Inmigracion
Rubalcaba ya no necesita el "típex"
“ Lo que está claro es que Rubalcaba ya no quiere que las ocultaciones o las manipulaciones de documentos le sigan jugando malas pasadas. Ahora opta, directamente, por que los hechos no consten por escrito. ”
La desfachatez con la que el ministro del Interior, el sin par Pérez Rubalcaba, ha asegurado este martes que "estamos viendo el final" de la inmigración ilegal en Canarias, ha desatado la justificada indignación del Sindicato Unificado de Policía, cuyos representantes han denunciado que "lo que se está acabando es su paciencia". Ciertamente, cuando los "sin papeles" se hacinan en los centros de internamiento, cuando los servicios sociales y la policía no dan abasto para atenderlos y controlarlos y cuando, sólo en las últimas 48 horas, han vuelto a entrar ilegalmente en las islas otros 230 subsaharianos, el "optimismo" con el que Rubalcaba pretende simular la gravedad de lo que está sucediendo resulta completamente bochornoso.
Con todo, peor ha sido la posterior denuncia del portavoz de la Confederación Española de Policía, Rodrigo Gavilán, quien ha asegurado que ya se habían producido fugas de cientos de irregulares, pero que Interior había dado "orden de que no constaran por escrito". El SUP ya había denunciado hace unas semanas del riesgo de motines y fugas en esos abarrotados centros de internamiento, pero a la vista está que el gobierno de Zapatero sólo dedica energía a ocultar su pasividad.
A este respecto, convendría también recordar la todavía más grave ocultación y clamorosa mentira de Rubalcaba, quien, en marzo de 2006, siendo entonces portavoz del PSOE, aseguró que el Gobierno no había recibido un escalofriante informe de la Guardia Civil, en el que, ya en diciembre de 2005, se le alertaba de la muerte de 1.700 subsaharianos en aguas del Atlántico y de las dificultades de Mauritania para hacer frente a la lucha contra las mafias. Aquella mentira de Rubalcaba, destinada también a justificar la pasividad del gobierno, desató asimismo el desmentido y la indignación entre las filas de la Benemérita, que elevaron una protesta a través de la Asociación Unificada de la Guardia Civil. Al final, tuvo que intervenir el entonces ministro José Bono, reconociendo que al gobierno sí le había llegado el informe, pero que no podía comentar más el asunto pues estaba "clasificado" en el ministerio de Defensa...
Lo que está claro es que Rubalcaba ya no quiere que las ocultaciones o las manipulaciones de documentos le sigan jugando malas pasadas. Ahora opta, directamente, porque los hechos no consten por escrito. Eso que se ahorra en "típex".
http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_33557.html