Pues yo me quedo más a gusto que un arbusto con mi propiedad/cosas, comprando lo que quiero, necesito y de calidad. Celebrando el capitalismo cada uno de mis días.
La forma de vivir del minimalismo, la 'magia' de deshacerse de propiedades/cosas porque sí (salvo que sean inservibles/viejas) y la glorificación de la pobreza se la dejo a los suscriptores trendy de El País, New York Times y Netflix. También a determinadas agendas con sus respectivos sacerdotes que te dicen que vivas con lo 'justo' mientras ellos viven en la opulencia. Puestos a elegir un modo de vida, me quedo con lo segundo a lo primero.
Si os sirve todo esto para mojar el churro con alguna seguidora de Marie Kondo, os miraré con desprecio y perplejidad pero por lo menos no hacéis daño a nadie, salvo a vosotros mismos. Os recuerdo que la rosa tiene espinas.
Si fuera para ahorrar/invertir cara al futuro me callaría, pero como postureo/hacerse el interesante me parece pobre.
Me siento tan lleno y libre deshaciéndome de cosas...
Sois carne de Midsommar o peor.