La batalla entre el enigmático artista urbano Banksy y un legendario grafitero de Londres, Robbo, se convierte en ofensiva contra el primero en todo el planeta
Choci-Roc, veterano grafitero de 42 años, vaqueros anchos, camiseta blanca, mirada azul, baja con paso decidido por Highgate Hill, dispuesto a darlo todo. Cae la noche sobre Londres, Choci-Roc sonríe. Es muy raro que un grafitero esté dispuesto a asumir que ha machacado la obra de otro y que pose delante de su afrenta; de su afrenta a las autoridades, castigada con penas de prisión de hasta dos años en Reino Unido; y de su afrenta ante la comunidad grafitera: destrozar la obra de otro es cosa fea en este mundillo. Pues bien, aquí está Choci-Roc, de profesión carpintero, para romper tópicos.
La semana pasada, una de las obras de Banksy en su ciudad natal, Bristol, fue emborronada
"Esto es una guerra entre dos movimientos", dice Choci-Roc, de Team Robbo: entre el 'graffiti' y el arte urbano
Este hombre alto y fornido regresa al lugar de los hechos, a la esquina de Highgate Hill con Tollhouse Way, norte de Londres. Aquí está la obra de Banksy que machacó: la célebre figura de Charles Manson, el asesino de Sharon Tate, haciendo autoestop con un letrero que dice (o más bien, decía): "A cualquier sitio". La obra ha sido borrada con espray plateado.
-Parece que alguien vino y lo momificó.
Choci-Roc sonríe con su ancha mandíbula. "No suelo hacer estas cosas, pero cuando vine aquí estaba muy afectado, muy cabreado, acababa de ir a visitar a Robbo. Llegué y en un momento ¡blam!".
Lo hizo poco después de que su amigo Robbo ingresara en coma en el hospital.
Y no es que Robbo entrara en coma como consecuencia de esa guerra entre grafiteros, no. Hasta donde hoy se sabe, tuvo un accidente. Lo relevante es que la caída que sufrió el legendario grafitero de los ochenta le impidió proseguir una guerra por las paredes de la ciudad de Londres, la batalla que mantenía con Banksy. El testigo de esa guerra lo tomaron sus viejos excompañeros de armas, un colectivo que se hace llamar Team Robbo, un grupo de cinco grafiteros que han sobrepasado los 40, entre los que se encuentra Choci-Roc, un hombre en cuyo maletero del coche conviven el carrito del niño con el bote de espray.
La guerra empezó como cosa de dos. Banksy pintaba sobre un graffiti de Robbo, Robbo sobre uno de Banksy. Luego entraron en juego los equipos de cada uno de ellos. Pero la pelea se ha vuelto global y, en estos días, grafiteros del mundo entero machacan las obras que Banksy ha ido diseminando por el planeta: Nueva York, Palestina, Australia, Sudáfrica... Si algo no se esperaba el enigmático artista es que su batallita fuera a acabar así, con una legión internacional de grafiteros solidarizándose con Robbo.
Banksy es el hombre que ha llevado el arte urbano de la calle a las galerías. Muchos grafiteros le reprochan que sus mensajes anticapitalistas, antimultinacionales y antisistema hayan acabado reportándole ingresos millonarios; le consideran un vendido. Y no le perdonan que faltara al respeto a un tipo auténtico, a un grafitero legendario como Robbo. La semana pasada, una de las obras de Banksy en su ciudad natal, Bristol, fue emborronada. Firma: Team Robbo.
El origen de esta guerra está en un revés. Corría el final de la década de los noventa cuando Ben Eine, reputado artista urbano, les presentó en una fiesta. El artista de Bristol cometió el pecado de decirle a Robbo que no sabía quién era. Algo que, dicen los grafiteros, es una ofensa: aunque no conozcas la firma de un escritor -de graffiti, que así les llaman-, disimulas, no se lo dices a la cara. Robbo contestó a la presunta falta de respeto haciendo saltar las gafas de Banksy por los aires. Le soltó un buen revés.
En 2009, el episodio salta a la luz pública al ser recogido en el libro London handstyles. Dos meses después llega el primer zarpazo de Banksy: cubre parcialmente un mítico graffiti de Robbo del año 1985 dibujando a un pintor de brocha gorda que pinta sobre el graffiti. Banksy, 1; Robbo, 0.
Choci-Roc recuerda el día en que Robbo desenterró los espráis para responder al ataque. Fue el 24 de diciembre de 2009. Choci estaba en casa, con sus hijos, celebrando las Navidades, cuando su amigo entró por la puerta, emocionado. Acababa de regresar de Regent's Canal, Camden Town. Había intervenido sobre la intervención de Banksy. Había dejado intacto al pintor de brocha gorda, que ahora parecía estar pintando un gran graffiti que decía: King Robbo. "Salí corriendo hacia el canal para hacer fotos y las colgamos en Internet", recuerda Choci-Roc con emoción. Banksy, 1; Robbo, 1.
La respuesta de Banksy no anduvo corta. Regresó al canal y grabó, en el mismo tipo de letra que Robbo, las letras "Fuc" delante de la palabra "King". Resultado: "Fucking Robbo". O sea, "Jodido Robbo" o "Jodiendo a Robbo", según se mire. Banksy, 2; Robbo, 1.
Así empezó la cosa. Y fue in crescendo. Por toda la ciudad. El grafitero (o gente de su equipo, Team Robbo) intervenía en los estarcidos de Banksy; Banksy (o gente de su equipo) regresaba y daba una nueva vuelta de tuerca. Competían en ingenio en esta disciplina que unos consideran vandalismo callejero, y otros, genuina expresión del arte y voz de la calle.
P.I.C, integrante de Team Robbo, nos lleva a ver la pared mítica de Regent's Canal, el escenario central de la guerra, donde comenzó todo, en Candem Town. Aquí empezó a escribir (que así se dice, o sea, a grafitear) a los 11 años. Ahora que ha sobrepasado los 40 se dedica a restaurar viejos Volkswagen. Ni rastro queda ya del graffiti de 1985, ni del pintor de brocha gorda, ni del Fucking Robbo, ni del Don Gato que apareció a continuación con un cartel que decía: "RIP Banksy's carreer" [descanse en paz la carrera de Banksy].
Seis intervenciones ha sufrido esta cotizada y ya legendaria pared durante la guerra de los grafiteros. Está situada a orillas del canal, debajo del mismísimo cuartel de la London Transport Police, el cuerpo policial que se encarga de detener a los grafiteros.
El muro refleja la última intervención de Banksy. Pared en negro, estarcidos de unos peces naranjas y de una isla, dibujo a tiza. "Me pone muy triste que Robbo no pudiera escribir otra página de esta historia", dice P.I.C. "Él quería volver aquí y hacerlo, es una cuestión de orgullo, es un hombre orgulloso". Pero Robbo está en el hospital.
Su accidente ocurrió en la madrugada del 2 de abril de 2011. Le encontraron a los pies de los 12 peldaños que dan acceso a su casa en Islington, cuenta P.I.C. Tenía una herida tremenda en la cabeza. "No se sabe cuánto tiempo llevaba allí, no había cámaras, ni testigos". P.I.C. vio a Robbo el día anterior al accidente. En aquellos días andaban preparando una gran muestra del colectivo Team Robbo: nuevas ideas, todos juntos de nuevo. Robbo quedó con su hermano a tomar unas cervezas. Las cosas le iban bien, había empezado a exponer en galerías, en gran parte gracias a su renacimiento por el enfrentamiento con Banksy. Quería dejar la tienda en la que trabajaba, dedicarse a fondo a dar el salto de la calle a las galerías, estaba en su mejor momento. Nadie sabe qué ocurrió. Después de varios meses en coma, ahora, al menos, ya está consciente. Ha perdido el habla. No puede explicar qué pasó aquella noche.
Team Robbo decidió seguir adelante con la exposición a pesar de lo ocurrido. Fue un éxito. En septiembre repitieron. Pero esta vez subastaron el material. Consiguieron que 150 artistas urbanos y grafiteros contribuyeran con piezas. Recaudaron 57.000 euros para la familia de Robbo. Los ojos de P.I.C. se humedecen. "Si Robbo vuelve algún día, podré mirarle a los ojos y decirle: 'Hice todo lo mejor que pude", dice P.I.C frente al mural, y rompe a llorar recordando a su amigo.
Robbo es padre de familia, tiene tres hijos. No puede hablar. "Pero cuando está despierto y alerta, a veces te puede escuchar y te da la mano", cuenta Choci-Roc, que le estuvo visitando hace poco. Se estima que su recuperación, si se produce, puede llevar más de dos años.
Proseguir la guerra de su amigo. Responder a Banksy en su nombre. Esa fue una de las misiones que algunos de los miembros de Team Robbo se marcaron. Pero su guerra se ha globalizado, les han salidos team robbos por todas partes: grafiteros espontáneos de todo el mundo se suman a la causa. No perdonan a Banksy que despreciara a un auténtico grafitero, que atacara un mítico graffiti de 1985 desde su atalaya de artista de éxito, desde su altanería, despreciando a los que están en las calles de las que él salió.
"Esto es una guerra entre dos movimientos", afirma Choci-Roc con una cerveza en la mano en un bar de Kings Cross. De un lado, los grafiteros, que intentan hacerse un nombre en el barrio. Por otro, los artistas urbanos, que intentan hacerse un nombre en las galerías.
Choci-Roc guarda una bala en la recámara. Lo cuenta en voz baja, enigmático: algo va a pasar con la mítica pared de Regent's Canal. Esta guerra no ha terminado.
ACTUALIZADO Parece que Banksy quiere zanjar el asunto con ésta última pieza:
Entrevista a Robbo (inglés): http://www.juxtapoz.com/Features/exclusive-interview-with-robbo-on-banksy-graffiti-and-more
Cronología de la guerra con imágenes: http://www.ldngraffiti.co.uk/blog/banksyvsrobbo/timeline.html
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Banksy nunca me había gustado absolutamente nada por diversas razones, pero esto ya ha sido asqueroso. Cualquier persona metida mínimamente en el panorama del graffiti sabe que se debe respetar a la vieja escuela. Lo que ha hecho este individuo es equiparable a pisar
; da igual quien seas, lo que hayas hecho hasta ese momento ya no importa, tu reputación tampoco, la has cagado.
Y ha pasado eso exactamente: un tío con fama mundial, nominado al Oscar, con obras tasadas en millones, pone en su contra a los graffiteros de Londres primero, a los del resto de Inglaterra después y finalmente a los del resto del mundo.
Para mi, tiene su merecido y cualquier persona que haya vivido el graffiti pensará igual.
Y vosotros, ¿qué pensais?: ¿envidia?, ¿justicia?, ¿ganas de llamar la atención?...