El artículo no vale ni para limpiarse el culo. No me extraña que este país se hunda, votantes sin criterio. Corrijo: Votantes, porque un votante con criterio no existe.
“Una reforma legal que implantase un sistema electoral mayoritario provocaría que los cargos electos fuesen responsables ante sus votantes en vez de serlo ante la cúpula de su partido”
Y con listas cerradas y desbloqueadas los votantes también ejercen control político, y si ya hablamos de listas abiertas ni te digo.
Cambiar un sistema proporcional como D’Hondt a uno mayoritario como por ejemplo Hare tampoco tendría tanta repercusión en nuestro sistema político, claro que lo tendría en los escaños pero sería bastante marginal a no ser que también cambies las circunscripciones y la disposición mínima.
Por otro lado, el autor indaga en un tema que ya fue refutado hace décadas por distintos expertos en la materia (Kirchheimer, Panebianco, Duverger y Sartori, entre otros) y es que el sistema electoral de un sistema político NO tiene porque condicionar un sistema de partidos concreto (bipartidismo, bipartidismo imperfecto, pluripartidismo, etc).
Sobre la teoría:
Sin duda alguna coincido con el autor que uno de los grandes problemas que tiene el sistema político español es que hay una gran cúpula elitista incrustada en el poder y puede parecer que junta actúe como un solo lobby. Aunque en realidad cada partido es un grupo de presión por si solo en toda norma, si nos acogemos a la teoría de la elección racional no podemos olvidar que el objetivo de todo partido político es el de consolidarse en el poder y perpetuar su posición tanto como pueda (este es el interés particular). Me descuelgo totalmente cuando el autor da a entender que la clase política en sí es como una masa amorfa que actúa como un solo grupo de presión y bajo ciertos intereses generales.
Es necesaria una reforma electoral pero un sistema mayoritario no sería, ni mucho menos, la panacea de la democracia. Creo que el autor confunde “control político”, el cual pasa solo por la preconfiguración de las listas y el voto en sí (cerradas, cerradas y desbloqueadas o abiertas), con redistribución de escaños según la formula acotada al prorrateo electoral (sistema mayoritario o proprocional).
Me gustaría también señalar que un sistema mayoritario y con un fuerte control político que pase por listas abiertas (por ejemplo) también tiene sus consecuencias negativas y es el clientelismo electoral exacerbado y el protagonismo total de los políticos como individuos (los partidos políticos quedan como algo abstracto), además de posibles descomposiciones constantes de partidos (debido a la extrema competencia y al puro clientelismo). Un sistema de partidos pluripartidista tiende a fragmentar las políticas (debido a falta de consenso) y esto puede ser un serio problema al no realizarse un feedback (teoría de la caja negra de Easton) dentro del sistema político.
Muchos autores han argumentado a favor y en contra de las teorías elitistas (Pareto, Mosca, Weber, Schumpeter, etc) como de las teorías pluralistas (Dahl,Schmitter, etc), y esta teoría de la clase política de Cesar Molina no es más que un acercamiento a la implacable obra de Robert A. Dahl titulada “La poliarquía”.
Con todo esto, yo quiero concluir que soy partidario de una reforma, simplemente porque el sistema actual ha llegado al final de su “ciclo” y es necesario dar paso a uno nuevo. Pero que nadie se piense ni por un segundo qué a lo que podamos optar tenga o deba ser mejor o peor de lo que tenemos ahora.
PD: No quiero ser un agua fiestas con mi crítica, el artículo es muy bueno.