Bueno, vengo a relatar un poco (no se resumir muy bien así que ahí os va) mi cita de ayer.
Quedé en torno a las 19:30 de la tarde pero entre contratiempos y no encontrar el lugar que ella había dicho, al final se retraso un poco el encuentro, nada que no se pueda solucionar con un poco de humor.
El plan inicial era ir tomando algo y pasear, al final pasamos del vino y la tarde se fue entre cervezas, lo malo fue que nos vino la lluvia y lo de poder intimar a solas es algo más complicado.
Me gustó que nada más llegar el camarero del primer sitio en el que paramos, fuese una tía decidida y que dijera que quería una estrella para posteriormente mirarme y no tener yo más remedio que obviamente sonreír y decir que obviamente también.
Se estuvo hablando bastante ahí, y ya hubo buen humor, hablar sobre nosotros mismos y conocer un poco sobre nuestras personalidades pero en vivo, que siempre hay matices y no hay lugar para las películas que a veces se monta la gente, ahí es cuando hay que mostrarse como es uno mismo.
Realmente me noté oxidado en el acercamiento y el contacto, ir tocando una pierna, una mano, hombro mientras fluye la conversación se me tornaba más ajeno de lo que creía que era, y la disposición de la silla promedio de un bar no propicia el lugar idílico para esto, aún así había que seguir intimando.
Desde el primer momento estuvo muy receptiva así que en ese sentido me ayudó bastante, quizás es el tipo de persona que no aguanta nada una mirada ojo a ojo en conversación así que la iba ayudando a que no se sintiera incómoda mirando hacia lo lejos cuando quería explicar algo, buscando mirar y asentir para asociar un feedback positivo al face to face etc. Sin mucho problema, el trabajo corporal de orientación y de acercarme a personas sin que se sientan incómodas es algo que tengo bien entrenado por el tipo de trabajo que tengo.
Cambiamos de localización y fuimos a un lugar que previamente habíamos acordado para cenar un pincho de tortilla cada uno y una brocheta de carne entre los dos.
Este momento era crucial pues sentados frente a frente se puede perder contacto a la par que enfriarse un poco la cita. Sin embargo una segunda cerveza y una conversación distendida ayudaron a llevar muy bien la cena.
Algunas de las perlas de la conversación durante la cena fue, presumir de que mis tortillas eran más ricas que las que probamos, cosa fácil pues a ambos nos gustan poco hechas y al hacerlas yo con huevos de verdad y no ovina el sabor gana mil.
También me dijo literalmente que no se fía de la gente que no come, haciéndome eso una persona de gran confianza. Para rematar hablando sobre sus parejas de los últimos 5 años me comentó lo conos y setas que eran en el día a día, ahí entendí que le gustase mi descripción de tinder, literalmente a veces parezco mi propia abuela, y esa confianza/actitud es algo que ella buscaba abiertamente.
Con dos cervezas encima y habiendo cenado saqué cartera para pagar, ella ya había invitado a las anteriores cervezas así que sin mediar palabra y ante sus ojos pague, haciendo que se indignase pues quería invitar ella, le dije claramente que si quería resarcirse que le tocaba invitar a la siguiente cerveza que tomaramos dando posibilidad a que fuese hoy u otro día.
No sabéis que sonrisa más tonta debí esbozar al ver que la reacción natural suya fue dar dos pasos hacia la salida para voltearse y decirme mientras escundriñaba mis intenciones, "vamos a otro lado".
Habían pasado varias horas de cita así que esta vez y ya con la tercera cerveza, que he de decir que se la miraba bien acostumbrada al alcohol porque iba incluso sin contentillo para los 53 kilos que pesa y tres cervezas, bueno, que ya decidí que había que actuar, pegando mi silla a la suya nada más sentarnos.
Caricias y tocar el pelo y cuando la segunda linea de conversación terminó simplemente me lancé. No me acordaba lo satisfactorio que era lanzarse y ver como la otra persona simplemente acepta que vayas.
Seguimos liándonos durante una hora y pico larga y finalmente la acerqué a casa puesto que cerraba todo y al llover era de mal gusto no hacerlo.
Ya sin habernos despedido salió de ella querer invitarme otro día a un estudio que tiene su padre en otra ciudad y pasar allí el día, literalmente es una persona bastante proactiva, así que estoy encantado.
Bastante contento con la cita así que mi idea es volver a quedar con ella entre esta semana y la siguiente, sin alargarlo más que eso, puesto que es raro encontrar tias que no sean una muermas y no quiero perder el interés de esta chiquilla.
Acabo de reredactar varias cosas que se nota que lo escribí a toda prisa.