Alguien comentó en la página anterior que el hilo molaba más cuando teníamos historietas semanales y el hilo estaba más vivo así que vengo a aportar mi granito de arena para retomar ese cauce. Se viene tocho, aviso.
Os pongo en situación, año 2017, un joven de 20 años lo acababa de dejar con su pareja del instituto, ese amor de adolescencia que se extendió más de lo debido y que sus últimos coletazos de vida eran más por el cariño mutuo que por amor.
En ese entonces estudiaba en la Facultad de Biología de Diagonal, los que conozcáis la universidad ya os estaréis haciendo la idea, a los que no, solamente comentaros que el sexo era todo lo contrario a tabú, el ambiente hippie se apoderaba de todo el mundo, a mí el rollo feminista indepe con pelo rapado que se estilaba en ese momento no me iba nada pero como os digo, ese aura de #FreeTheNipple, de pasos de Ecuador que se iban de madre, de clases donde el 90% había tenido folleteo con alguien de la misma clase, daba pie a que hasta la más estirada de Sarrià se pusiera en modo gata.
Aún así, en mi caso, como imaginaréis era un pipiolín que había perdido la virginidad con su ex y no había catado nada más, era un completo n00b en ese mundillo que había sido fiel a su pareja a pesar de ir alcoholizado como una cuba y ser zorreado en fiesta sí y fiesta también.
Decido hacerme Tinder. Pasan los días y van habiendo algunos matches pero con la clásica torpeza del novato, chats insulsos, no se llega a quedar nunca, decenas de tías que abres con un "Hola qué tal" y pasan de ti y un largo etcétera de errores que con el tiempo vas puliendo.
Total, estaba yo aburriéndome en una clase de Inmunobiotecnología y de repente salta "It's a Match!", miro sutilmente con esa sonrisilla de pícaro, de cuando tenías ilusión con tus primer match, esa persona que te imaginas en tu cabeza en esos instantes entre que ves la notificación y desbloqueas el móvil, ese runrun de si será esa rubia de ojos azules a la que diste Superlike ayer o esa modernilla skater que habías swipeado esa mañana a las 8.00 con solo medio ojo abierto.
Ese runrun a veces se materializaba en ese craco de tetas grandes al que diste like porque te pilló a media paja un domingo tarde pero en esta ocasión no, en esta ocasión era LAURA, y digo LAURA en mayúsculas porque era LA chica. De mi misma carrera, un curso menor a pesar de ser de la misma edad, un puto pivón de sonrisa inocente a la vez que zorrón, tipo Paula Prendes cuando era joven, estatura media tirando a bajita, buenas curvas, generosos pechos con esa actitud de tontita pero que actualmente está doctorándose en el Karolinska, un 9/10 en ese momento y un 9.5/10 ahora que se ha curtido en el gym.
Os juro que se me aceleraron las pulsaciones, tenía temor a que acabara esa clase y entrara por la puerta, a cruzármela en el bar y no saber qué decir, me daba un miedo tremendo encontrármela en ese momento así que a la velocidad de Rayo McQueen me escaqueo de Biomateriales y nanotecnología para ir a comentar la jugada con los del piso y plantear la situación.
(Me estoy alargando y aún no ha empezado la cita, así que me ahorro el opener, las conversaciones previas y las tres semanas que estuvimos tonteando por whatsapp y paso directamente a la primera "cita").
Decidimos quedar un jueves de diciembre para ir a una Pompeufarra (buen rollo estas fiestecillas porque en la Pompeu van full pijas y a diferencia del mundillo hippie-porreta, ese ambiente sí que me encantaba). Ella venía con una amiga y yo había quedado con dos de mi grupillo del grado (recordemos que todos nos conocíamos entre nosotros). Mis amigos y yo nos hacemos unos Telepizzas para cenar mientras que las dos titis se traen un tupper de CANELONES DE ESPINACA que les había preparado la madre de una. Sin más dilación, empezamos a tajar, típicos juegos, jijijaja, zorreo por aquí, la manita la manita de Manué por ahí, cada vez más animados, cada vez olvidando más el taxi y la discoteca, cada vez veía más cerca la cama y que les den al resto pero lo que ocurrirá a continuación no os lo podéis imaginar.
En un momento dado, nuestra amiga Laura parece ausentarse de la sala mientras apoya su cabeza de espaldas en la silla, su amiga le comentaba cosas pero ella estaba como medio adormilándose, aquí me empieza a dar el bajón pensando que en ese estado ya ni de coña había folleteo así que gentilmente me acerco a ofrecerle una cama o una mantita, ella levanta la cabeza, me mira fijamente y sin más preámbulos, VOMITA como un puto DRAGÓN.
He visto aspersores del Wanda Metropolitano mojar menos superfície que esta chica, no os lo podéis imaginar, mi camisa, mis pantalones, el suelo, sofá, cortinas, su rango llegó hasta el puto techo. Miro en mis pies y veo un puto canelón de espinaca que podía perfectamente emplatar de lo compacto y hecho que estaba. Qué barbaridad, a día de hoy aún no he visto nada así, dicen eso de que cada persona tiene un don oculto que desconece pues esta claramente es Top mundial en lo suyo.
Me daba un puto asco que flipas, todos los hijosdeputa presentes jartándose evidentemente mientras yo trataba de no hacerle un comeback y potarle en todo el jeto también de las nauseas que estaba teniendo. Voy a cambiarme, ropa directa a la lavadora y al volver me dicen que no responde, que parece bastante ida, su amiga en vez de actuar como una persona normal empieza a hacer el simio entrando en pánico y revoloteando por todo el salón. Decidimos llevarla a bañera, la dejamos en ropa interior, le tiramos agua fría y por suerte empieza a hablar medio adormecida, solo repetía sin siquiera abrir los ojos "Estoy bien, estoy bien, preguntadme lo que queráis, ya veréis que estoy bien" y aquí nos empezamos ya a relajar y reír un poco preguntándole cosas chorra. Me sorprendió especialmente que su mente funcionaba al 100% a pesar de estar ida físicamente:
"¿Laura, cuánto es 7x89?" (En un segundo) "623, preguntadme más, preguntadme más"
"¿Laura, qué función tiene la proteína Rho?" (Con soltura) "Es una helicasa que... preguntadme más preguntadme más"
En resumen, la noche que pudo ser y no ha sido, la vestimos con un chándal mío y la dejamos sobando en mi cama.
Por situaciones de la vida, no me la zumbé hasta un año después, buen polvo.