Durante este año, la cantidad de productos que he comprado nuevos y luego al abrir la caja te encuentras con claros signos de uso ha ido más allá de lo anecdótico, teniendo que hacer siempre la respectiva devolución. Aunque solo me ha ocurrido online, lo siguiente ya lo extiendo también a la tienda física. En mi caso, estamos hablando de productos de todo tipo abarcando precios de 10 a 400 euros: una lijadora con astillas, una depiladora IPL con pelillos cortados, un parchis de madera con casillas desgastadas, etc. Principalmente en Amazon, aunque muchas veces comprado a un tercero a través de Amazon, incluyendo Bosch, Phillips, y la tienda local.
En su día, mientras estudiaba (allá por 2002, SeuroN saluda a los veteranos del foro xD), trabajé en una franquicia grande distribuidora de toda clase de electrodomésticos grandes y pequeños. Enviar un producto de exposición sin que lo supiera el cliente era algo raro y de "fuerza mayor", y todas las devoluciones las mandábamos de vuelta al fabricante. De hecho, las devoluciones era por malfuncionamiento o algún error o causa justificada. Hoy, entiendo que propiciado por el poder devolver algo simplemente porque sí semanas después de haber recibido un producto, encontrarme algo usado cuando has pagado por nuevo ha dejado de ser una mala suerte estadística. Vale, es mi experiencia personal y estoy generalizando, pero mi percepción es que si ya no es algo anecdótico para mi, muy posiblemente ha de ser algo bastante normal y recurrente para el resto. Tanto es así, que de ahí el título de este post:
Si compro algo nuevo, necesito saber que es nuevo.
Por supuesto, no esto es siempore posible. En algunos productos se ha de destruir el empaquetamiento como figuras en blisters o cajas de Lego. Otros productos vienen con una serie de precintos que vienen de fábrica, o si te compras un coche de concesionario pues tienes los Km. Por desgracia para mi, la mayoría de productos no hay manera razonable de comprobar que viene tal cual se ha fabricado y no ha pasado por ninguna otra mano. A lo mejor es paranoia mía, pero ya me he cansado de pagar cientos de euros por algo nuevo, para tener que decir... otra vez a devolverlo y esperar que me hagan el reembolso. Tanto es así, que a no ser realmente necesite algo, ya no compro nada nuevo si no puedo verificar por mi mismo que así lo es.
¿Es posible que esta política de retornos ultrafácil esté propiciando un efecto contrario en el cliente? Es decir, una pérdida de confianza en ciertos productos que por su naturaleza o precio, no voy a comprar si no hay manera de que pueda saber que realmente es nuevo. Obviamente, si gran parte de productos se devuelven porque sí, vas a tener ahí una serie de mercancia rodando y rodando hasta que se la cueles a alguien. ¿Ese hecho también ha cambiado tus hábitos de consumo? Después de este último año, a mi desde luego que sí.