voy cogiendo palomitas
“QUE NOS DEJES, GORDA DE MIERDA”
Prenda y los otros dos encarcelados en Pamplona se han habituado bien a la soledad de prisión. Pese a que durante los primeros cuatro días la dirección del penal los mantuvo separados del resto de presos por seguridad, los tres amigos que aún permanecen en Navarra llevan un mes viviendo en el módulo tres. Aunque en el talego los violadores no gozan de buena fama, por el momento no han tenido ningún roce ni altercado.
José Ángel Prenda, al que en su barrio de Sevilla apodan Joselito El Gordo, comparte celda con su tocayo Ángel Boza. En ella disponen de un aseo, una ducha, dos literas y un par de escritorios. Lo mismo que Jesús Escudero, a quien lo han ubicado junto a un delincuente común. Cada fin de semana reciben visitas de sus familiares, quienes les llevan ropa y los llenan de besos.
Los tres son reos que “no dan problemas”, cuentan a este reportero fuentes internas del penal. Durante los días previos al partido del martes comentaban con los funcionarios que deseaban que llegara la fecha del partido para ver el encuentro entre el Madrid y el Sevilla.
Pese a que esta semana el juez ha emitido el auto de procesamiento por violación de todos ellos, los chicos se muestran tranquilos y en todo momento van conociendo su situación jurídica. También se han lanzado a comentar entre el resto de presos y el personal de la cárcel que la chica agredida sexualmente en un portal de Pamplona “consintió” los hechos, así como que permitió que uno de ellos, el guardia civil, grabase la escena con el móvil.
De izquierda a derecha: Ángel Boza Florido, Jesús Escudero Domínguez, José Ángel Prenda Martínez, el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena y el guardia civil Antonio Manuel Escudero Domínguez.
De izquierda a derecha: Ángel Boza Florido, Jesús Escudero Domínguez, José Ángel Prenda Martínez, el militar Alfonso Jesús Cabezuelo Entrena y el guardia civil Antonio Manuel Escudero Domínguez.
Los imputados han contado en prisión que la chica incluso les propuso ir a desayunar con todos ellos tras el supuesto encuentro sexual que habría mantenido voluntariamente. Sin embargo, varios de ellos le espetaron con desprecio al despedirse de ella: “¡Que nos dejes en paz, gorda de mierda!”.
Pese a la versión que están dando dentro de la prisión de Pamplona, el juez que instruye el caso piensa diferente. En el auto emitido a principios de esta semana se dice que los cinco amigos que acudieron a San Fermín y acabaron violando a una joven de 18 años "se animaban y jaleaban entre sí" y "se reían de la víctima".
También queda reflejado que los imputados grabaron la agresión sin tener reparos de mirar a la cámara o reclamar su turno para continuar la violación. El magistrado se refiere a "unos hechos de extrema gravedad, ejecutados en grupo y de manera reiterada, con múltiples penetraciones".