Por partes:
1) Las reformas que se han aprobado son una auténtica vergüenza jurídica y política tanto en el fondo como en la forma. Buena parte son claramente inconstitucionales (en especial, la de la reforma de la elección de los miembros del TC).
2) El recurso que ha interpuesto el PP pidiendo suspensión cautelarísima es perfectamente válido y oportuno tanto desde el punto de vista político como del jurídico.
3) Las declaraciones que se están realizando desde el gobierno sobre golpes de estado, fachas con toga, comparaciones con el 23F...rozan lo delictivo y producen auténtica vergüenza ajena a cualquiera que tenga dos dedos de frente, sea de izquierdas, derechas u obtusas.
4) El Tribunal Constitucional debe pronunciarse a la mayor brevedad y suspender cautelarmente (si procede) este disparate para evitar males mayores de imposible reparación. Luego debe decidir con urgencia sobre el fondo lo que corresponda.
Apartarse de estas cuatro ideas básicas que son de sentido común (da igual la ideología) es sinónimo de tener algún interés directo en defender lo indefendible o, sencillamente, ser incapaz de comprender la gravedad de lo que está ocurriendo.