Es rutina, exactamente lo mismo. El día rara vez te sorprende, y más de lo mismo con la gente. ¿Qué haré hoy? Pa' que lo preguntas si ya lo sabes.
Vives sin ilusión, para absolutamente nada. No tienes ningún camino marcado, y te acabas de dar cuenta. ¿Intentar cambiar? Es una opción, aunque poco viable. ¿Desaparecer? Más complicado aún, el miedo te persigue y lo ves lejos, muy lejos.
Los individuos son copias. Como si una fotocopiadora hubiese sacado a hombres y mujeres simétricos. La misma forma de vida. Casi idéntica. ¿Te ves como un bicho raro? Sí, e incluso piensas que es mejor así. Ser distinto es ser más cool. Eso se cree, pero ves que la gente es aparentemente feliz, aunque no sabes qué significa la ''felicidad''. ¿Se engañan a sí mismos? Tal vez, pero qué más da.
No hay amigos, hay colegas. ¿Tuviste alguna vez? Eso creo, aunque tampoco lo tengo claro. Se van, cambian de vida, a mejor o a peor, algo que no quieres. No aceptas el cambio, lo ves decadente (más quisieras ser Platón). Te rodeas de gente extraña, y la gente te ve como lo que eres, con prejuicios. Fuiste como ellos, y ahora te avergüenzas, como también lo haces por estar con lo más antisocial de la zona.
Hay algo al fondo del túnel. Sabes que es difícil, que está ahí y que sólo tú puedes lograr llegar hasta él. Debes modificar todo. Todo es todo. Lugar, rutina... Seguirá siendo rutina, es lo malo. Y lo peor de todo, tampoco sabes si te quedarás en el camino, si no te convencerá la luz, si no...
Sigo aquí, escribiendo, sin concentración, sin saber muy bien porqué. Yo...