Vi el vídeo hace unos días y quedé fascinado con tal empresa. Os dejo el resumen que aparece debajo del vídeo en youtube.
Nuevo episodio de Radio Materialista. Hoy hemos hablado de Filosofía de la Música con Vicente Chuliá Ramírez, un compositor y director de orquesta que está trabajando en el desarrollo completo de la Filosofía de la Música que elaboró Gustavo Bueno Martínez.
Vicente nos habla de su acercamiento al Materialismo Filosófico (MF). Su formación escolástica de la composición se la debe a su padre, el también compositor Salvador Chuilá Hernández. También su aprendizaje con el técnico de dirección de orquesta Enrique García Asensio, le aportó un armazón teórico muy sólido. Finalmente, su hermano Ernesto, profesor e intérprete de trompeta clásica, le descubrió algunos vídeos de Gustavo Bueno. En especial a Vicente le interesaron sobremanera los vídeos del curso de Filosofía de la Música del filósofo calceatense. Pronto se daría cuenta Chuliá de que el MF "ofrece, sin ningún tipo de dudas, unas coordenadas que permiten un mapa del mundo que hoy en día no se puede confeccionar con tal solidez desde ningún otro sistema". Vicente destaca el día en que Gustavo Bueno Sánchez y Tomás García le invitaron a Oviedo para que le comentara todos los avances e investigaciones de Chuliá.
Después Vicente nos habla de la difícil acogida de estas ideas en el gremio de los músicos. La Música no permite un cierre categorial como el que se puede dar en la Química o la Geometría. Es un campo muy complejo intersectado por otros muchos. Esto abre la vía de la filosofía espontánea "que inunda todo el gremio", en palabras de Chuliá. Nuestro invitado destaca que el gremio de la dirección de orquesta "se mueve con categorías alemanas". Esta concepción germánica se traduce -a juicio de Chuliá- en una serie de "ideas holóticas que parten casi siempre de concepciones monistas". Por eso el MF, que es pluralista y discontinuista, constituye una oportunidad excelente para reconstruir todo el discurso teórico.
Nuestro invitado ahora procede a definir críticamente la música. Lo que hace el MF desde su actualismo es analizar todas las ideas clásicas de artes serviles y artes liberales para triturarlas y reconstruirlas desde el eje radial (la relación de los hombres con las cosas). Para Chuliá "el MF desde un pluralismo discontinuista, que no acepta una homogeneización de una teoría estética general, precisamente establece la distinción entre arte sustantivo y arte adjetivo". En el arte adjetivo las morfologías sólo tienen sentido cuando se integran "como partes de una conducta o un proceso teleológico humano o etológico, es decir, cuando son partes de otra cosa". El ejemplo del hacha de sílex que sólo se entiende cuando la relacionamos con la mano que la utiliza, ilustra bien el arte adjetivo. En cambio, el arte sustantivo no tiene esas finalidades, pues "tiene una lógica interna que lo sustancializa", según nuestro invitado. Pero esa lógica siempre se ha de dar en sustancialismos actualistas, esto es, no hay sustancias eternas: "son tan partes de la sustancia los componentes genéricos de M3 como las transformaciones y accidentes de esas sustancias". Chuliá, para que nuestros oyentes lo entiendan, nos ilustra con la Quinta Sinfonía de Beethoven: "Esa sinfonía no es una sustancia eterna e invariable, sino que tiene unas invariables en sus propios conceptos internos, pero esas invariables están transformándose a través de referenciales, de fenómenos, a través del presente en marcha (actualismo)". A continuación se pregunta cómo podemos sustancializar una obra de arte desde ese criterio. Desde los valores estéticos parece insuficiente. Así que para Chuliá la única alternativa es analizar esto "desde analogías de atribución con las ciencias en estado alfa". Como vemos, hay unas dificultades muy grandes para definir in recto la música. Así que lo que podemos hacer -a juicio de Chuliá- es echar mano de las herramientas que nos proporciona el MF: por ejemplo, la teoría de la esencia genérica de Gustavo Bueno. La raíz sería la apreciación de los sonidos. El núcleo tendría que ver con un volumen de masas de cuerpos que están vibrando entre sí. Este volumen (tridimensional) tiene tres ejes: Y (las alturas de los sonidos), X (las duraciones de los sonidos) y Z (el eje que cruza los dos ejes anteriores y que está formado por cuatro partes: la intensidad, la presión, la densidad y las amplitudes). De las intersecciones muy complejas de estos elementos (que explica con ejemplos Chuliá) surge lo que llamamos música. Estos tres ejes están trabados en "symploké". Son disociables pero inseparables. Finalmente, Chuliá explica el tercer elemento: el cuerpo de la música.