Capitulo I - "La Teoria"
Al sur de Morristown, acercandose a unas ochenta millas por hora a la ciudad de Knoxville, un Pontiac del 69 evapora gasolina a altas revoluciones por la carretera 40 mientras un par de tesoreros de vidas ajenas comparten unas horas de viaje en su interior.
Peet: - Dice Charlie que este sera tu ultimo trabajo en Tennesse, ¿es eso cierto?
Carl: - Digamos que esa pequeña bola de grasa tiene razon, si.
Peet: - Vaya una mierda tio, ¿que tienes pensado hacer despues de esto?
Carl: - Me ire al sur.
Peet: - ¿A Alabama?, ¿Georgia?
Carl:- Mucho mas al sur... mucho mas.
Peet:- Joder macho, siempre tan cerrado.
Carl:- Supongo que es lo que te otorga una vida llena de sangre y visceras, la indiferencia al projimo.
Peet:- Supongo...
Carl:- Bueno, cuentame algo mas sobre la situacion. ¿Como esta todo?
Peet:- Bien, veras... en Knoxville tenemos a mi contacto al Este del estado. Nos estara esperando esta tarde, asi que sera mejor no mosquearle tio...
Carl:- Si, ya se. Si hemos de llegar a una hora determinada, llegaremos, tu por eso no te preocupes tio.
Peet:- No me preocupo, joder... solo quiero que las cosas salgan bien... Bueno, como te iba diciendo, alli recogeremos a Natasha...
Carl:- ¿Natasha? No me jodas que vamos a utilizar de nuevo una de esas mierdas rusas tio... Estoy hasta los putos cojones de que nos tomen el pelo con esa basura del este...
Peet:- Tranquilizate macho, es un contacto de confianza. En los años que llevo yendo a verle nunca me ha decepcionado ninguna de sus mierdas, asi que mira al frente y tranquilizate.
Carl:- Sigue, ¿Que haremos despues de recoger a la chica...?
Peet:- Bueno, vamos a ver... Esta mierda debe solucionarse el jueves, asi que tenemos dos dias desde que salgamos de Knoxville para llegar a Hendersonville y preparar todo el tinglado.
Carl:- ¿Que sera un trabajito de voyeur?
Peet:- Si, la distancia estimada son unos novecientos metros; disparar, recoger y volver a Bristol para ver a Charlie. Si todo sale bien estaremos de vuelta para el sabado por la mañana. Bueno, como te iba contando...
Carl:- Si, claro, perdona.
Peet:- El corderito bajara de Kentucky por la 65 y hara parada en el hotel California de Hendersonville, la noche antes del gran discurso en Nashville. Todo esta preparado para que la suite este libre para el pez gordo, por lo que nos hemos encargado de tener una buena vista hacia esa habitacion desde una casita de un granjero cuya familia nadie echara de menos hasta que todo haya pasado.
Carl:- ¿Bajas civiles?
Peet:- Cuatro.
Carl: Joder, macho... ¿Cuatro?
Peet:- Si, tio. El maestro, su mujer, el perro y una tortuga de acuario... odio a esos bichos, coño.
Carl:- Menudo capullo estas hecho, ¡¡hahahah!!
Peet:- ¡Eh! De eso se encargo Ross, ¡a mi no me mires... tio!
Carl:- Entonces llegamos alli el jueves madrugada, preparamos a Natasha, recogemos y ya esta, ¿no?
Peet:- Si, aunque primero deberemos parar por Cookeville a probar que tal se abre de patas nuestra querida rusa.
Carl:- ¿Como?
Peet:- Hay un gran terreno sin vigilancia en el que podremos probar que este bien calibrada, aunque como te he dicho antes, nunca he tenido problemas en ese aspecto.
Carl:- ¿Y no seria mejor probarlo justo despues de hacernos con ella? Joder tronco, imaginate que falla el tiro. ¿Con que puta cara vuelvo a Bristol y le digo al jefe que mi ultimo trabajito se ha ido por la borda porque tu te has refiado demasiado de tu contacto?.
Peet:- Si falla el tiro, pues para eso estas tu, tronco. Te quedaras esperando mis ordenes en un parque que hay justo detras de la misma calle por la que se entra al hotel. Si fallo, que ya te digo que no va a ocurrir, solo hace falta que te acerques con la recortada y le rebientes el craneo a ese cabron. Todavia la llevas en el maletero, ¿no?
Carl:- Si, justo debajo de la lona, asi que si rebentamos rueda, habra sido un cambio muy jodido el haberla quitado para poder pasar los supuestos controles policiales.
Peet:- Joder, macho, nunca te habia visto tan pesimista. ¡¡Alegrate coño, que ya mismo te jubilas!!
Carl:- Supongo que de un modo u otro, tu ultima frase va a convertirse en una relidad...
Capitulo II - "Compañerismo"
Son las cuatro y media de la tarde en Knoxville y es exactamente la misma hora que reina en sus afueras. Un pontiac blanco del 69 se detiene en el 1045 de Sal's Way. De esta formidable bestia, tragadora ansiosa de kilometros, bajan dos figuras de oscuros ropajes y graciles movimientos.
Peet: Esta bien, recuerda lo que te dije esta mañana sobre Jack, ¿de acuerdo?
Carl: No me habias dicho que se llamaba Jack...
Peet: Ah, ¿no?. Pues bueno, ese es su nombre. Recuerda lo que te he dicho, tio, no me pongas en un aprieto...
Carl: Esta bien... tranqui... todo guay... ¿Se llama Jack?
Peet: Tio, deja de mirarme asi y guarda las formas, al menos mientras estemos en su casa.
Carl: Lo voy a intentar, te lo juro, pero coño... ¡vaya una mierda de nombre!
Peet: He dicho que dejes de mirarme asi... y cuidado con el gnomo de piedra.
Carl: ¡Coño!
Peet: Dejame que sea yo el que hable, ¿de acuerdo?
Carl: ...
Peet: ¿Quieres dejar la figurita tio?
Carl: ¿Que nombre crees que le habra puesto a este enano petrificado?.
Peet: Yo que se... ¿David?, no tengo ni idea. Yo que coño se. Estate quieto.
Carl: ¿David?
Peet: Si, David, como en la serie de David el gnomo, ya sabes...
Carl: No... no se, ¿de que mierda de serie me estas hablando?
Peet: ¿En serio no sabes quien era David el gnomo?
Carl: Ni la mas remota idea tio...
Peet: Joder, no responden al timbre... Era una serie para niños pequeños, se la pongo a veces a mis hijos cuando quiero que me dejen tranquilo un buen rato.
Carl: Hombre, que es para niños pequeños ya me lo suponia, coño. No logro imaginarme una peli porno en la que al aparecer los creditos, en el renglon del actor estrella aparezca un David. Ya sabes, demasiado infantil.
Peet: Quizas no hayan llegado todavia... Vayamos al coche a esperarles.
Carl: De acuerdo.
Peet: ¿Las pelis porno tienen creditos, tio?
Carl: Por supuesto, como cualquier otra pelicula.
Peet: Joder, no tenia ni idea. Creo que es porque nunca consigo llegar al final.
Carl: ¿Nunca te has terminado una porno?
Peet: No... Dejame que llame a Jack al movil.
Carl: ¿Eres eyaculador precoz?
Peet: ¡Hahaha!, no me jodas macho, no digas gilipolleces.
Carl: Era una posibilidad...
Peet: ¿Si?, ¿Jack?. Buenas, perdona que te moleste pero... ¿donde coño andas tio?. [...] Esta bien, nosotros nos quedaremos por aqui hasta que vengais. [...] Hasta ahora.
Carl: ¿Sabes?... tienes un perfil de eyaculador precoz tio...
Peet: ¿Y tu sabes de que perfil tienes?
Carl: ¡Bah!, dejalo tio, estaba de coña.
Peet: Ha ido con la familia a comer a un Burguer del centro. Me ha dicho que volvera sobre las seis, que tambien han pillado unas entradas para el cine y demas mierdas...
Carl: Joder, tronco. Ya sabes que las esperas me ponen de muy mala hostia.
Peet: No estamos esperando, joder... unicamente... nos hemos adelantado. Miralo de este modo: Tu y yo somos mas rapidos que el capullo ese.
Carl: El capullo ese que tiene infestado su jardin con gnomos de piedra, ¿cierto?
Peet: Cierto.
Carl: Si, mucho mejor. Oye, vamos a tomar algo, me esta entrando sed.
Peet: De acuerdo.
Carl: Dejame que ponga algo de soul.
Peet: ¿A quien me traes esta vez?
Carl: A Jackie Wilson, soul del bueno, vaya.
Peet: Menuda una mierda, tronco.
Carl: ¿Una mierda? No tienes ni puta idea Peet, Jackie es la voz negra del puto soul por excelencia.
Peet: ¿Y esa mierda de tupe del top manta? Mira, puede tener la jodida voz mas potente del norte del planeta, pero cuando salia a actuar parecia que le habian plantado una enorme mierda en su negra cabeza, macho...
Carl: ¡Si!, en eso te voy a dar la razon, tiene que ser realmente jodido peinarse teniendo ese pelo tan asqueroso, ¿eh?.
Peet: Si, la verdad.
Carl: Para tupe, el de Elvis, ¿que me dices?
Peet: Voz de negro y pelo de blanco pijito. Una mezcla explosiva que te acaba abandonando en la jodida bañera, sumergido entre pastillitas que flotan a tu alrededor.
Peet: Mira, ahi mismo. Para por aqui. Dejemos descansar al rey del rock, demasiadas veces le han intentado resucitar como para ponernos a hablar en vano del peinado mas jodidamente perfecto que he visto en mi vida.
Carl: ¿A que hora te ha dicho que volverian?
Peet: Sobre las seis. Tenemos tiempo, tranquilo.
Carl: Mira, ahi hay un par de sitios libres...
Peet: Esta bien.
Carl: Oye tio, ¿sera una buena idea ir hasta Cookeville solo para ver que tal trabaja Natasha?
Peet: Si, ya te he dicho esta mañana que alli habia un buen terreno en el que hacer pruebas sin ningun tipo de problemas.
Carl: No me refiero a eso, ya sabes...
Peet: ¿Que?
Carl: Que nunca me he fiado de nadie que no fuera yo, ¿entiendes?
Peet: Esta relativamente cerca. Si tenemos algun problema, volvemos cagando leches y si quieres sacas tu preciosa del 35 y le das por culo a Jack, pero hasta que no me haya jodido, confio plenamente en el, ¿estamos?
Carl: Si...
Peet: No resoples, coño. Confia en mi.
Carl: Confio en ti, pero no en alguien a quien no he visto en mi vida y tiene un nombre tan ridiculo...
Peet: ¿Que me dices de Jack el Destripador?
Carl: ¿Que te digo de ese tio?. Habra troceado a tantas personas como quieras, pero ya hay que ser gilipollas para cargarse a una puta con la que has estado follando sin condon y a la que has manoseado hasta por el interior de su negro culo.
Peet: ¿Sin condon?
Carl: Si, tio. Eso he oido.
Peet: Joder
Carl: Lo se...
Peet: Asi que eso has ido, ¿eh?. ¿No decias que no confiabas en nadie?
Carl: Confio en ti, ¿no?
Peet: Si... supongo... ¿Lo acabaron cogiendo?
Carl: Se pego un tiro.
Peet: ¡Y un huevo!
Carl: Te lo juro, ese tio estaba colgao, y no es porque estuviera hasta el culo de mierda, macho. Se lo encontraron varias semanas despues de haber hallado a la puta descuartizada, en un hotel en Green Road, con la cabeza rebentada llevando encima una recortada. Los vecinos de las habitaciones contiguas dieron el aviso.
Peet: Deja de vacilarme, tio. Jack el destripador jamas ha sido descubierto, ni atrapado. De hecho nunca se supo si fue unicamente un solo hombre.
Carl: Creete lo que quieras...
Peet: ¿En serio?
Carl: Por cierto, ¿cuando piensa venir alguien a tomarnos nota?
Capitulo III - "La Ford Transit"
La tarde se cierne sobre la ciudad de Knoxville. El cielo se torna calido mientras las pequeñas nubes que lo surcan se van desvaneciendo lentamente, agotadas como los minutos tras una gran suma de segundos. Peet y Carl salen de Age's Bar, lugar donde habian pasado el tiempo que tardaria Jack en volver del centro, a las seis menos cuarto, dirigiendo sus pasos hacia el Pontiac. Despues de una acalorada discusion sobre a quien podia considerarse el precursor del Rock'n Roll, ambos se montaron en el coche.
Peet:- Creeme, los movimientos de cadera de Elvis hicieron que esta mierda creciese como la jodida espuma...
Carl:- De acuerdo, aceptamos Elvis como rey del Rock...
Peet:- Espero que no me estes dando la razon como a uno de esos a los que les ponen la camisa del reves, ¿entiendes?
Carl:- ¿Te has dado cuenta de esa furgoneta que esta aparcada una calle mas abajo?... No te asomes por la ventana, mira desde el retrovisor...
Peet:- Es cierto, tambien estaba hace algo mas de una hora cuando paramos en frente de la casa de Jack, pero no le di importancia entonces.
Carl:- Ese cabronazo...
Peet:- Eh, tranquilizate, quizas no tenga nada que ver.
Carl:- Sera mejor que pienses algo rapido mientras llegamos a la casa de ese tio.
Peet:- De momento vayamos como si nada, dejame a mi...
Carl:- ¿Llevas una pipa encima?
Peet:- Sin ella no salgo de casa, macho.
Carl:- Vale, pues aparcare justo en el mismo sitio.
Peet:- ¿Cuantos crees que puede haber ahi dentro?
Carl:- Cuenta con cuatro simios en la parte trasera y dos delante. Ya sabes, siempre viene mejor esperar a un par que nunca haran aparicion, que darte cuenta de que faltan dos invitados y no tienes suficiente cerveza.
El coche se detuvo lentamente justo en frente de la casa del contacto de Peet. Parecia que este ultimo todavia no habia llegado, pues las luces de la casa todavia seguian apagadas y el chrysler que suele conducir Jack no aparecia por ningun lado.
Carl:- ¿Donde coño vas?
Peet:- Abre el maletero.
Carl salio cual resorte del coche y se detuvo al lado de su compañero, intentando detenerle, mas cualquier prentension por su parte se vio frustrada ante la decision de este ultimo.
Carl:- ¿Que coño estas haciendo, tio?, ¿quieres que nos maten?
Peet:- Tranquilo, no haran nada a plena luz del dia, asi que hasta dentro de una media hora dudo que se muevan de esa puta furgoneta. Joder, lo que daria porque fuera verano en esta parte del jodido planeta.
Carl:- Si, de ese modo tendriamos algo mas de tiempo.
Peet:- ¿Que dices, tio?. Es solo que estoy sudando como una puta cerda, nada mas. - Este se quito la chaqueta y la estiro en los asientos posteriores del coche, se desnudo levemente la corbata y volvio de nuevo al maletero.
Carl:- ¿Que piensas hacer?. Tu decides.
Peet:- Esta complicado, la furgoneta esta aislada y nos rebentarian el culo si nos acercaramos directamtente. No es una posibilidad.
Carl:- Eso seria un puto suicidio.
Peet:- Yo he venido a por la recortada, Carl, pero dame buenas noticias, amigo...¿Que hay en esta bolsa?.
Carl:- Pues algo que nos vendra de lujo para lo que estoy pensando.
Despues de que ambos cruzasen sus miradas , Peet hizo correr la cremallera de la bolsa de deporte que escondia Carl bajo el tapete y sus caras se iluminaron cuando vieron tan exigente surtido de juguetitos. La cremallera cedio de nuevo para cerrarse y Peet se la cargo al hombro.
Carl:- Podemos entrar en la casa desde la parte trasera. Es un patio interior con jardin y si rebentamos una ventana cabe la posibilidad de que ningun vecino se de cuenta.
Peet:- ¿Cabe la posibilidad?. Joder, yo no soy de los que se mueve por putos numeros y la estadistica esta vez esta en nuestra contra, asi que dejate de chorradas y asegurame que no tendremos problemas...
Carl:- Es nuestra unica salida, en carretera abierta lo tenemos bien jodido e intentar perderlos por ciudad no es una posibilidad. Ademas, necesitamos ese rifle, ¿cierto?. Si el cabron de Jack nos ha traicionado no hay otro modo de conseguirla que quitandosela de las manos. No tenemos tiempo para buscar a otro vendedor...
Peet:- ¿Crees que seran tan gilipollas como para seguir nuestro juego?
Carl:- A ellos les pagan por eso y les encanta jugar. Vamos para dentro.
El sonido del maletero al cerrarse inicio lo que iba a ser un baile sangriento que llevaba por melodia un sinfin de ese precioso liquido carmesi, recubierto por el frenesi y la locura que te envuelve cuando la sangre te hierve impregnada de sustancias alucinogenas.
Era el drama con el que tenian que convivir aquellos que dispensaban muerte bajo un manto de verdes billetes. Ahora, ambas figuras intentaban pasar desapercibidas en la parte trasera de aquella bonita casa de paredes blancas y rojizo tejado. Recubierta alegremente por un par de enormes arboles que se postraban inmoviles en el frondoso jardin, espectantes de otorgar malas nuevas a visitas indeseadas. El viento azoto sus ramajes como el que avisa de que aquello no se hace. Estaban avisados.
Carl, tras observar detenidamente las inmediaciones de la finca y mientras Peet echaba un ojo al calido reflejo del astro rey que proyectaba sobre las lunas tintadas de aquella ruda furgoneta, se anudo la chaqueta al codo y el conjunto impacto con una de las ventanas que daban a la planta de abajo de la casa.
El ruido quedo enmudecido por la expectacion desmesurada que ambos estaban demostrando. Deseaban fervientemente que agentes del orden o vecinos exhaltados hicieran aparicion para asi poder liberar tensiones sin tener porque sentir culpabilidad alguna. Carl alargo el brazo por la oquedad que restaba ahora en la ventana y logro abrir la puerta trasera que daba a la cocina de aquella casa.
Peet:- Tu ve al piso de arriba y avisame si aquella panda hace algun movimiento sospechoso.
Carl:- ¿En que coño estas pensando?
Peet:- Ese cabron suele esconder sus juguetitos en el sotano, voy a echar un vistazo.
Carl:- Esta bien, pero date prisa, no quiero tener que pegar un grito que despierte a los vecinos mientras esos mierdas vienen en tromba.
Peet:- Pues no acabaria resultando una mala idea, creo...
Con una sonrisa en sus labios, descendio cual relampago escaleras abajo, hasta que llego un momento en el que su compañero dejo de oir sus zancadas, y fue entonces cuando este ultimo empezo a descontar escalones en sentido opuesto, de dos en dos, hasta llegar al piso de arriba. Alli se metio en lo que parecia ser la habitacion de una niña y recostando su espalda sobre la pared, aparto lentamente la cortinilla para echarle un ojo a la furgoneta. Todo parecia seguir en orden.
Capitulo IV - La muerte en Ruso suena diferente.
La habitacon se ilumino en una de las palmadas que dio Peet sobre la fria y dura pared del sotano de aquella casa. Entrecerro sus ojos y cuando estos se hubieron acostumbrado a aquella cegadora luz, giro su mirada entorno a su figura, buscando una caja de madera con inscripciones rusas que delataran lo que andaba buscando. Tras de si quedaban las escaleras que le habian llevado hasta este frio nivel, a su izquierda un armario de madera que el mismo Jack se habia montado para poder disponer de las diferentes herramientas que usaba cuando debia hacer reformas en casa, arreglar el jardin y demas trabajos de parecida indole y el resto del sotano estaba cubierto de cajas de carton medio abiertas, sobre las que reposaban herramientas que no cabian en el armario. Tambien, recostada sobre una de las paredes, habia una polvorienta motocicleta de trial, con ambos pneumaticos posiblemente rebentados y el sillin desmontado. En una esquina de ese nivel descansaban varias cajas, todas ellas de carton, sobre una mas grande que el resto, esta si, de madera.
Peet se acelero hasta estas y, tas impregnarse de polvo hasta las entrañas, fue dejando esparcidas por el suelo las cajas que le molestaban. Parecian estar llenas de libros algunas, y platos de porcelana otras, pues pesaban bastante y en ocasiones el ruido era delator.
Peet:- Me cago en dios, ese cabron tiene una muy mala mania...
Despues de resoplar tras el ejercicio, tuvo que volver sobre sus pasos, hacia el armario, para sacar del mismo unas enormes tenazas, que le servirian para romper los candados que tenian sujetos los ganchos que mantenian bien cerrada la caja. Un par de sordos y metalicos sonidos mas tarde, este dejo sobre una de las cajas de carton aquellas enormes tenazas y levanto la gruesa tapa que mantenia al rifle fuera del alcance de la suciedad. Tras el leve quejido de las visagras, Carl, asustado, arqueo su ceja izquierda al darse cuenta de que esta estaba vacia.
Corroboro que fuera la caja adecuada mirando las letras que habia talladas sobre la tapa, donde se podia leer "Snayperskaya Vintovka Dragunova", por lo que resoplando de nuevo, corrio hacia las escaleras y empezo a restar escalones de forma casi enfermiza.
Peet:- Esto es una mierda... esto no puede estar pasando...
Una sensacion de desesperacion empezo a recorrer su cuerpo segun subia hacia la planta baja y el sudor que habia empezado a hacer acto de presencia tras el calor que se respiraba en el sotano, se acentuo tras aquella idea. Sus pies seguian descontando palmos de forma oblicua hasta que llego al piso de arriba.
Peet:- ¡Carl!, ¿Donde coño estas? - grito justo en el momento en el que asomo la cabeza por el marco de la puerta que daba a la habitacion de lo que parecia ser una, acomodada a los gustos de una niña pequeña.
Carl:- Tranquilizate, tio, ¿buscabas eso? - pregunto mientras, todavia observando la furgoneta que permanecia en la calle, señalo con su brazo derecho la cama del dormitorio.
Para desahogo de Peet, el rifle descansaba, incomprensiblemente, sobre una colcha de topos rojos y corazones color purpura que cubria la cama de la hija de Jack.
Peet:- ¿Que coño hace esto aqui? - dijo acercandose hacia el arma y manoseandola hasta que la situacion en su cabeza se convirtio en realidad. - Joder, tio, ya podrias haberme avisado. Llevo un cuarto de hora en el puto sotano de los cojones... ¿sabes?
Carl:- Si te dijera que pagaria lo que fuera por ver una vez mas tu cara de desesperacion , entenderas porque no lo he hecho, ¿verdad?.
Peet:- Vete a la mierda.
Carl:- Venga, no te cabrees conmigo, hombre. Que culpa tendre yo de que a tu colega se le vaya la pinza y no sepa donde guardar sus juguetitos.
Peet desmonto el arma y la guardo cuidadosamente en la bolsa de deporte que habian sacado del maletero del coche, en la que tambien habian un par de pistolas con sendos cargadores extra, unas granadas de mano, unos telefonos moviles y algo de dinamita. Dentro de la bolsa puso tambien un par de cajas rojas que guardaban los proyectiles del rifle e hizo correr la cremallera hasta el tope, dejandola sobre la cama de Nita, pues asi era como llamaba Jack a su hija, o eso creia recordar.
Peet:- Podemos irnos, ya tenemos todo lo que necesitamos.
Carl:- Irse ahora mismo no es una opcion...
Peet:- ¿Ya han empezado a moverse?
Carl:- Si.
Peet:- Joder... ¿cuantos son?, ¿puedes verlo?
Carl:- Dos... cuatro... cinco, y no parece que lleven automaticas. Demasiado confiados.
Peet:- Podemos huir por delante, deben habernos visto entrar por detras, ¿no?
Carl:- Lo dudo...
Peet:- ¿Por que?
Carl:- Porque se han dividido y dos de ellos vienen por delante.
Despues de dedicarse unas miradas bastante aclaratorias de las emociones de ambos, Peet corrio a por la bolsa, la abrio con premura y lanzo una pistola a Carl, que la recogio al vuelo junto con un cargador y amarro la pistola que siempre llevaba en su espalda con la mano que le quedaba libre. Se desanudo la corbata y tan pronto como esta cedio para descansar sobre el enmoquetado suelo de la habitacion, descendio escaleras abajo con total decision.
Peet siguio los pasos de su compañero y descendio rapidamente las escaleras, hasta detenerse en la base de las mismas, momento en el que vio a Carl apoyado en la pared, justo a la derecha de la entrada posterior que tambien daba a la cocina. Este esperaba la entrada de los tres matones que se habian dirigido hacia el jardin interior, por lo que Peet decidio cubrir la otra puerta. Se movio gracilmente entre las sombras que creaban las luces de las farolas que habia en la acera al toparse con las paredes y muebles de la casa, y sigilosamente se acerco a la entrada principal donde acabo apoyando el hombro en el marco mas cercano a esa puerta, esperando pacientemente el mas minimo ruido que delatara la posicion de aquellos indeseados.
El silencio se hizo el dueño de la escena y unicamente el pausado respirar de cada uno eran lo unico que lograban escuchar. Peet entonces se dio cuenta de que una sombra se deslizo por el porche hasta detenerse, creia, justo enfrente de la puerta principal. Esta cedio segundos mas tarde, astillandose por las zonas en las que estaban colladas las visagras y con un gran estruendo finalizo la caida de la misma, que tras de si dibujo fugazmente un par de sombras corpulentas y decididas a finalizar una faena que les habia sido encomendada.
Fue entonces cuando El Gran Peet Cardigan demostro porque se le conocia con tal mote. Desde una posicion ventajosa, cubierto por la puerta del comedor que permanecia entreabierta, apunto con la pistola que manejaba con la siniestra, justo en la cabeza del primer hombre.
Tras un sordo disparo, este ultimo se desplomo sobre la puerta que habia derribado instantes antes y la fatalidad del disparo se plasmo en la pared contraria al agujero de entrada en forma de grotesca salpicada de sangre. Tras aquello, el hombre que habia quedado rezagado en la entrada, se resguardo fuera, en las escaleras de la entrada, vaciando el cargador de lo que sonaba como una potentisima pistola mientras se agazapaba alli fuera retrocediendo sobre sus pasos.
Un silencio ensordecedor se alzo de nuevo y Peet, lejos de quedarse arrodillado esperando un mejor movimiento de aquellos asesinos, salio del comedor de cuclillas y, observando que todo seguia en orden en el pasillo y en la posicion de Carl, decidio acercarse a la posicion de aquel que ahora permanecia fuera de la casa, alertado. Pasando por encima de aquella figura inerte se coloco justo a la izquierda de la entrada principal y apartando varios centimetros la cortinilla de la ventana, pudo reconocer el fulgor con el que brillaba una pistola a plena luz de la noche. Aquel estupido se habia quedado sentado justo debajo de la misma ventana por la que ahora oteaba Peet.
Apunto y tras hacer retroceder su indice, quebrando el cristal de la ventana, un nuevo disparo tiñio la escena de muerte. Esta vez la bala no parecia haber salido del cuerpo, pues seguramente se encontrara a la altura del esofago o del paladar. Aquel cuerpo cedio y acabo cayendo de lado, entorpeciendo la salida por la puerta principal. La moqueta en la que momentos antes se leia un "Bienvenido" se tiño de ese rojo carmesi que tanto hacia disfrutar a Peet.
Tras todo aquello y como retornando de un mundo en el que habia sido sumido unos instante, Peet, se acerco rapidamente hasta las escaleras y subio aprisa hacia la habitacion donde habian estado momentos antes, recogio la bolsa donde descansaba Natasha y la hizo deslizar por aquel suelo de parquet hasta que quedo a escasos metros de la entrada principal.
Mientras tanto, Carl seguia esperando a que aquellos gorilas hiciesen su espectacular entrada, y fue entonces cuando observo como su compañero le hacia una inequivoca señal que le invito a abandonar aquel lugar de forma instantanea. Sin pensarlo dos veces, y viendo como Peet habia empezado una fulgurante carrera hacia el coche, portando torpemente aquella mochila sobre su hombro, decidio seguir sus pasos sin mirar atras, mas si decidio disparar hacia la puerta trasera mientras recorria el pasillo entero. Salto por encima de ambos cadaveres y tras escuchar unos gritos que demostraban que uno de los disparos habia dado donde tocaba, cruzo el umbral del porche.
Peet:- ¡¡¡Vamonos!!!
Carl:- ¡¡¡Arranca!!!
Peet puso el coche en marcha y tras el portazo de Carl, una polvoreda emano de las ruedas del pontiac, que zigzagueando logro desaparecer de aquella calle sin pasar desapercibido.
Capitulo V - Black Horse Grill
Un sinfin de luces se abren paso ante la tortuoria oscuridad que yace sobre Knoxville, demandando algo mas de atencion que la que parece recibir el Sol cuando reina en el firmamento. El rugido de un motor acelerado se sobrepone al ir y venir de una urbe que desconoce lo que acaba de pasar a varios kilometros de distancia. El tiempo se acelera en el corazon de la ciudad mas preciosa del estado, el orgullo de Tennessee, las parejas pasean bajo la luz de las farolas y los fogonazos de los taxistas que poca prisa suelen tener a ese lado del continente. Dicen que estan hechos de otra pasta, seguramente de algun tipo de hierba relajante. Si, alli suelen ser de ese modo.
Dos figuras teñidas de negro noche salen de un automovil blanco y se dirigen sin vacilar hacia Black Horse Grill, uno de sus restaurantes preferidos. La figura del peinado militar entro primero, haciendo sonar la campanilla que habia justo encima de la puerta.
Carl: -Mesa para dos. - Se adelanto al camarero, que quedo boquiabierto para torcer la mueca hacia una sonrisa sentida.
Peet: -Joder, que hambre tengo.
El camarero, muy cortesmente les acompaño hacia el final de la sala grande, donde residian las parejitas que despues o antes de un tierno paseo, paraban a llenar el buche. Exceptuando una gran mesa redonda donde charlaban alegremente cinco hombres de edad avanzada, las demas mesas, mas pequeñas todas ellas, las completaban parejas poco hambrientas.
Peet: -Lo que sin duda me gusta mas de este lugar es la musica. Tienen buen gusto los jodidos. Eso que suena es Caravane, ¿verdad? - dijo mientras colgaba la chaqueta sobre los hombros de aquella silla de madera.
Carl: -Si, de Raphael.
Ambos se sentaron y el camarero les entrego las cartas, para acto seguido, alejarse y volver unos minutos mas tarde.
Peet: -La verdad es que no tengo mucha hambre, a mi estas cosas me roban el apetito.
Carl: -¿Que?. Tienes poco estomago para dedicarte a lo que te dedicas, macho.
Peet: -No es eso...
Carl: -Debo ser el raro, pero cuando la adrenalina se apodera de mi y al rato desaparece el efecto, hay dos cosas que tengo que hacer por cojones. Echar una buena meada y comer carne hasta morir.
Peet: -¿Crees que el taco de Barbacoa sera demasiado?
Carl: -Dejame mirar... - repaso con el indice los ingredientes - ¡Coño!, creo que por muchos de estos que te zamparas, nunca seria demasiado.
Ambos rieron y se miraron asintiendo finalmente.
Peet: -Si, ha sido una tarde muy extraña. ¿Sabes? Ninguno de los mios me la habia jugado asi hasta ahora.
Carl: -Pues ya no podras decir que no sabes lo que se siente al ser traicionado, Peet.
Peet: -Un Taco de Barbacoa y una buena jarra de cerveza. - susurro mirando todavia la carta. -Lo se, menos mal que tenemos lo que hemos venido a buscar.
Carl: -Sera mejor descansar esta noche. Por la madrugada podemos salir hacia... - callo de repente observando al resto de comensales y acto seguido prosiguio - ...a probar a Natasha.
Peet: -Ya lo creo, no esta la cosa como para ponerse a conducir en plena noche, la verdad.
Carl:- No debe haber mucho mas de unos ciento cincuenta kilometros hasta alli, asi que entre una cosa y la otra, despues de haber probado a nuestra amiga, podremos llegar y prepararlo todo para mañana por la noche.
Peet:- Lo que mas me mosquea es que si alguien ha dado el soplo o intentan jugarnosla, sabran hacia donde queremos ir. Joder, no es que estemos acostumbrados a improvisar, ya me entiendes...
Ambos se callaron entonces, pues el camarero retornaba con un bloc de notas y un boligrafo, listo para anotar.
Carl:- A mi me pones La Pizza Especial de la Casa y una botella de vino... cualquiera que no supere los tres dolares valdra, gracias.
Peet:- Yo quiero un taco de Barbacoa y una jarra de medio litro de cerveza.
Asintiendo, volvio sobre sus pasos con firmeza, hacia la cocina.
Carl:- ¿Conoces algun otro lugar donde podamos probarla?
Peet:- Hay una gran explanada cerca de Dibrell, pero es muy jodido llegar alli con ese trasto- dijo señalando al pontiac- y nos retrasaria demasiado.
Carl: -Esta bien, espero que baste tener los ojos bien abiertos para entonces. Seguiremos igual que al principio, pues.
Peet:- Deacuerdo...
Hubo un silencio incomodo y ambos lo notaron. Peet parecia preocupado y Carl empezaba a molestarse por tanto secretismo.
Carl: -¿Que demonios te ocurre?. Llevas todo el camino conduciendo sin decir ni mu.
Peet: -Es Jack y lo que ha ocurrido antes.
Carl: -Joder, esto es el pan nuestro de cada dia. Pareces nuevo, coño...
Peet: -Mejor dejemos el tema, es inutil seguir pensando en ello. Que se encargue La Local de lo ocurrido, no hay mas.
Carl: -Eso me gusta mas, y espero que cuando nos traigan la cena no dejes nada sobre esos brillantes platos blancos.
Este ultimo giro el rostro y se quedo mirando, tras el enorme ventanal que daba a la calle, las nubes que poblaban el negro cielo que ahora se cernia sobre ellos. Ambos quedaron en silencio, esta vez sin esperar a que el otro abriera la boca, mas todo lo contrario, ahora buscaban un poco de tranquilidad entre ellos.
Carl:- ¿Que hora tienes, Peet?
Peet: -Dejame que lo mire en este trasto.
Despues de hurgar sin medida en uno de los bolsillos de la chaqueta que pendia de los hombros de la silla, saco su movil y justo en el instante en el que giro la pantalla hacia el, este empezo a sonar. Sonaba Every me, every you. Segun Carl una mariconada, aunque aun asi respetaba los gustos de su compañero. Los ojos de Peet se abrieron como platos y el corazon le dio un vuelco.
Peet: -Es el numero de Jack.
Carl: -¿Que? - dijo con la voz rota.
Peet descolgo, todavia asombrado por la llamada. - ¿Si?.
"Jack: -¿Donde coño andas?"
Peet: - Estoy en... la... ciudad. - En ese mismo instante, Carl se vio a el mismo atizandole a su compañero hasta dejarlo inconsciente en el suelo, sangrando por cualquier orificio que pudiera emanar un liquido que naciera de sus entrañas, para mas tarde seguir golpeandole y elevar la palabra paliza a un nivel superior. Esta vez solo chasqueo los labios y los nudillos de sus manos se volvieron blancos de rabia.
Carl: -¿Que coño estas haciendo?- le susurro casi arrastrandose por la mesa con cara de demencia.
"Jack: -¿Se puede saber que coño ha pasado en mi puta casa?. ¿Se puede saber que coño habeis hecho?"
Peet: -Tranquilizate, tronco. Manten la calma...
"Jack: -¿Que mantenga la calma?. Tengo a mi mujer y mi hija llorando desconsoladas en el coche, dos cadaveres en la entrada de mi casa y a un hijo de puta desangrandose en la parte trasera. Varias ventanas de la casa estan rotas, hay orificios de bala por todo el pasillo, sangre en las paredes y ¿¿¿se supone que tengo que mantener la jodida calma???
Peet: -Puedo explicar...
"Jack: -Ya lo creo que puedes explicarmelo, y la verdad es que mas te vale pedazo de cabron. Te exijo que estes aqui en menos de diez minutos con la mierda que ha desaparecido de la habitacion de mi niña con la jodida mejor excusa que se haya podido inventar nadie desde que la Tierra empezo a dar vueltas en el puto y oscuro universo, ¿estamos?"
Peet: -Te he dicho que te tranqulices, ¿vale?. Estoy saliendo para alla.
"Jack: -Te quiero aqui para ayer, ¿entiendes?".
Peet: -De acuerdo, hace dos horas que estoy ahi...¡¡joder!!
Varios comensales se giraron al escuchar el grito, pero al ver que la cosa no iba a mayores, volvieron todos a sus quehaceres. La gente es morbosa por naturaleza, y lista como ella, esta les otorga tan anhelado capricho de vez en cuando.
Despues de colgar el telefono ambos se levantaron y justo cuando el camarero volvio con la pizza y el taco junto con las bebidas, se cruzaron con el y sin mediar palabra desaparecieron por la puerta. "Caballeros, ¿donde van?" creyeron escuchar ambos, aunque ninguno de los dos le preguntaria al otro para corroborarlo.
Carl: -Asi que ni traicion ni nada, ¿no?.
Peet: -Eso parece. Por cierto, ¿recuerdas tu ruidosa carrera por el pasillo?
Carl:- Si, como para olvidarla estoy...
Peet:- Pues parece ser que hay un tercer hombre desangrandose en la parte trasera. Vamos.
Capitulo VI - Un pedazito del pasado.
Es medianoche. Tres figuras verbalizan entre susurros sus propios pensamientos en la parte trasera de una casita en un pueblo localizado a las afueras de lo que probablemente sea la ciudad mas importante del estado. A sus pies, una sombra se retuerce sobre un mullido cesped, que poco a poco se tiñe de un rojo oscuro.
Carl: -No le doy mas de una hora sin un higado nuevo.
En el piso de arriba, una mujer y su hija intentan dormir en la enorme cama de matrimonio que hay en la habitacion de la pareja. Lo intentan porque les es imposible cerrar los ojos sin que las figuras de esos dos hombres bañados en sangre aparezcan frente a ellas, mirandolas fijamente mientras se retuercen entre espasmos en un blanco suelo que se llena con presteza de un liquido que acaba inundando la escena. Es entonces cuando deben abrir los ojos para no caer en la demencia.
Peet: -¿Cuanto puede tardar en llegar la poli? - pregunto a Jack observando de reojo a la victima, que gemia incesante.
La entrada principal de la casa habia sido despejada y los dos cadaveres que descansaban a un par de metros entre si hacia media hora, ahora se encontraban en el sotano, envueltos entre colchas y mantas como enormes rollitos de primavera recubiertos con demasiada salsa rosa. La noche parecia rendir un silencio perpetuo a las victimas del tiroteo, pues ni un solo insecto, ni el movimiento de la brizna tras el susurro del viento bajo la Luna. Nada.
Jack: -Calculo que media hora, quizas algo menos.
Peet: -No tienes buena cara, macho. -Se puso de cuclillas para observar mas de cerca a la victima. - Esta casi inconsciente, asi que no va a responder una mierda...
Carl: -No te comas mas la olla, tiene pinta de ser un jodido ladron con la peor suerte de todos cuantos has conocido, nada mas.
Peet: -Lo se, lo se. No es en eso en lo que estoy pensando ahora. Solo... solo, debemos deshacernos de los tres cuerpos... y en el jodido pontiac no cabran todos, ¿vale?.
Carl: -¿Jack?
Jack: -¿Que?- pregunto arqueando una ceja con resignacion.
Ambos compañeros se quedaron mirando a este ultimo, Peet desde el suelo y Carl, con las manos en los bolsillos, medio sonriendo. Necesitaban un coche mas grande en el que llevar los dos cuerpos inertes, al que pronto se uniria un tercero, hasta un lugar lo suficientemente alejado de alli para que no pudieran conectar las victimas con el lugar donde realmente murieron. La policia estaba apunto de llegar y tenian que apretar las ideas. Cual fuera de las que ahora pareciese viable, debia atenderse por encima de las demas, el tiempo apremiaba.
Jack: -Joder, ni loco dejaria solas a mi mujer e hija, pero me toca mucho los cojones que sea uno de vosotros dos el que circule con mi coche llevando en el maletero a un tio que ha estado desangrandose en mi puto jardin, ¿entendeis?.
Carl: -No hay otra opcion pues, Peet llevara tu crysler. ¿Tienes el seguro a todo riesgo, Jack?.
Jack:- Por suerte no lo he puesto a terceros como tenia pensado hace un mes, si
Carl: -Perfecto, porque si la cosa se complica tendremos que desprendernos de el.
Peet: -No tiene porque ocurrir.... pero siempre tenemos que contar con esa posibilidad, lo siento.
Jack: -Sois los peores asesinos a sueldo que he conocido en mi puta vida.
Carl: -Pero seguramente seamos los que mas dinero te han pagado por uno de tus juguetitos, asi que deja de llorar como una niña y dale a Peet las llaves de tu coche.
Peet: -¡Carl!
Jack: -Tranquilo, Peet. En el fondo tiene razon, si debe hacerse... cuanto antes... mejor. Voy a por las llaves mientras cargais al moribundo en el maletero... y hacedle un favor... pegadle un tiro ya, joder.
El cabeza de familia desaparecio deslizandose entre las sombras hacia en el interior de la casa, que aun permanecia oscura como la misma noche. Mientras tanto, los dos compañeros cogieron al hombre que parecia estar ya inconsciente y juntos lo cargaron hasta le maletero del pontiac. Despues de cerciorarse de que nada ni nadie pudiera husmear por los alrededores, ambos abandonaron el cobijo de las sombras y aceleraron el paso con el moribundo a cuestas hasta la parte trasera del coche de Carl.
Peet: -Este cabron ya no gime, ¿cuando coño la ha palmado?.
Carl: -Seguramente cuando le has retorcido el cuello al cogerlo, mamonazo. - dijo mientras se le escapaba una mueca tras la que se escondia una sorda carcajada.
Peet: -Ya, claro, muy gracioso. El "crack" que has escuchado habra sido de su espalda, no me jodas.
Un metalico sonido finalizo con el dialogo y fue entonces cuando ambos observaron como Jack corria torpemente hacia ellos para hacerles entrega de las llaves de su coche. Se trataba de un Chrysler 300C Touring, una verdadera bestia parda que poco desapercibido lograria pasar alla por donde fuera.
Jack: -Si puede ser... ya sabeis...
Carl: -Tranquilo, como poco te lo devolveremos con un par de espiritus que vagaran por el maletero por siempre jamas.
Ciento cuarenta kilos mas de Chrysler y cinco minutos mas tarde, la noche dio entrada a una madrugada que se presumia bastante movida para los pupilos de Charlie. Justo antes de despedirse, los tres hombres protagonistas se reunieron para ultimar los detalles, pero las brillantes luces de un coche patrulla que se dibujaba ahora a lo lejos de aquella misma calle, dieron al traste con todo lo que habian hablado hasta ahora.
Jack: -Demasiado tarde...
Peet: -Mierda...
Carl: -Esta bien, dejad que se acerquen, no hagais ningun movimiento extraño. Somos tres tios que estan hablando de lo bien que se han portado las putas de El Chochete Caliente esta noche, nada mas.
Peet: -Que demonios... Tendriamos que salir de aqui cagando leches....
Carl: -Tranquilo. Tu, Jack, puedes entrar en casa e intentar dormir, ya nos encargaremos nosotros de todo esto.
Jack: -¿Que?
Peet: -¿En que piensas, Carl?
Jack: -Yo no me muevo de aqui hasta que vea a vuestros culos desapareciendo por la carretera.
El coche se acercaba y a cada metro aminoraba la velocidad. Todos sabian que eso era lo que habian estado esperando toda la noche. Dos asesinos vestidos con trajes negros, un camello traficante con la casa llena de agujeros de bala y sangre cubriendo las paredes, tres cuerpos sin vida en los maleteros de dos coches y un enorme charco de sangre en la parte trasera del jardin. La escena perfecta para cualquier policia gordo y vago con pocas ganas de investigar una mierda, pues solo deberia engullir las trituradas pistas de la escena para cerrar el caso.
Se detuvo justo detras del coche de Carl y con el motor todavia en marcha, bajo el conductor. Se trataba de un tipo de mediana estatura, complexion delgada y voz carrasposa, no sobrepasaba la treintena. Al acercarse al grupo se quito las gafas y tras una miradita al entorno se dirigio a los sospechosos.
Policia: -Buenas noches, caballeros. Hemos recibido el aviso de un tiroteo justo en este numero. ¿Han visto u oido algo sospechoso al respecto?
Los tres hombres se miraron entre si y negaron con la cabeza como si con ellos no fuera la cosa. El poli resoplo, y de nuevo repitio la pregunta.
Policia: -¿Estan seguros de no saber nada?
Jack: -Aqui no ha ocurrido nada, agente.
Peet: -Quizas la persona que dio el aviso se equivoco a la hora de dar la direccion...
Policia: -La persona que dio el aviso repitio la direccion tres veces. Una no, y dos tampoco. Si tres. ¿Cree que alguien puede equivocarse tres veces al dar una direccion?
Peet: -Es posible. - respondio, sintiendo al instante que estaba haciendo el ridiculo.
Policia: -¿Tengo cara de tonto, caballero?- susurro altivo, mirando a Peet con cara de querer partirle la boca.
Carl: -Creo que en ningun momento mi compañero ha querido insinuar tal cosa, le ruego le disculpe si ha creido entenderlo asi.
Policia: -¿Me he dirigido a usted en algun momento?. Estaba hablando con su colega, asi que no me interrumpa.
Jack: -Agente, aqui no ha pasado una mierda. Vivo en esta casa y ni yo ni mis amigos hemos escuchado un solo disparo. ¿Quiere entrar y verlo usted mismo?
Policia: -Por descontado. Ustedes dos quedense aqui y no se muevan. - dijo señalando con el brazo tanto a Peet como a Carl.
Ambos asintieron indiferentes a la orden mientras Jack y el agente se encaminaban al portal de la casa. Y fue entonces cuando algo fuera de todo pensamiento hizo entrada en escena, como un exhibicionista mostrando sus partes mas nobles en la final del partido mas importante de la decada. El policia que habia estado sentado en el asiento del copiloto salio del coche tras haber reconocido a un viejo amigo. -¡¡Carl!! - grito mientras se acercaba al susodicho.
Este no lo reconocio en un principio, pero tras deshacerse del sombrero, el primero dibujo una sonrisa y sus ojos se abrieron como enormes platos al reconocer tambien a un viejo amigo. Se acercaron el uno al otro torpemente y se abrazaron con fuerza.
Jerome: -¿Que pasa viejo zorro?
Carl: -Joder, macho, como me alegro de verte... - dijo todavia con la sonrisa en los labios.
Al escuchar los gritos, el primer agente y Jack se detuvieron justo en las escaleras que dan paso a la entrada principal.
Jerome:- ¡¡Kevin, vuelve aqui, coño!!
Carl: -Habia escuchado que te habias quedado a vivir en Knoxville, pero lo que no sabia es que te habias vuelto un agente de la ley... con lo que tu has llegado a ser...
Se quedaron mirando de arriba a abajo y se abrazaron de nuevo, incredulos de lo que tenian el uno delante del otro.
Jerome: -Y bueno ,¿como anda Charlie?, supongo que tan cascarrabias como siempre, ¿no?
Carl: -El bueno de Charlie sigue en Bristol, viviendo en aquella casita al lado de la fabrica de muebles, ¿recuerdas?.
Jerome: -Coño que si lo recuerdo, fue alli donde hice mi ultimo trabajito, justo despues de mudarse. Que tiempos aquellos...
Peet: -¿Y este hombre es?
Carl: -Oh si, perdona, Jerome, este es mi actual compañero, Peet. Es un poco torpe todavia, pero bueno, ya sabes... esta madurando. - Jerome lanzo una enorme carcajada tras esas palabras y estrecho fuertemente su mano con Peet. -Encantado, ¿te mete mucha caña el canalla? - finalizo, señalando a Carl con la mirada.
Peet: -Hace lo que puede, ya empieza a estar viejo para estas cosas, la verdad.
Rieron. La tension que se mascaba minutos antes desaparecio por completo y Jack tuvo que avisarles para que bajaran la voz, pues se habia creado una enorme algarabia y los vecinos podrian molestarse.
Jerome: -¿A que habeis venido a Knoxville?
Carl: -Hemos venido a recoger a una chica.
Jerome: -¿Es americana?
Carl: -No, es del este. -- dijo mirando de refilon a Peet.
Jerome: -¿Del este?. Joder, ¿ya te fias de esa mierda?
Carl: -Yo no, pero Peet cree ciegamente en ella, y eso, de momento, me sirve.
Jerome: -Ya claro, se fia de ella hasta que le de bien por el culo...
Carl: -No me hagas recordar los malos momentos, macho - dijo entre risas.
Jerome: -Esta bien. ¿Que hareis cuando tengais a la chica?.
Carl: -Marcharemos lejos a resolver unas cosillas y finalmente creo que voy a seguir tus pasos.
Jerome: -Que... ¿tambien quieres hacerte poli?
Carl:- No, coño, no me refiero a eso. Me jubilo. Tengo pensado irme lejos y a mi mujer le gusta mucho el sur.
Jerome: -¿De cuanto al sur me estas hablando?
Carl: -Pues no lo se, pero lejos de todo esto, la verdad.
Jerome: -¿Brasil?, ¿Argentina?
Carl: -Todavia lo estoy pensando. Me llevare a Marta y los niños, necesito relajarme.
Jerome: -Te haces viejo, ¿eh?
Carl: -¡No me jodas!
Jerome: -¿Te recuerdo que yo he pasado por lo mismo?
Carl: -Si, ahora entiendo por que lo dejaste a mi edad, es imposible seguir el ritmo. - rieron una vez mas, momento que aprovecho el ayudante de Jerome para adentrarse en la conversacion.
Kevin: -Jefe, ¿entonces que ocurre con todo esto?
Jerome: -No te preocupes, ya me encargaro yo. Sube al coche, nos vamos.
Carl: -Espero volver a verte, amigo. Me alegro mucho de saber que todo te va tan de puta madre.
Jerome: -Yo tambien me alegro de verte, viejo zorro.
Ambos se abrazaron de nuevo y tras unas palmadas en la espalda, Jerome estrecho las manos de Peet primero y Jack despues. Se dio media vuelta, y tras meterse dentro del coche patrulla y abandonar la escena con la misma frialdad con la que habian hecho aparicion, todos resoplaron de nuevo, excepto Carl, que todavia seguia con la sonrisa en los labios.