Han pasado mas de 7 años pero aun recuerdo aquel desastre, y ahora mas que nunca ya que por trabajo cojo vuelos regularmente.
Cada vez que me pongo en la piel de los pasajeros , se me hiela la sangre el pensar lo que debieron sentir y pensar durante esos 10 minutos de descenso. Realmente te enfrentas a tu propia mortalidad, saber que en un abrir y cerrar de ojos toda tu existencia, tus proyectos, toda tu vida, se terminan ahi. No se, me resulta absolutamente terrorifico pensar eso, imaginarme en la piel de aquellos pasajeros. Muchos de ellos adolescentes y madres con sus hijos pequeños.
Aun a veces sigo sin creerme que aquello sucediera de verdad.o