Haciendo limpieza por mi Google Drive, me he encontrado documentos con cosas que apuntaba hace años. Sin ir más lejos, este es un archivo del 26 de Julio del 2012. En su día Edea hizo unas reflexiones, en este foro, que apunté.
Aquí la primera:
Creo que la mayoría de gente se tiene sobreestimada y a la vez no se aprecia lo suficiente, porque realmente no aspiran a ser mejores. Con ser mejor me refiero a aprender, a autocompletarse y a tener curiosidad por encima de todo. Una curiosidad de la que nazcan las mejores ilusiones.
No me gustan las personas que sólo leen por obligación, y mucho menos las que redactan mal y con faltas de ortografía. La forma de escribir es de las cosas que mejor retratan la valía intelectual y racional de una persona. Quien no sabe expresarse con tranquilidad ante un folio, no lo hará mejor en persona.
Todo lo anterior se puede extrapolar a las relaciones de pareja. El que tiene para sí unas prioridades en la vida simples o superficiales buscará a una persona que cumpla los requisitos justos para sentirse acompañado, reafirmado en su ego y poco más. Y esto no lo crítico ni lo dejo de criticar, cada cual que busque lo que más le guste, claro está.
Por último, y siendo compatible con lo anterior, opino que hay que saber disfrutar siempre de las cosas sencillas y valorar cualquier detalle hecho con cariño que los demás tengan con nosotros, al margen de su valor material. Eso, y conservar siempre un punto de inocencia que mantenga la fe en los demás, en uno mismo y en que vendrán tiempos mejores.
pd: la facultad de Derecho está llena de niñatos mimados sin dos dedos de frente
Aquí la segunda:
La distinción adecuada no es personas que leen vs personas que no leen, sino personas que quieren aprender vs personas insulsas.
En primer lugar los textos son exagerados y no mencionan si el hombre (tanto me da el género) lee, lo que es de vital importancia. Si el tipo es como su mujer en ese aspecto, serán felices y comerán perdices. Si no lo es pero se conforma con el estereotipo de vida plana y cómoda, no se merece otra cosa. Así que tanto da.
En el segundo caso, si me encuentro a una chica que se pone de morros si le interrumpen leyendo en una cafetería o llora abrazándose a un libro, huyo por loca. ¿Y que no gasta un duro en ropa y usa el armario de estantería? Anda y que la aguante su madre. Yo querría un vestidor lleno de originalidad; la de una persona completa y versátil.
Dicho esto, hay libros y libros. Por otra parte, los habrá afortunados (o no tanto) que crean que la vida consiste únicamente en salir, viajar, etc. (todo ello contando con unas circunstancias económicas favorables), pero hay vidas y razonamientos que sólo se perciben a través de la escritura. De cualquier oferta de ocio se puede sacar algo pero como la capacidad de interacción que ofrecen algunas lecturas, nada. Desde las reflexiones a la adquisición de soltura, vocabulario, etc. Por algo se trata de inculcar desde la infancia, porque ayuda a desarrollar el pensamiento; en definitiva, la individualidad.
Creo que fue Nott la que dijo que a la larga no puede estar con hombres que no leen y no puedo estar más de acuerdo. Quizá sea casualidad pero, hasta ahora, me he acabado aburriendo como un oso cuando me he visto en esa situación. Las personas que no sienten esa curiosidad y ganas de completarse a sí mismas y en cuyos silencios sabes que no hay magia no me aportan lo suficiente, emocionalmente hablando. No consigo admirarlas realmente.
Veo demasiado orgullo ofendido por aquí sin necesidad. Y por si acaso digo que no me considero un buen partido ni me pongo de ejemplo de algo, pero en el fondo cada uno es lo que es y sabe lo que realmente necesita para ser feliz con alguien.