‘Vendo riñón por 180.000 euros’
El número de anuncios que ofrecen órganos humanos a cambio de dinero ha aumentado en internet. Un tarraconense cuenta al Diari por qué ha tomado tan drástica decisión
«Vendo mi riñón por 180.000 euros, aunque este precio se puede negociar. Soy una persona de 38 años que vive en Tarragona. Soy deportista, tengo buena salud. No bebo ni fumo. Mi tipo de sangre es A Negativo. Estoy desempleado y necesito pagar mi hipoteca». Este anuncio figuraba en una página web de compra-venta de los más variados artículos la semana pasada. Lo puso David, un tarraconense que trabajaba en la construcción hasta que perdió el empleo, hace ya dos años y medio. Se le ha acabado el paro y sólo recibe los 420 euros del Gobierno. Su mujer tampoco trabaja y tiene una hipoteca y dos niños, un chico de cuatro años y una niña de dos. Se confiesa «desesperado».
Cuando David recibió el e-mail del Diari de Tarragona interesándose por su caso, se sobresaltó. Éramos los segundos –el primero resultó ser un bromista– que nos poníamos en contacto con él por el anuncio, en el que puso un e-mail que creó en un cibercafé sólo para este asunto, con la intención de evitar problemas, pues sabe que vender un riñón está prohibido. La conversación, telefónica, transcurre entre monosílabos –«sí... no... no...»– y marcada por la desconfianza. Luego, una vez garantizada la confidencialidad de su identidad, se suelta.
«¿Qué otra cosa puedo hacer? Estoy cansado de ir a la oficina de empleo, de recorrer obras, de ofrecerme para cualquier tipo de trabajo, pero no hay nada. Cada mes debo pagar 600 euros de hipoteca, y sólo ingreso 420. Me han cortado la luz. Mi familia me ha ayudado, pero ya no puede más. Yo tampoco. No duermo, no como, no puedo seguir así. Puedo vivir sin un riñón, pero no podría hacerlo viendo a mi mujer y mis hijos en la calle por no poder pagar la hipoteca. Daría mi vida por ellos, ¿cómo no voy a dar un riñón?».
David se enteró de la posibilidad de ganar dinero a cambio de su riñón por casualidad. «Estaba buscando por internet una web donde poder vender algunos objetos y me topé con una en la que también se ofrecían órganos humanos. Me llamó la atención y la idea me rondó por la cabeza varios días antes de irme a un cibercafé y ponerme manos a la obra. Había muchas páginas de este tipo. Elegí una con muchos anuncios. Me pidieron un precio. Puse 180.000, pero estaría dispuesto a venderlo por 50.000 euros, siempre que el interesado en recibir mi riñón pague todos los gastos de la operación y el viaje, pues me han dicho que esto no se hace en España –en efecto, se calcula que el coste del paquete que incluye el viaje y la operación viene a salir por unos 30.000 ó 40.000 euros–. Luego me solicitaron un número de móvil y ya está. A los pocos segundos vi mi anuncio colgado en la página web».
David, un hombre sano –«sólo he sufrido los típicos catarros», dice orgulloso–, confiesa tener «mucho miedo a la operación, aunque estoy seguro de que valdrá la pena si con ello consigo sacar adelante a mi familia hasta que la suerte cambie y encuentre un trabajo».
Una práctica ‘muy común’
Pero David no es la única persona a la que la desesperación ha llevado a tomar una medida tan drástica. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que sólo el año pasado 7.000 mujeres, niños y varones –por este orden– vendieron un riñón al mejor postor. Más de 100.000 estadounidenses y 60.000 europeos se hallan a la espera de recibir un riñón. Estas cifras, combinadas con la precaria situación de otros países y con las necesidades que ha generado la crisis, han hecho que el mercado de recambio de piezas humanas viva un auge inusitado.
Sólo basta dar un paseo virtual por la red y teclear en cualquier buscador las palabras «vendo riñón» para toparse con un buen número de páginas repletas de este tipo de ofertas.
Un reportaje sobre este tema publicado en medios del grupo Vocento asegura que «los agentes que combaten el tráfico de órganos han detectado que con la crisis han aumentado estos contactos». En España, donde anunciar la venta de un órgano está prohibido pero no castigado por la ley, cuando se denuncia la aparición de nuevas webs los agentes informáticos las ‘capan’, aunque vuelven a salir como setas.
Asia, el paraíso
Como bien decía David, en España no se realiza este tipo de operaciones. Pakistán y Filipinas, seguidos cada vez más de cerca por China, son los lugares a los que hay que acudir para extirpar un riñón a una persona y colocárselo a otra a cambio de dinero, si bien ya proliferan centros en países como India, Perú o Guatemala. Se trata de naciones donde el Estado es incapaz de hacer cumplir la Declaración de Estambul, que firmaron mas de 150 países en 2008 y que prohíbe el comercio ilícito de órganos humanos.
Pero mientras los países legislan y se organizan, David, y miles de personas como él, sólo esperan esa llamada que les saque de ese negro panorama en que se hallan. Aunque les cueste un riñón.
Estas son las consecuencias de la crisis, este tio acabara robando a alguien, o haciendo alguna burrada como esta para sacar dinero para pagar unos putos ladrillos.
Me da una rabia cuando veo a zapatero o alguno de sus secuaces largando que es el mejor momento para comprar, que todo tira para arriba, con 500 desahuciados diarios, y gente pasandolas putas en los curros y aguantando con miedo a que te larguen, mientras estos cabrones no se privan de nada, y tienen a los hijos en colegios extranjeros porque los colegios españoles no valen para ellos.
En fin, me cabrea leer estas cosas, pero invito a la reflexion, nadie obligo al tio a comprar, y si se equivoco, tiene moralmente la posibilidad de tener otra oportunidad, nada le impide coger a toda su familia, vender el coche o lo que pueda para tener algo de dinero en metalico, y largarse del pais. Y que pague la deuda Mariano Rajoy con sus dietas.
Llevar a un padre de familia a vender organos por internet, de pura desesperacion, joder menuda mierda de pais es este, ostias.