Sobre la felicidad

#11 obviamente hacer cosas con tu vida te lleva a metas que pueden ser de índoles diversas, no solo profesionales o formativas... es difícil ser feliz o estar en paz con lo que haces si no haces nada. Pero la perspectiva de las metas como mejora continua como medio para ser feliz no la comparto. Imaginate ser procrastinador y tener que ser feliz solo consiguiendo metas.

No creo que ser perfeccionista sea natural en el ser humano en absoluto. De hecho es considerado solo un rasgo de personalidad desde el punto de vista de la psicología. Probablemente sea un carácter heredado o aprendido pero no un comportamiento antropológico.

#14 no crees que mejorar es uno de los impulsos más básicos de la vida? Básico en el sentido de que es lo único que tiene capacidad de ser motor y motivarte a hacer y conseguir cosas

Puedes ser procrastinador y tener metas, no tiene nada que ver. Se trata de tener objetivos que puedas conseguir a corto y también a largo plazo.

#21
Va va, yo estaba discutiendo lo del perfeccionismo como caracter antropológico. La mejora continua no es perfeccionismo, perfeccionismo es que si no tienes una mejora perpetua te desgañitas. Pero si es importante mantener la perspectiva histórica propia para que, si tienes momentos de no mejora, empeoramiento o paradas para coger aire, puedas seguir conforme.

Si valoro mucho y entiendo lo que quieres decir, pero aunque suene raro, creo que para poder mejorar primero hay que arrancar desde la conformidad con uno mismo.

Lo normal en el ser humano son instintos de supervivencia y reproducción.
Para mí no es una tarea de mejora personal, resumiendo breve, en raíz prehistórica, evolucionamos porque follar calentito en el norte sin morir de hambre se hace complejo. Requiere tareas. Puedo desarrollarlo más, pero sobre un mapa y una línea temporal se ve perfectamente donde se empieza a salir de la cueva incluso donde aún no se ha salido de ella.

Bajo mi perspectiva insistimos en descubrir y ponerle propósito a la vida, pero escribimos una historia que no tiene por qué tenerlo y no creo en un enlace entre ambos términos. Un objeto, yo que se, la leche, tiene un proposito: alimentar, pero la vida no es un objeto. Pero eso es tema a parte y supone algo metafísico donde cada uno tiene una opinión libre.

Pregunta: En tus depresiones eras capaz de mantener el día a día? Quiero decir todas esas cosas que son objetivos sin meta.

#23
Esto pasa cuando tu felicidad se basa en bienes materiales y consumismo. He vivido en un pueblo con rodeado de gente rica y pobre a partes iguales y les pasa exactamente igual a los 2 bandos unos porque son yonkis de la pasta y otros por envidia.

Cierto es que la gente pobre es menos dinero-materialismo-dependiente y es más raro que lleguen a eso. Pero es gente que se autodefine como luchadora y en las dificultades tienen algo con lo que sacar pecho.

Los ricos en cambio, tienen la diatriba de "no tengo carencias pero soy infeliz", no tienen amarre o vía para sentirse conformes en ese aspecto de hecho tu filosofía expresa muy bien la desolación del rico: Sentir culpabilidad por "no saber valorar lo que se tiene".

Un colega, rojete el me dijo una vez: "No se como estas deprimido, tus padres nadan en dinero". Mi felicidad no se basaba en lo material y menos en el capital externo... me cague en su putisima madre y con el tiempo llegó a la conclusión de que se equivoco y mucho con esa frase.

#27
En mi caso, yo siempre he tenido una afición desmedida por la informática, pero salvaje, en plan rozando la adicción.

Y si algo me indica que he tocado fondo es que no soy capaz de sentarme delante de un PC. Desarrollar una afición nueva me resulta más que difícil, imposible rozando lo desagradable. Ojo, que tengo más aficiones, pero si estoy en el fondo de bikini, absolutamente nada me saca de ahí. Ni la cocina, ni la electrónica, ni las manualidades, ni el deporte, ni las series, películas o música.

En ese grado de hundimiento, más que pequeñas metas, creo que es importante hacer y valorar para bien algo tan cotidiano como levantarse de la cama y meterse en la ducha. Mantener el mínimo rutinario. Mantener la carrera de fondo. Saber valorar un standby de tu vida sin mayores pretensiones. Eso es un primer peldaño para después establecer algo que constituya una meta como tal. O al menos mi definición de meta.

Cuando me dicen "feliz cumpleaños" les respondo "soy feliz con poco hijos de puta".

La felicidad es como una foto en Instagram, sabemos que no es un estado real pero lo queremos imitar, lo premiamos y compartimos.

Feliz es lo que no eres ni vas a ser pero puedes parecerlo. Feliz es lo que sabes que no es el otro cuando se lo deseas. Feliz es lo que debes aparentar ser cuando no lo eres.

La felicidad es la expectativa más extendida, tóxica e inalcanzable. Es la agregación de todas tus expectativas. Una expectativa inalcanzable es frustración asegurada.

Si debemos ser algo que no existe todos seremos lo contrario, infelices. Si fomentamos, simulamos y normalizamos un objetivo inalcanzable todos seremos unos fracasados.

Por esto la depresión, suicidios, o decisiones como el tener hijos, para algunos la mayor fuente de felicidad, sorprenden cuando las comparamos con países muy pobres. Las expectativas son las variables que más alteran tu estado mental.

Necesitamos objetivos para sentirnos bien, si te tiras un día tocándote los huevos te sentirás peor que si te tiras un día puteado limpiando tu casa. Pero es tan malo no tener objetivos como que sean inalcanzables.

La felicidad es la versión perfecta de todas tus espectativas satisfechas.

Nunca serás feliz, pero cuanto más reales, precisas y sencillas sean tus expectativas más cerca estarás de ser feliz.

La felicidad no debe ser la temperatura que necesitas para estar bien, es el termómetro que usas para medirla. Ese termómetro lo va calibrando tu carácter, personalidad, la educación que recibes, tus valores, lo que consumes, tu entorno y el mundo que lo rodea.

Conocerse, vivir con los pies en la tierra, aceptar lo malo y lo bueno de lo real, gestionar tus objetivos sin mirar a los lados y protegerse del exterior es la mejor funda protectora que le puedes poner a este termómetro.

No busques la felicidad, trabaja en convertir tus sueños en realidades, haz un brainstorming solo preguntándote ¿Cómo sería feliz? y trabaja en esas respuestas, qué me viene bien qué no, que influencias te llevan a ello, acota, depura, divide objetivos alcanzables en objetivos alcanzables a corto plazo y ponte a funcionar pensando en ello, protege ese proyecto de distracciones, tu eres quien decide el objetivo que entra ahí y su alcance.

Atiende lo que puedes atender y acepta lo que no puedes atender, porque aún con una gestión perfecta de tus expectativas no está en tu mano que un día por ejemplo un ser querido muera por una enfermedad o accidente. Va a ser una buena ostia que se llevará tu termómetro, por eso es importante acordarse de la funda que lo protege.

Por último incidir en la importancia de no mirar a los lados, lo que piense otro no es lo que debo pensar yo, lo que quiere el otro no es lo que debo querer yo, cómo está otro no es como debo estar yo, lo que pienso que el otro sufre o no sufre no es relevante, no tengo ni más ni menos suerte que nadie, no me van ni mejor ni peor las cosas que a otros. Para vivir con los pies en la tierra no puedes compararte con nadie, no ha vivido peor ni mejor que nadie, no eres un pupas ni tienes una flor en el culo, no subestimes ni infles las experiencias de nadie y siempre comparate solo y exclusivamente contigo mismo.

Feliz domingo.