Samuel Prada León, el primer español no yihadista muerto en Siria, fue abatido en el frente contra Turquía
Un bombardeo aéreo turco mató al gallego Samuel Prada León en la región noroccidental siria de Afrín el 10 de febrero pasado, según aseguraron este domingo a EL MUNDO fuentes de la milicia kurdosiria Unidades de Protección del Pueblo (YPG/J). El español, nacido en Ourense hace 25 años, combatía junto a ellas con el alias de Baran Galicia ("lluvia de Galicia"). Las YPG/J anunciaron su muerte, la primera de un español en sus filas, junto a la del francés Olivier François Jean Le Clainche, de sobrenombre Kendal Breizh.
De acuerdo con otra fuente afiliada a las YPG/J, Samuel Prada encontró la muerte en Yandaris. La localidad, al sureste de Afrín capital, se halla justo en el frente sobre el que tratan de avanzar estos días brigadas opositoras sirias apoyadas, por tierra y aire, por las Fuerzas Armadas Turcas. El pueblo lleva semanas bajo una lluvia de proyectiles turcos, primera fase de la operación Rama de olivo. Con ella, Turquía, alegando que amenaza su seguridad nacional, trata de acabar con el dominio kurdosirio en Afrín.
"El camarada Kendal vino de Francia a Kurdistán y el camarada Baran vino de España. En el verano de 2017, ambos se unieron a los cuadros de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), y jugaron un rol activo en la lucha contra el reaccionismo del ISIS [Estado Islámico]", declaró el comunicado emitido por las YPG/J. "Ambos camaradas hicieron grandes esfuerzos para liberar las principales bases del ISIS, como las ciudades de Raqqa y Deir Ezzor, y participaron continuamente en la guerra durante meses", explicó.
Según detallaron las YPG/J, propensas al secretismo sobre la participación de voluntarios internacionales en su causa, Samuel Prada llegó a Afrín el 20 de enero pasado - diez días después del inicio de la ofensiva turca - junto a "muchos amigos internacionalistas, por iniciativa propia". Este grupo, formado por al menos once milicianos procedentes de países como Francia, China, EEUU o Alemania, ha publicado varios vídeos propagandísticos en Internet. En ninguno de ellos podía identificarse claramente al orensano. Sí al galo.
"Combatimos el terrorismo fascista bajo una nueva bandera, la turca", asegura un enmascarado, hablando en inglés, en uno de los vídeos distribuidos por la milicia. En el mensaje de este domingo, las YPG/J subrayaron que sus miembros extranjeros acudieron cuando el "invasor ejército turco" y "muchas organizaciones terroristas como El Nusra -brazo de Al Qaeda- e ISIS" intervinieron en Afrín. Concluyeron su comunicado mandando sus condolencias a los familiares de los "mártires", que habían sido informados de antemano, según una fuente.
Este suceso vuelve a evidenciar las contradicciones en la compleja guerra de Siria, así como en la relación entre Turquía y el resto de socios en la OTAN, hoy en un trance delicado. Las YPG/J son una fuerza hermana de la guerrilla kurdoturca PKK, en guerra con Turquía. Ankara, Bruselas y Washington consideran al PKK un "grupo terrorista". Pero EEUU rechaza esta idea sobre las YPG/J, su aliada predilecta en la lucha contra el Estado Islámico (IS o ISIS). Juntos lo expulsaron de Raqqa hace cuatro meses.
Desde el inicio de esta alianza, a finales de 2014, los turcos fueron viendo con preocupación cómo el soporte militar de la Casa Blanca a los kurdos contra el IS se iba traduciendo en un incremento de la letalidad del PKK y en una legitimación internacional de la causa autonomista kurda. Del mismo modo, la utopía política kurda, inspirada en el ideario de base marxista del líder guerrillero Abdullah Öcalan -en una prisión turca desde 1999- atrajo a cientos de extranjeros, muchos de ellos occidentales, para consolidarla a costa del IS.
Se estima que entre quince y 30 voluntarios españoles han acudido a los territorios kurdos del norte de Siria e Irak. Al menos dos de ellos, los apodados Paco y Martos, fueron detenidos en España al regresar, en 2015. Samuel Prada es el primer español muerto con las fuerzas kurdas. Se calcula que medio centenar de "internacionalistas" han fallecido, la mayoría combatiendo al IS. Michael Israel, de EEUU, y el alemán Anton Leschek murieron en noviembre de 2016 por un bombardeo turco en Manbiy, en el norte sirio.
Aquel suceso, sólo reportado por medios kurdos, fue la señal de que Turquía está dispuesta a ejecutar sus planes pese a resistencias locales o extranjeras. EL MUNDO no ha obtenido respuesta al consultar, a un alto funcionario turco, la postura oficial sobre los hechos de Yandaris. El día en que murió el gallego fue, precisamente, la jornada más negra para la operación Rama de olivo: 11 soldados turcos murieron y once resultaron heridos, en parte por el derribo de un helicóptero, a manos de las YPG/J, en el distrito de Rayo.
"A nuestros aliados: no os interpongáis entre nosotros y las organizaciones terroristas o no nos haremos responsables de consecuencias indeseadas", amenazó el presidente turco Tayyip Erdogan a principios de enero. No obstante, la ofensiva turca puede tener pronto un obstáculo más: según varios medios, los kurdos ultiman un pacto con Bashar Asad para ceder la protección de sus fronteras en Afrín al Gobierno sirio. El objetivo, disuadir a los turcos, que hasta hoy han logrado arrebatar un 8% de esa zona.
http://www.elmundo.es/espana/2018/02/18/5a89373eca4741395e8b4609.html
Bueno, pues nuestros aliados de la OTAN, Turquía, en su yihad islamista contra los kurdos, ha matado a un ciudadano español que luchaba contra los salafistas. Inaceptable como esta noticia se asume con naturalidad en nuestro país y no levanta revuelo alguno, cuando han matado a un ciudadano español que defendía a un pueblo en su lucha por su supervivencia y contra la ideología que provoca los atentados sanguinarios que tanto lamentamos en Occidente. Animo a informarse más sobre lo que está ocurriendo en Siria, ahora que la cosa está mas calmada con el ISIS, y como Turquía está aprovechando el río revuelto. Mi más sincero pésame, descanse en paz.