Con catorce años jugabamos a tirarnos por el patio del lavadero, casi toda la pandilla nos tirabamos del primero, no literalmente, nos descolgabamos por la ventana y agarrabamos un tubo de desagüe del agua de lluvia y no nos hacíamos daño, hasta que se me ocurrió tirarme sin descolgarme.
Resultado: en urgencias con el talón dislocado.
Conclusión: en mi caso insensatez, en tu caso creo que una mezcla de aburrimiento y desafío xD