El renting de móviles, la nueva moda entre los jóvenes para esquivar el alto precio de los smartphones
Hace apenas un par de meses, a comienzos de septiembre, la presentación del iPhone 14 confirmaba lo que se venía intuyendo desde hace algún un tiempo: los smartphones son cada vez más caros y ya superan el precio de lo que supone un mes de alquiler en muchas ciudades de España.
Según la consultora GfK, el precio medio de adquisición de un terminal creció aproximadamente un 15% en 2021. En parte por los problemas de logística y la escasez de conductores, en parte por el incremento del coste de absolutamente todo. En definitiva, un precio que 7 de cada 10 españoles considera «excesivamente caro», apunta el último estudio de IO Investigación.
Es por ello, que cada vez más personas se están sumando al renting de smartphones, un modelo similar al más extendido renting de automóviles pero con los teléfonos de última generación como protagonistas. Con cuotas mensuales fijas que van desde los 12 euros, el usuario disfruta del uso del móvil durante un tiempo determinado. Muchos jóvenes ven en este formato su única oportunidad de tener la última tecnología en sus manos.
Es el caso de Antonio Cerrato, de 21 años, quien, pese a haber terminado sus estudios de Grado Superior y ya estar trabajando, reconoce que no cobra lo suficiente como para hacer un gran desembolso. «Es verdad que trabajo, pero también es verdad que gano poco. Entonces para mí no era viable comprarme un móvil por 1.200 euros», señala. Desde hace un par de meses paga una cuota de 45 euros mensuales por su iPhone 13.
Algo parecido le ocurre a Rafa Asensio, también de 21 años y con un iPhone Pro Max. «Yo no me puedo gastar 1.400 euros en un móvil, pero 30 al mes sí que me puedo permitir», cuenta. Rafa reconoce que valoró la opción de financiar un teléfono con la marca, pero que terminó desestimando la idea porque «acabas pagando más de lo que vale y te atas a un dispositivo un mínimo de dos años». «Con el renting puedo cambiar de móvil y encima hacerlo pagando menos por mes», añade.
Esto último que apunta es otro de los pluses que están convirtiendo el renting en un modelo tan atractivo para los amantes de la tecnología: el usuario tiene flexibilidad para poder cambiar su terminal por otro más nuevo.
«Creo que es una oportunidad bastante buena si te gustan la tecnología los móviles», dice Antonio. «Yo la verdad es que fui con la intención de comprarme un teléfono, pero el poderlo cambiar más adelante es lo que me convenció. Aparte, de lo del seguro, que me da mucha tranquilidad. Yo necesitaba uno nuevo porque el otro móvil que tenía lo reventé así que quería que este tuviese seguro sí o sí».
Como ocurre con el renting de coches, el de móviles incluye un seguro con coberturas que cubre robos, el derrame de líquidos, o la rotura de pantallas, un accidente muy común. Aunque Antonio asegura que le siguen dando «microinfartos» cada vez que tiene un percance y se le cae el teléfono. «Es verdad que podría estar más tranquilo, pero como lo estoy pagando lo siento como algo mío y lo estoy cuidando», cuenta entre risas.
Con un uso más asentado del renting tecnológico en otros países, Pablo Blanco, director general de Rentik, una de las plataformas que operan en España, asegura que «el mercado va a girar hacia el renting de móviles de forma mucho más rápida de lo que pensamos». «Hablamos de un objeto fundamental en la vida de las personas, que además usamos muchas horas al día (una media de cuatro). Así puedes tener el que quieres sin grandes desembolsos», apunta.
Pero la tendencia del renting no solo es cosa de jóvenes. Miguel Reina, de 43 años, trabaja en una empresa de telecomunicaciones, y también es usuario de este modelo. Tiene un Xiaomi 12 Pro y dice que la idea del pasarse al renting le sobrevino tras ver cómo las empresas de su sector lo usaban habitualmente con sus empleados.
Además de las ventajas ya comentadas, apunta una más: no contribuir a aumentar la enorme cantidad de basura tecnológica que hay en el mundo. La Asociación Mundial de Estadísticas de Residuos Electrónicos advierte que, solo en 2019, se produjeron 53,6 millones de toneladas de residuos electrónicos y tan solo un 17,4% de ellos fueron recogidos y reciclados de forma adecuada.
«La decisión la tomé al abrir un cajón y ver tres móviles antiguos ocupando espacio. Es muy cómodo no tener cosas obsoletas por casa, no acumular dispositivos. Además, con lo del cambio de terminal puedo salvar la obsolescencia programada», zanja.