Lo de la cadena perpetua los españoles promedio lo veían como abominable hace
unos ocho años.
Lo que pasa es que la influencia internacional os está volviendo más salvajes. Ya os
he visto aplaudir los linchamientos chilenos contra ladronzuelos, costumbre que hace
unos cuatro años todavía os repugnaba.
Es lo malo de la globalización: os estáis pareciendo, tanto en lo moral como en lo
económico, a otros grupos humanos a los que nunca deberíais haber imitado.