Baleares endurecerá el cobro de la asistencia sanitaria a los turistas
El Govern balear está preparando un endurecimiento del cobro a los turistas que no tienen tarjeta sanitaria española o europea. Quiere entregarles a partir del año que viene una factura del coste de la asistencia que han recibido y darles un plazo de 30 días para pagar o presentar la tarjeta. El objetivo es recaudar ocho millones más y llegar hasta los 20 por el coste de la atención a extranjeros.
El gerente del Servicio de Salud (IB-Salut), Juan José Bestard, no se cree el concepto de «sanidad universal». Dice que hablar en estos términos desde el Gobierno central ha creado un «lío legal» y se ha facilitado un abuso por parte de extranjeros que no tienen derecho a ella. Pone como ejemplo viajes que inmigrantes hacen a Baleares sólo para operarse o el préstamo de tarjetas sanitarias entre ellos. Como muestra un botón: una sola tarjeta llegó a registrar cinco partos en ocho meses.
Las medidas que prepara Bestard son, en primer lugar, hacer unas tarjetas sanitarias nuevas con foto e inteligentes para impedir que se transfieran –tendrán un coste de 10 euros–. Otra será «aplicar el principio de reprocidad con el resto de países europeos», es decir, tratar a los turistas aquí igual que tratan a los españoles en sus países. Bestard dice que los españoles que no tienen tarjeta sanitaria europea tienen que pagar por su asistencia en otros países del continente y luego el servicio de salud de su comunidad les reembolsa el gasto. Sin embargo, a la inversa no ocurre igual. En Baleares no se les cobra. Para acabar con esto introducirá una novedad: todos los que no tengan tarjeta sanitaria española o europea recibirán una factura con el coste de su asistencia y tendrán 30 días para pagar o presentar la tarjeta –podrán sacársela en ese plazo–.
Los costes que tendrán que afrontar estos extranjeros no son nada bajos. Por poner un ejemplo, una consulta en el centro de salud cuesta 59 euros, con el especialista 96, en urgencias 176 euros y un día de hospitalización asciende a 756. En cuanto a las operaciones, una de corazón cuesta 17.269 euros y un trasplante de médula ósea 97.739 euros.
Estas medidas se engloban dentro del segundo plan de austeridad que ha puesto en marcha la sanidad balear para hacer sostenible el sistema. El primer plan ya contemplaba un endurecimiento del cobro suprimiendo la dejadez que había hasta el momento. Desde 2009 se ha endurecido el cobro a los extranjeros no comunitarios y ello ha provocado incluso quejas de la ONG Médicos del Mundo, que ha denunciado que muchos inmigrantes no acuden a los hospitales porque tienen miedo a que les cobren y sus patologías empeoran
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/04/baleares/1322993115.html
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