Los suizos han aprobado en referéndum y por una abrumadora mayoría, que oscilaría en torno al 70%, el endurecimiento de sus leyes de Asilo y Extranjería, según los resultados parciales divulgados por la radio pública helvética. Estas propuestas fueron ayer calificadas de "racistas y xenófobas" por el relator de la ONU sobre el Derecho a la Alimentación, Jean Ziegler.
Los 11 cantones para los que se tienen resultados definitivos han respaldado ambas iniciativas legislativas, con porcentajes que van en el caso del asilo del 60 hasta el 73% de votos a favor en los cantones de Basilea y Lucerna, respectivamente.
Con relación a la Ley de Extranjería, la tendencia es similar con 52% de apoyo en el cantón de Neuchatel hasta el 76% obtenido en los de Glaris y Argovia.
Dichas leyes, que han provocado una de las mayores polémicas de los últimos años en Suiza, restringen fuertemente las posibilidades de obtener el estatus de refugiado o de establecerse en este país con fines laborales, particularmente en el caso de los inmigrantes de países de fuera de la Unión Europea.
Una de las primeras reacciones frente a este resultado fue la del presidente del Partido Demócrata Cristiano, Christophe Darbellay, quien afirmó que ahora el Gobierno deberá aplicar una política coherente de integración de los inmigrantes para evitar "los guetos a la francesa".
Sobre el asilo, dijo que el resultado del referéndum "no debe entenderse como un cheque en blanco para cerrar las puertas" a quienes son víctimas de persecución, pero consideró que será útil para luchar contra los abusos.
Ambas leyes contaban con el respaldo del Gobierno Federal, que las justificó por la necesidad de contar con medidas más rígidas para impedir excesos en materia de asilo, evitar de esa manera tensiones sociales y, al mismo tiempo, brindar protección a las personas realmente en peligro.
El principal promotor de esas normas, el ministro de Justicia y líder del partido de derecha radical Unión Democrática de Centro (UDC), Christoph Blocher, argumentó durante el debate que "hay muchos extranjeros en el país" y que esas normativas servirán para desalentar a potenciales nuevos inmigrantes.
Los opositores a dichas leyes -un amplio espectro de organizaciones sociales, religiosas, sindicales y partidos de izquierdas- las calificaron de "racistas y xenófobas".
Esta votación ha coincido además con la intensificación del debate sobre la inmigración en Europa.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2006/09/24/internacional/1159100366.html
Ahora ya les pueden llamar racistas, xenofobos y todo lo q quieran q los inmigrantes se los van a comer otros