Por motivos de trabajo estuve tratando durante una temporada con un ejecutivo japonés de una multinacional y esa vida no se la deseo ni al peor de mis enemigos. Una persona que vivía por y para su empresa y que la única válvula de escape que tenía era prácticamente tirarse a matar en el poco tiempo libre que tenía, para que os hagáis una idea del la vida que tienen este tipo de ejecutivos:
- Viven separados de su familia, con suerte disponen de 2 semanas al año para ir "a casa"
- Para evitar que se corrompan les cambian de destino cada 3-5 años, este señor vino a España desde Dubai, de aquí se fue a Detroit. El tiempo que están en un sitio es básicamente el tiempo que tardan en entablar relaciones de amistad de confianza y precisamente por eso les cambian de sitio, para evitar que eso pueda derivar en favoritismos o cualquier tipo de práctica que pueda ir en contra de la empresa.
- Su vida en España era: trabajar desde las bien temprano hasta las siete o las ocho de la tarde, se metía al pecho 3 paquetes de tabaco al día y en cuanto terminaba de trabajar se bebía una destilería entera.
Sinceramente... ni por todo el dinero del mundo querría esa vida.