Buenas, estaba yo ojeando mi repertario diario de periódicos, y como cualquier día me meto a libertaddigital con ánimo de ver con que se escandalizaban hoy. Sinceramente, lo más interesante de esa web es la sección donde opinión, donde escriben los más singulares personajes que he visto en vida. Pero hoy, tras mucho tiempo visitando esa sección, algo realmente me ha asqueado profundamente.
Se trata de un tal José García Dominguez que habla de la Muerte de Benedetti. Aquí el artículo:
Ha muerto Mario Benedetti, sin duda, el poeta más popular y también el menos importante del canon hispanoamericano contemporáneo. Siempre edulcorado con el almíbar empalagoso de la coartada política, agazapado siempre tras la beatitud inquisitorial del famoso compromiso, su truculento sentimentalismo jamás traspasó los límites de esa estética kitsch tan cara a los cantautores oficiosos y a los adolescentes de la cuerda de Jannette, que son rebeldes porque el mundo los hizo así.
Ha muerto un poeta menor. Porque a Benedetti le aguarda el mismo destino literario que al célebre cadáver de Anatole France: llorado en el momento de su traspaso por un cortejo fúnebre kilométrico, al día siguiente ya nadie lo recordaba, salvo los surrealistas que se ensañarían con sus despojos en memorable panfleto. Ha muerto, sí, el último velo lírico del stalinismo tropical. Lo que no ha muerto, sin embargo, es la imbecilidad ideológica que marcó la vida cultural toda del siglo XX. Al contrario, no cabe mejor prueba de su envidiable vitalidad que el tono unánime de las necrológicas publicadas a propósito de ese tránsito.
En todas partes, ubicua, otra vez la necedad profunda, ontológica, que exige juzgar las obras artísticas a partir de la biografía política del autor. Muy específica manifestación de la estupidez humana que nunca antes se había producido. De ahí que a lector alguno le inquiete la facción palaciega que apoyó o dejó de apoyar Shakespeare, o cuál fuera la opinión de Cervantes sobre la política de Felipe II ante el Turco. Encomendar la sentencia inapelable de los juicio estéticos a un burdo tribunal político, he ahí la suprema hazaña intelectual de la última centuria.
Fue Benedetti fiel funcionario en rigurosa nómina del castrismo, siempre cómplice de la autocracia cubana, hasta el final. Disciplinado servidor, supo conducirse como un perfecto miserable cuando accedió a avalar las insidias del régimen que pretendían hacer de Heriberto Padilla un peligroso agente de la CIA. Igual que esas porteras desdentadas de La Habana que sólo viven para espiar a los vecinos por cuenta del Partido, jamás dudó en tildar de "delincuentes" y "maricones" a los disidentes que huyen hastiados del Paraíso aferrando su desesperación a cualquier cosa que flote. El compromiso, ya se sabe. Pero, sobre todo y por encima de todo, fue poeta prescindible, pecado único por el que hoy estamos llamados a juzgarle.
Que el olvido le sea propicio.
http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/mario-benedetti-49235/
Impresionante la desenvoltura con la que habla de un hombre al que murió hace pocos días, la incomprensión de su obra, que ha sabido transmitir sentimientos como pocos, recorrer de dolor todos mis venas y poner de punta mis pelos mejor que el fijador del mercadona. No imagino qué habría dicho este hombre de Federico García Lorca el 20 de Agosto del 36, de Antonio Machado el 24 de Febrero del 39 o de Pablo neruda el 25 de septiembre del 73.
He intentado buscar una biografía de este impresentable, pero en internet solo he encontrado un vídeo suyo:
http://video.google.es/videoplay?docid=4538416680204140103
y su correo:
¿Alguien tiene más información sobre este personaje?