cuánto, y lo inaceptable, sus CCAA y Ayuntamientos están a la cabeza de las subidas de impuestos, tasas y multas. Aquí el paradigma vuelve a ser Gallardón, que tiene las mayores subidas del IBI, impuesto de basuras por partida doble, etc, y algo inédito en el mundo, ha inundado la capital de radares recaudatorios, que multiplican por tres las multas de tráfico de todo tipo.
Reestructuración del sistema financiero, demagogia al por mayor, ?transparencia, seguridad, confianza? (blá, blá, blá), y luego el BdE acusa a los barones del PP de ser los que más obstaculizan esa reestructuración. Recuperación de la unidad de mercado, imprescindible, pero con su ruptura del discurso nacional: Rajoy dice una cosa en un sitio y lo contrario en otro. Ha afirmado en Cataluña, donde se concentra el núcleo del problema, que ?es deseable la unidad, pero no se puede imponer?, y uno anonadado se pregunta ¿Vamos a ver, Sr Rajoy, si ni siquiera es capaz de imponer la unidad de mercado sí o sí, cómo va a ser usted presidente?
Y por último, reforma del mercado energético, imprescindible también, pero lo mismo, generalidades y contradicciones flagrantes. Defiende la opción nuclear en Madrid y la ataca en Castilla-La Mancha. Pero sobre todo, el disparatado modelo energético actual no es de Zapatero, sino que es el Plan Eléctrico y Gasista del PP el que nos ha llevado al desastre. En definitiva, si no es capaz de arreglar su casa, ¿cómo pretende arreglar España? Rajoy carece de autoridad y de carácter para sacar al país de la crisis.
Y luego, el ?milagro? de Rato, ?lo hicimos una vez y lo volveremos a repetir? dicen. ¿Qué milagro? ¡Basta ya de tomaduras de pelo! Primero, la situación actual no tiene nada que ver con la del 96, pero sobre todo no hubo política económica alguna que encauzase el crecimiento para garantizar un desarrollo estable. Todo fue exógeno, tipos de interés, liquidez ilimitada, entorno exterior óptimo, igual que Solbes, pero con la inmensa fortuna de que les tocó el principio del ciclo. Saneamiento de las cuentas públicas, ?se pasa de un déficit del 7% al equilibrio?. ¿Y cómo? Porque habíamos entrado en la fase alcista del ciclo y la recaudación subía exponencialmente sin mediar acción alguna, más el proceso masivo de privatizaciones, decenas de miles de millones de euros a las arcas públicas sin despeinarse.
Sigue el ?milagro?: gastar un 10% más de lo que producimos, y Rato, en lugar de imponer racionalidad, echa más madera; familias y empresas se endeudan alocadamente, y en ocho años la deuda se multiplica por tres, el mayor incremento de nuestra historia. Medidas para cambiar un modelo productivo insostenible, cero; medidas para frenar el caos autonómico, cero; reducción del empleo público, ?de cada cuatro bajas solo se cubrirá una?, mentira: más de 500.000 nuevos funcionarios del 96 al 04; medidas para reducir el endeudamiento limitando a bancos y cajas los préstamos exteriores, cero; reformas estructurales, cero. Peor aún (y esto lo viví en primera persona), Rato transforma los monopolios públicos con precios regulados en monopolios privados con precios libres, y pone las instituciones del Estado a su servicio. ¿Es así como piensan repetir el ?milagro??, vayan rezando lo que sepan.
El Plan de Rosa Díez
El lunes pasado, en estas mismas páginas McCoy, aclarando que ?no soy sospechoso de simpatizar con Rosa Díez?, analizaba brillantemente su plan económico. Pues bien, servidor, sí simpatiza abiertamente con Rosa Díez, por varias razones pero les ofrezco dos: es el único partido que defiende ya la unidad de España, la igualdad de todos los españoles, la defensa del idioma frente a la persecución separatista, y es el único con un plan solvente y carente de demagogia, capaz de sacarnos de la crisis. Que no les gusta Rosa porque fue socialista, o por su defensa del aborto, vale, pero si creen esencial la unidad de la Patria y si quieren salir de la crisis no tienen otra opción. Si votan PSOE o PP, serán cómplices de la partitocracia totalitaria que está arruinando el país, que acepta que vascos y navarros paguen ocho veces menos al Estado que el resto de ciudadanos, que aceptan que se proscriba y persiga la lengua española en un tercio de la nación, y dispuestos a cualquier cesión a los separatistas con tal de gobernar, España les importa un pimiento, y además no nos sacarán de la crisis.
El eje central de su programa es la recuperación del papel del gobierno central frente a las autonomías, más España frente al desmadre actual, y con medidas concretas, no como el PP, la Educación debe volver íntegra al Estado, y los recortes del gasto se centran esencialmente en el sistema autonómico y local, que tienen cinco veces más margen que el Estado. Régimen común para todos, el cupo de las Comunidades forales debe ser igual a lo que pagan los demás; no a la postura del PNV ?recortes sí, pero ni un céntimo de lo nuestro?, no a la bilateralidad (Estatut), no al nuevo sistema de financiación, a los 11.000 millones de Zapatero, y las reducciones de gastos así conseguidas dedicadas a reducir el déficit estructural. Ni el PSOE ni el PP están dispuestos, ni de lejos, a nada parecido. Toda su filosofía, se basa en la cesión y el despilfarro.
Despolitizar las cajas, suspender y exigir responsabilidades a los malos gestores, terminar con los vetos autonómicos, y condicionar las entregas del FROB a la cesión total de supervisión al BdE. ?Si se les da dinero público tendrán que aceptar las condiciones, y no ponerlas como sucede ahora?. Esta propuesta esencial fue rechazada por el PSOE, el PP y los separatistas. Tercero, política energética, reducción de costes y de dependencia. ¿Cómo? Energía nuclear hasta que las renovables lleguen a un nivel de coste asumible, no como el PP ?nuclear sí pero no en mi pueblo?. Cambio del modelo productivo, con solvencia y sin demagogia. ¿Cómo? Educación recuperada por el Estado, autoridad del profesorado, y mejora radical de la calidad de la enseñanza pública para que vuelva a ser el ascensor social que fue en el pasado; reformas estructurales en profundidad, no los camelos de Rato; reforma laboral en línea con el manifiesto de los cien, etcétera. Este es el resumen. Ustedes deciden.
Más motivos para votar a UPyD, yo lo tengo claro almenos de momento.
#4 si las comenta, aunque no las analiza, y en eso estoy de acuerdo contigo. Parece que es más una guerra particular por desacreditar a Rajoy que nada, pero de todas formas yo ya tenía claro que iva a votar a UPyD (como ya dije en un post que abrieron hace poco).
Cualquier cosa me parece mejor opción que apoyar el bipartidismo español y creer que lo demás es perder el voto. Por supuesto me niego a votar en blanco para apoyar a la mayoría y también me niego a utilizar el voto nulo, si nos después me tocará un gobierno que no me guste, y no tendré derecho a quejarme.