Para algunos es un invento diabólico que mata a la música, el cine o la literatura. Para Kim Kardashian es "rápido, seguro e increíble"; Will.i.am lo usa cuando quiere "enviar algo rápido a todo el mundo"; Alicia Keys sabe que puede enviar por él su música "de forma segura y rápida"; también Jaime Foxx lo usa cuando necesita "enviar rápido música, películas o televisión"; Brett Ratner, por su parte, envía por él sus guiones "de forma segura y rápida".
Todos ellos hablan de Megaupload, el servicio de transferencia de archivos más popular para enviar y descargar todo tipo de contenido -protegido o no por derechos de autor, que se ha embarcado en la mayor operación de relaciones públicas de su historia.
Estos artistas, y algunos más, han dedicado diversos piropos a la página de descargas, que con ellos ha creado una canción de cuatro minutos donde lo que predomina es que a todos ellos les gusta, que es rápido, seguro y gratuito.
La compañía aprovecha, además, para recalcar que cuenta ya con 1.000 millones de usuarios, 50 millones de ellos activos cada día, y que su tráfico es el 4% del total de la Red.
Cifras que no evitan que todas las industrias de contenidos hayan puesto, en un momento u otro, su foco sobre Megaupload. Este sitio, que muchos consideran centro de las descargas no autorizadas de música, películas, series o libros protegidos por derechos de autor, ha sido perseguido por la industria del porno, las autoridades inglesas, francesas, italianas e incluso estadounidenses, Google y la RIAA a través de Mastercard, entre otras.
Hasta ahora, la compañía resiste amparada en que, además de alojar contenido protegido por derechos de autor, hay muchos usuarios que utilizan el servicio de intercambio de archivos de forma legítima y privada. Además, no duda en eliminar todo el contenido susceptible de estar protegido que las compañías reclaman. Esta campaña de relaciones públicas parece, sin duda, un intento de lavar su imagen ante los ciudadanos y ante la industria.