¿Sabías que la palabra “trabajo” viene del latín tripalium (tres palos), una especie de cepo hecho con tres estacas que se utilizaba para inmovilizar a los esclavos rebeldes y azotarlos sin compasión? ¡Bendito sea el puto trabajo!
Ni que decir tiene, el tipo de trabajo que tengo in mente es el que desempeña de mala gana una gran mayoría de gente… tareas más o menos penosas y aburridas cuyo único estímulo es terminar cuanto antes. Sin embargo, puede ocurrir que incluso actividades creativas y supuestamente cómodas terminen convirtiéndose en algo desagradable por la misma disciplina laboral (jornadas de muchas horas, desplazamientos largos, madrugar, sometimiento a los jefes… ). ¿Quién fue el listo que dijo eso de que “el trabajo dignifica”?