Simuló la muerte de su hijo para apartarlo del padre: le piden 3,5 años
QUICO ALSEDO
Madrid
Actualizado Jueves, 2 diciembre 2021 - 02:48
La Fiscalía pide tres años de cárcel para la madre que intentó dar al niño en adopción, lo registró con un padre falso y luego declaró que había olvidado que lo había parido "por la depresión postparto"
Álvaro Area, junto al bebé. EL MUNDO
Es 4 de enero de 2016 cuando Álvaro Area, militar gallego de 26 años, se va a la Guardia Civil de Los Alcázares (Murcia) a preguntar si es o no es padre.
Su ex pareja, la camarera ecuatoriana Lidia R., de 34, con la que había planeado una paternidad compartida que luego incluyó una relación sentimental que ella cortó al quinto mes de embarazo, le ha dicho que no. Que no hay bebé. Que murió en el parto, pocos días antes.
Lidia era la misma mujer que nueve meses antes de ese momento, en abril, cuando todo eran vino y rosas, le enviaba a Area un "me tienes loquita por ti, corazón".
La misma que le había escrito entonces: "Ya le comenté a madre que voy a salir embarazada de ti".
También la misma que poco después, en octubre, tras romper con él y volver con su anterior pareja, le había escrito: "No quiero el bebé". Y también un muy poco sutil "el lunes aborto".
Así que en enero, sin tener él más noticia del tema, pero subiéndose por las paredes, los agentes escuchan a Area y no dan crédito.
Llaman a Lidia, que se persona en el lugar. La mujer, apoyada por su pareja en ese momento, Lucas S., lo repite: no hay bebé, murió en el parto, en el Hospital Los Arcos del Mar Menor.
Area se va a casa "hundido". Su hijo ha muerto. "Me lo creí completamente", contará luego a sus amigos. Pero, como el futbolista que no se come el amago del rival, al día siguiente se pone a mover Roma con Santiago y en pocas horas recibe una llamada de un cargo de la Región de Murcia: sí, Álvaro es padre.
Su hijo nació, efectivamente en Los Arcos, el 31 de diciembre. Pero debe darse prisa: la madre lo quiere dar en adopción. Ha dicho tras el parto que no sabe quién es el padre, que no quiere al niño.
Álvaro se va al hospital, donde en ese momento no consigue nada, pero donde luego descubrirá que Lidia le ha dado al niño el nombre de Lucas, su actual pareja. De ahí, a los juzgados de San Javier, a denunciar.
EL FETO ESTÁ ALLÍAl salir, le llama el abogado de ella, quien le asegura que todo es verdad, que el niño ha muerto en el parto, que no se meta en camisa de once varas, que "el feto está allí".
Que la ginecóloga de turno "se encaprichó" con que naciera de cabeza, con consecuencias fatales. Que "los monitores se volvieron locos" y "la cosa se fue de madre".
Que no se meta con Lidia y Lucas, que el propio letrado ya intervino en una de sus trifulcas anteriores y la cosa fue "terrorífica". Que ella ha elegido a Lucas, que la vida es dura y a él le toca encajar.
Álvaro, un padre que busca como loco a un hijo que ni sabe si existe, se va a la Dirección General de Familia murciana y allí descubre que, en efecto, es papá. Su hijo se llama Lucas Fernando. Pide que le hagan una prueba de paternidad ipso facto. No podemos, le contestan: el niño no tiene sus apellidos y fue tutelado públicamente de urgencia el 31 de diciembre.
La madre, visto el pastel, ha dado marcha atrás a la entrega en adopción tras la escena en la Guardia Civil, pero alega que es imposible que Area sea el padre porque, asegura, es homosexual y jamás han tenido intimidades compartidas.
El pequeño Lucas se pasa cinco meses en una casa cuna, solito en su aterrizaje en esta extraña vida, hasta que el análisis de ADN evidencia que Álvaro Area y no Lucas S. es su padre al 99,99%. El niño pasa a custodia de la madre, y a su padre se le concede cuidarlo fines de semana alternos y días entre semana, "pero su madre me niega el acceso a él".
Siempre que le toca, Area se presenta en el domicilio de ella, en Los Alcázares, y llama al telefonillo. Sólo cuando el niño tiene un año, y tras varias denuncias, consigue ver al hijo que creyó muerto.
CONDENADA POR LESIONESDespués, pelea, a veces físicamente -ella llega a ser condenada en 2017 por lesiones por una de sus trifulcas-, para lograr una custodia compartida que finalmente logra hace ahora un mes. Tras creer que su hijo había muerto, ser obligado a un análisis de ADN para convertirse en padre y luchar por siquiera verle, Álvaro Area tarda seis años en lograr estar en pie de igualdad con su madre con respecto a su hijo (una iter judicial que merecería otro reportaje como éste).
Y ahora, seis años después también, la noticia: la Fiscalía del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 15 de San Javier pide tres años y medio de cárcel para los dos acusados, Lidia R. y Lucas S. Dos por alteración de paternidad, y uno y medio por falsedad documental, por inscribir al niño en el Registro Civil con un padre falso a sabiendas.
No sólo eso. Pese a que ella lo niega, el juez da por cierto que la mujer aseguró ante la Guardia Civil que el bebé había muerto, "sin que Lucas S. lo negase". La imputada, además, sostiene que los mensajes de Whatsapp se mandaron desde un móvil que no era suyo, pero el magistrado tampoco la cree, apoyándose en mensajes que tenía en otro teléfono.
Su compañero también está en difícil tesitura: pese a que alega desconocer que el niño no era suyo, el magistrado cree que se inculpó al preguntarle a Álvaro Area si era el padre del menor con el siguiente mensaje, en noviembre de 2015, que reproducimos en su rugosa textualidad: "Yo solo kiero saber si os habeis acostado por k ella dice k no k a sido por invitro lo del crio" [sic].
En el procedimiento de familia, durante la pugna por la custodia del menor, ella alegó que, cuando dio a luz a Lucas, tuvo depresión postparto y se olvidó de que lo había parido: "Tuve depresión postparto, no me acordaba del crío. Yo creía que había muerto. Le decía a mi pareja que no tenía ningún hijo", declaró en un informe al que ha tenido acceso EL MUNDO.
En realidad, como consta en el informe de Familia, lo había dado en adopción. La mujer aseguró que había proyectado un trauma previo de su vida: había perdido tiempo antes a un hijo de un año, lo que le había llevado a pensar que a Lucas le había sucedido lo mismo, alegó. El psicólogo que recogió esas manifestaciones, nombrado por el juez de Familia, terminaba su informe, el pasado mes de marzo, recomendando que la custodia pasara al padre, cosa que sucedía hace un mes.
UNA PESADILLA QUE DIÓ PASO A OTRALa historia, que espera fecha de juicio en estos días, pivota en torno a un tipo penal de lo más inhabitual en la jurisprudencia española: la alteración de la filiación, una rara avis en la historia jurídica española, caso Niños Robados aparte.
¿Y cómo ha vivido y vive el gallego Álvaro Area esta increíble peripecia? "Aquel día ante la Guardia Civil me hundí, me creí completamente que mi hijo había muerto... Pero luego me activé porque me di cuenta de que tenía que actuar muy rápido. Pasé una pesadilla que luego dio paso a otra pesadilla", terminado contando a sus íntimos.
Este diario ha intentado ponerse en contacto con él, sin éxito. "No quiere separarse de su hijo para nada, ni que salir a la luz perjudique al niño", cuentan sus cercanos.
Pregunta dura: ¿quiere él que la madre de su hijo vaya a la cárcel? "No busca venganza, pero sí justicia".
https://www.elmundo.es/espana/2021/12/02/61a7bdf4e4d4d85b708b45b5.html
Preguntas:
- cómo evitar más "juana rivas" que puedan hasta incluso ser peores??
- cómo reparar el daño producido contra los hombres maltratados por las mujeres??
- será posible algún día vivir con respeto sin un ministerio que sirva para meter cizaña en las relaciones??